Washington— Barack Obama se convirtió ayer en el primer presidente de Estados
Unidos en apoyar públicamente los matrimonios homosexuales, una revelación
potencialmente explosiva en la sociedad a seis meses de los comicios de
noviembre.
El anuncio fue el primero de su tipo de un presidente en
ejercicio y su rival republicano Mitt Romney rápidamente se mostró en
desacuerdo. “Creo que el matrimonio es entre un hombre y una mujer”, dijo
mientras hacia campaña en Oklahoma.
Los grupos defensores de los derechos
de los homosexuales, que lo habían instado desde el comienzo de su mandato a
pronunciarse en favor del matrimonio gay, se mostraron complacidos por el
anuncio de Obama. Más allá de las palabras, un hombre que se casó con su pareja
gay en Washington, se sintió motivado para enviar una contribución de 25 dólares
a la campaña del presidente. “Hacer una contribución es la mejor manera de decir
gracias”, señaló Stuart Kopperman.
Obama reveló su decisión después de
una serie de acontecimientos que dejaron claro que el terreno político estaba
cambiando. El presidente en algún momento se opuso al matrimonio gay, pero más
recientemente había dicho que sus puntos de vista estaban
“evolucionando”.
“He tenido dudas respecto del matrimonio gay, en parte
porque pensaba que las uniones civiles eran suficientes”, dijo Obama en una
entrevista con la cadena ABC en la Casa Blanca. “Yo era sensible al hecho de
que, para mucha gente, la palabra ‘matrimonio’ es algo que invoca tradiciones
muy poderosas, creencias religiosas y mucho más”.
Ahora, “es importante
para mí, en lo personal, dar un paso y afirmar que las parejas del mismo sexo
deberían tener la capacidad de casarse”, añadió el mandatario.
Las
encuestas sugieren que la nación está dividida prácticamente a partes iguales
respecto de este asunto.
Obama habló sobre su apoyo a los matrimonios gay
en términos relacionados con su vida personal, al afirmar que sus hijas Malia y
Sasha tienen amigos de padres homosexuales.
“A Malia y a Sasha no les
quedaría claro que de algún modo los padres de sus amigos fueran tratados en
forma distinta”, dijo Obama. “No tiene sentido para ellas y, francamente, éste
es el tipo de asuntos que genera un cambio, en perspectiva”.
Obama agregó
que pensó en “aquellos soldados o miembros de la Fuerza Aérea o infantes de
Marina que están ahí afuera luchando en mi nombre y sin embargo se sienten
limitados incluso ahora que (la política en las fuerzas militares de) ‘no
preguntes, no digas’ se ha ido, porque no pueden comprometerse en
matrimonio”.
El mandatario señaló que estaba asumiendo una posición
personal. Sus asesores dijeron que sigue creyendo que el matrimonio es un asunto
que deben decidir los estados.
Obama dijo que su esposa Michelle estuvo
también involucrada en su decisión y concuerda con él en el apoyo a los
matrimonios gays.
“Al final, los valores que más nos ocupan a ella y a mí
tienen relación con la forma en que tratamos a otras personas”,
añadió.
Tras reconocer que su apoyo a estos matrimonios podría indignar a
los conservadores en materia religiosa, Obama dijo que valora su fe con una
regla de oro, amar al prójimo como a uno mismo.
El presidente habló poco
después de un par de eventos que subrayaron lo delicado de un tema que siempre
ha dividido al país.
El vicepresidente Joe Biden dijo en una entrevista
el domingo que está completamente a gusto con el matrimonio homosexual, un
pronunciamiento que instantáneamente elevó el perfil del tema.
El martes,
los votantes en Carolina del Norte –un estado muy disputado de cara a los
comicios presidenciales de noviembre– aprobaron una enmienda a la constitución
estatal en la que se afirma que el matrimonio sólo puede ser una unión entre un
hombre y una mujer.
Adicionalmente, varios de los principales donantes
financieros del presidente son gays y algunos lo han instado a declarar
públicamente su apoyo a los matrimonios del mismo sexo.
Funcionarios de
alto rango del gobierno dijeron que Obama llegó a la conclusión a principios de
este año de que las parejas homosexuales deberían tener derecho a casarse
legalmente y planeaba dar a conocer públicamente su opinión antes de la
Convención Nacional Demócrata a principios de septiembre.
Aceptaron que
los comentarios de Biden precipitaron el anuncio, pero señalaron que las
declaraciones del vicepresidente fueron improvisadas y no fueron parte de un
esfuerzo coordinado a fin de suavizar el terreno para un giro del presidente.
Hablaron bajo condición de anonimato para poder discutir deliberaciones internas
de la Casa Blanca.
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