Washington DC.- El gobierno del presidente Barack Obama afirmó hoy que la principal amenaza a la seguridad de Estados Unidos la representa el narcotráfico, más que la influencia que pudiera tener Irán en Latinoamérica.
Al testificar ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, el secretario de Estado adjunto para Narcóticos, William Brownfield, dijo que la mayor amenaza de seguridad para Estados Unidos está tomando forma en Centroamérica.
Al hacer un recuento de las amenazas de seguridad que Estados Unidos ha enfrentado las últimas tres décadas, Brownfield dijo que éstas han evolucionado, pero a partir de los 90 se han confinado a la presencia y operación de las organizaciones del narcotráfico.
'Hoy nuestra mayor amenaza se ha movido a Centroamérica, donde traficantes y bandas criminales facilitan ahora el flujo de hasta 95 por ciento de toda la cocaína que llega a Estados Unidos', explicó.
Brownfield externó que esta situación, producto de la presión generada por las estrategias antidrogas en Colombia y en México 'amenaza aún a los propios gobiernos (de Centroamérica) '.
La valoración de Brownfield contrastó con la percepción de los republicanos en el panel, que centraron su atención hacia Irán a raíz del presunto complot orquestado por Teherán para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos, Adel Al-Jubeir.
La presidenta del Comité, la republicana Ileana Ros Lehtinen, consideró que el nulificado complot 'pone de relieve la necesidad de evaluar la actual estrategias para confrontar las amenazas emergentes y los retos de seguridad' en la región.
'El fallido complot contribuye además a la creciente evidencia de los potenciales nexos entre grupos extremistas y los cárteles de las drogas', dijo al renovar su llamado para que, cuando la situación lo amerite, estos cárteles seas designados organizaciones terroristas.
Empero, para Howard L. Berman, el demócrata de más alto rango en este Comité, tratar de reordenar la política estadounidenses hacia la región a partir de este incidente resulta una estrategia equivocada.
'Aunque existen ciertos temas de seguridad en la región que merecen una cercana atención, como el fallido complot, creo que es un error ver a nuestros vecinos de la región como un constelación de amenazas y no como oportunidades', subrayó.
Al testificar ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, el secretario de Estado adjunto para Narcóticos, William Brownfield, dijo que la mayor amenaza de seguridad para Estados Unidos está tomando forma en Centroamérica.
Al hacer un recuento de las amenazas de seguridad que Estados Unidos ha enfrentado las últimas tres décadas, Brownfield dijo que éstas han evolucionado, pero a partir de los 90 se han confinado a la presencia y operación de las organizaciones del narcotráfico.
'Hoy nuestra mayor amenaza se ha movido a Centroamérica, donde traficantes y bandas criminales facilitan ahora el flujo de hasta 95 por ciento de toda la cocaína que llega a Estados Unidos', explicó.
Brownfield externó que esta situación, producto de la presión generada por las estrategias antidrogas en Colombia y en México 'amenaza aún a los propios gobiernos (de Centroamérica) '.
La valoración de Brownfield contrastó con la percepción de los republicanos en el panel, que centraron su atención hacia Irán a raíz del presunto complot orquestado por Teherán para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos, Adel Al-Jubeir.
La presidenta del Comité, la republicana Ileana Ros Lehtinen, consideró que el nulificado complot 'pone de relieve la necesidad de evaluar la actual estrategias para confrontar las amenazas emergentes y los retos de seguridad' en la región.
'El fallido complot contribuye además a la creciente evidencia de los potenciales nexos entre grupos extremistas y los cárteles de las drogas', dijo al renovar su llamado para que, cuando la situación lo amerite, estos cárteles seas designados organizaciones terroristas.
Empero, para Howard L. Berman, el demócrata de más alto rango en este Comité, tratar de reordenar la política estadounidenses hacia la región a partir de este incidente resulta una estrategia equivocada.
'Aunque existen ciertos temas de seguridad en la región que merecen una cercana atención, como el fallido complot, creo que es un error ver a nuestros vecinos de la región como un constelación de amenazas y no como oportunidades', subrayó.
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