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Hamid Karzai recomienda el fin del despliegue internacional en Afganistán después del asesinato de 16 civiles; el Talibán limita el diálogo
Kabul, Afganistán (CNN) — Las tropas estadounidenses deberían retirarse de los puestos de frontera en las bases principales de las aldeas afganas, dijo este jueves el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, al secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, según informó la oficina de Karzai, días después de que un soldado estadounidense fuera acusado de matar a 16 civiles.
Karzai calificó los tiroteos en la provincia de Kandahar como un acto cruel contra el pueblo de Afganistán y dijo a Panetta que los afganos han perdido la confianza en las fuerzas internacionales, de acuerdo con el comunicado del palacio presidencial.
Los afganos salieron a las calles este jueves para exigir que el sospechoso sea procesado en Afganistán. La OTAN trasladó este jueves al agente a Kuwait con el argumento de EU de que allí cuenta con las infraestructura necesaria para el proceso.
La manifestación, convocada por líderes religiosos, se llevó a cabo en la ciudad de Qalat, cercana a las dos aldeas donde ocurrió la masacre, de acuerdo con Muhammad Jan Rasuli, vicegobernador de la provincia de Zabul.
Como respuesta a la tensión generada por la masacre, el Talibán anunció que suspenderá una oficina que abrió este año en Qatar diseñada para entablar el diálogo con Estados Unidos.
Un miembro del Parlamento acusó a la milicia de mostrarle a él y a otros funcionarios "un falso video... para convencer al pueblo afgano que el acto fue de un solo soldado".
Muhammad Naim Lalai dijo que él fue uno de varios a quien se le mostró el video de vigilancia en la base de la provincia de Kandahar. "Nos mostraron el video en el que el soldado escala la pared de una base militar, se mete y se quita su chaleco antibalas y sube sus brazos para rendirse", dijo Lalai a CNN. El funcionario expresó sus dudas sobre la veracidad de las imágenes. Estados Unidos no ha confirmado que mostró el video de la base a los afganos.
Panetta llevó a cabo un viaje de dos días, el primero de un funcionario estadounidense de alto rango desde los asesinatos del domingo pasado en el distrito Panjwai, en la provincia de Kandahar.
La visita coincide con la muerte de 13 personas que murieron tras una explosión en la provincia de Uruzgan, dijo la policía local. Los muertos incluyen nueve niños y cuatro mujeres, mientras que dos hombres resultaron heridos, dijo el vocero policial Farid Ayell. El funcionario culpó a "los enemigos de Afganistán" del atentado, que no está claro si guarda relación con el tiroteo del domingo.
El soldado, quien supuestamente dejó el campamento Belambay el domingo por la mañana, se dirigió a poblados fuera de la base y abrió fuego mientras iba de casa en casa; mató a nueve niños, tres mujeres y cuatro hombres, de acuerdo con testigos y las autoridades afganas. El Ejército estadounidense no ha confirmado el número de muertes.
Según una fuente del Congreso no autorizada para hablar en público, el militar —que pertenece a la base conjunta Lewis-McChord, cerca de Tacoma, Washington— forma parte del Equipo de Combate de la Tercera Brigada de Asalto, de la segunda División de Infantería.
Ésta era su primera misión a Afganistán, aunque había estado en Iraq en tres ocasiones. En 2010 sufrió una lesión cerebral por un accidente automovilístico. Sin embargo, pocos detalles han surgido para explicar por qué un soldado atacaría con su arma a civiles.
A pesar de las protestas y la violencia local, los disturbios en el país no han igualado a las ocurridas el mes pasado, cuando soldados de EU quemaron copias del Corán y otros materiales islámicos. Funcionarios militares dijeron que estos fueron retirados de prisioneros afganos porque tenían mensajes extremistas.
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