Jackson— La actividad de pandillas derivó en un motín en el que murió
un guardia y otras 19 personas resultaron heridas en una prisión de Mississippi
regentada por una empresa privada y en la que se mantienen extranjeros que
residen ilegalmente en el país, afirmó ayer la Policía.
El alguacil del
condado Adams, Chuck Mayfield, dijo que el guardia fue muerto a golpes el
domingo por los presidiarios sobre el techo de uno de los edificios del
recinto.
Mayfield afirmó que unos 300 internos estuvieron involucrados y
que algunos contaban con armas improvisadas, como palos de escoba.
La
prisión seguía en cierre de emergencia ayer lunes. Las autoridades evaluaban los
daños a las instalaciones, propiedad de Corrections Corp. of America, con sede
en Nashville, Tennessee.
Unos 2 mil 500 reclusos se encontraban
encerrados en sus celdas del Centro Correccional del Condado de Adams antes del
amanecer, casi 12 horas después de comenzar el motín, dijo Mike Machak, vocero
de la empresa propietaria del reclusorio, en un comunicado.
La prisión
con capacidad para 2 mil 567 reclusos cercana a Natchez alberga a extranjeros
adultos que residen ilegalmente en el país, casi todos ellos detenidos
nuevamente tras ser deportados, dijo la vocera del centro Emilee
Beach.
El vocero del Buró Federal de Prisiones Chris Burke dijo que el
reclusorio cuenta con reclusos de baja peligrosidad.
Una declaración
difundida por Machak la madrugada de ayer dijo que los empleados de la prisión
colaborarán con la Policía para aclarar el suceso.
“CCA respaldará que se
procese conforme a la ley a todos los reclusos que hayan cometido acciones
delictivas durante el disturbio’’, dijo la declaración.
Los funcionarios
de la prisión no identificaron al carcelero muerto.
Machak dijo que otros
16 empleados fueron atendidos y dados de alta en un hospital de heridas
diversas. Resultaron heridos tres reclusos.
Según su página de internet,
CCA cuida de unos 75 mil reclusos y detenidos en más de 60 cárceles en todo el
país.
El motín del domingo no es el primero en recintos de CCA.
En
el 2004, los reclusos de otra cárcel de CCA en Mississippi, el centro
Correccional del Condado de Tallahatchie, incendiaron sus colchones, ropa y un
excusado portátil, aunque sin causar heridos. La empresa anunció tras el
incidente que agregaría otros 25 carceleros en Tallahatchie.
En Idaho, el
nivel de violencia en un reclusorio regentado por CCA ocasionó demandas
federales, el escrutinio de la opinión pública y la creciente supervisión
estatal. En el 2010, los reclusos de Vermont encarcelados en una prisión de CCA
en Tennessee fueron controlados con granadas lacrimógenas tras negarse a
regresar a sus celdas.
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