EL HERALDO
La Habana, Cuba.- El Papa Benedicto XVI culminó este miércoles una visita de 48 horas a Cuba en la que condenó lo que él llamó "el fanatismo" y pidió mayores libertades para la iglesia Católica en la isla.
También se despidió condenando el embargo que padece la economía de la isla hace varias décadas.
"Que nadie se vea impedido de sumarse a esta apasionante tarea (de la evangelización) por la limitación de sus libertades fundamentales, ni eximido de ella por desidia o carencias de recursos materiales", dijo el Papa desde el aeropuerto José Martí minutos antes de que el avión despegara. "Situación que se ve agravada cuando medidas económicas restrictivas impuestas desde afuera del país pesan negativamente sobre la población".
La crítica a las sanciones estadounidenses se produjeron luego de que el Santo Padre dijera en una misa que hay personas que malinterpretan la búsqueda de la verdad.
"Hay otros que interpretan mal esa búsqueda de la verdad, llevándolos a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en su verdad e intentando imponerla a los demás", dijo.
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