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Washington.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró que los responsables de la fallida operación “Rápido y furioso", que demostraron "mal juicio" al permitir el flujo ilegal de armas a México entre 2009 y 2010, "rendirán cuentas".
"La gente que metió la pata rendirá cuentas", dijo Obama en una entrevista con la cadena televisiva ABC, parte de la cual fue difundida a los medios antes de su transmisión total esta noche.
"Nos enteraremos de lo que pasó en esta situación y quién fue responsable y nos aseguraremos de que ésta se corrija", dijo Obama, sin abundar en detalles.
El mandatario explicó que la meta de Estados Unidos siempre ha sido "decir que tenemos responsabilidad no sólo de parar el flujo de drogas hacia el Norte sino también la responsabilidad de asegurarnos de que no estamos ayudando a armar o financiar a estos carteles de la droga en México".
Para Obama, resulta frustrante que una persona "haya demostrado tan mal juicio hasta permitir que sucediera algo semejante", al referirse a la operación a cargo de la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por su sigla en inglés) y que es objeto de investigaciones por parte del Congreso y del Departamento de Justicia.
Mientras, el Senado aprobó hoy por unanimidad una enmienda que bloquea fondos en el futuro para operaciones semejantes a la de "Rápido y furioso", a menos que las autoridades policiales den garantías de que vigilarán de cerca "y en todo momento" la transferencia de armas.
La enmienda forma parte de un proyecto de ley de gastos para diversas agencias federales para el año fiscal 2012, que comenzó el pasado 1 de octubre.
El secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, ha sido blanco de ataques de los republicanos en el Congreso, quienes aseguran que el funcionario estuvo al tanto de "Rápido y furioso" desde julio de 2010, mucho antes de lo que reconoció en una audiencia del Legislativo en mayo pasado.
Pero el pasado día 6, en una rueda de prensa, Obama dijo tener "plena confianza" en Holder y en el proceso para determinar exactamente quién tomó la decisión de dar luz verde a la fallida operación y cómo.
El objetivo de "Rápido y furioso" era permitir la venta de armas de alto calibre a compradores intermediarios para rastrearlos hasta su destino final, y así arrestar a los cabecillas de los carteles del narcotráfico.
Sin embargo, los agentes le perdieron el rastro a unas 2.000 armas, muchas de las cuales han aparecido en más de un centenar de escenas de crímenes en México.
Dos fueron halladas donde fue asesinado el agente fronterizo Brian Terry, en Arizona en diciembre de 2010, y el incidente puso fin a la operación encubierta.
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