EL UNIVERSAL
El Tribunal Superior de Londres le concedió al ayuntamiento de la zona financiera de la ciudad una orden para desalojar a los manifestantes
El Ayuntamiento de la City de Londres ganó hoy su batalla legal para desalojar a los "indignados" que desde el pasado mes de octubre acampan frente a la catedral de San Pablo.
El Tribunal Superior de Londres dio hoy la razón al ayuntamiento y le concedió una orden judicial para tomar medidas contra las personas que protestan frente al templo anglicano, aunque ello no supondrá necesariamente un desalojo inmediato.
Tras conocerse la sentencia, las autoridades de la City expresaron en un comunicado su deseo de que los manifestantes "retiren las tiendas de campaña de San Pablo de manera voluntaria".
"Si no es así, y teniendo en cuenta cualquier proceso de apelación, consideraremos la opción de desalojarlos por la fuerza", señaló el ayuntamiento.
Un portavoz del grupo que protesta a las puertas de la catedral de San Pablo señaló por su parte que "probablemente" recurrirán la sentencia.
La movilización londinense se inició el pasado 15 de octubre en el contexto de la convocatoria internacional contra los excesos del sistema financiero, y se había convertido en un enfrentamiento con la Iglesia anglicana, que en un principio permitió la acampada pero que tuvo después problemas para "controlarla".
Tras escuchar a las partes durante cinco días y haber visitado el campamento de los manifestantes el 19 de diciembre, el magistrado refrendó en su sentencia el derecho de la City a desalojar a los "indignados" debido a la "larga obstrucción de la calle" que ha ocasionado la protesta y la "alteración del orden público" que ha provocado.
Una vez conocida la decisión del juez, el grupo "Occupy London" afirmó a través de la red social Twitter: "El sistema de justicia ha decidido agitar el avispero. Echarnos solo servirá para darnos más publicidad".
El juez argumentó en su resolución que las autoridades de la City otorgaron a los manifestantes "amplias oportunidades de desmontar su campamento" antes de iniciar el proceso legal.
Los defensores del grupo de "indignados" londinenses apelaron por su parte a la Convención Europea de Derechos Humanos para defender su derecho de asamblea y de libertad de expresión.
"Nadie duda de la sinceridad y la pasión" de los manifestantes, apuntó en su resolución el juez, que dictaminó sin embargo que los "indignados" deben retirar de la calle las tiendas de campaña.
El tribunal consideró que la interferencia con los derechos de los manifestantes es "necesaria y proporcionada" y queda "completamente justificada" debido al "daño" que el campamento ha causado en los alrededores de la catedral.
El representante legal de las autoridades de la City señaló ante el tribunal que los manifestantes deben retirar sus tiendas "inmediatamente" y reclamó al juez que tome medidas para que el grupo de "indignados" no vuelva a erigir un campamento en otro punto de Londres.
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