EL PUEBLO
Chicago.- Entre el 5.0 y 11 por ciento de los niños y adolescentes en Estados Unidos han participado en una actividad peligrosa y que puede ser mortal, conocida comúnmente como el "juego de la asfixia".
Dicho "juego" consiste en que la sangre y oxígeno que va al cerebro se interrumpe con un cinturón, cuerda o algo parecido con el fin de alcanzar el efecto del consumo de droga o una sensación de euforia una vez que se libera la presión.
De acuerdo con una investigación que difunde esta semana la Academia Estadunidense de Pediatria en su revista Pediatrics, la participación en el juego de la asfixia está estrechamente vinculada a una mayor actividad sexual y al uso de drogas entre ambos sexos.
El estudio "Participantes de octavo grado de educación en el Juego de la Asfixia: resultados de una encuesta basada en población de Oregon", fue coordinado por Sarah K. Ramowski, del Departamento de Salud Pública de ese estado.
Entre los resultados se detectó también la asociación de dicha actividad a otras conductas de riesgo para la salud que registran los menores.
Los investigadores examinaron los datos de cinco mil 348 estudiantes de octavo grado de la encuesta "Adolescentes Saludables", realizada en Oregon en 2009, respecto a la toma de conciencia sobre el “juego de asfixa”, la participación y frecuencia.
La encuesta también incluía preguntas sobre la salud física y mental, el juego, la actividad sexual, la nutrición, actividad física-imagen corporal, la exposición a la violencia y el consumo de sustancias prohibidas.
Los resultados indican que un 6.1 por ciento de los jóvenes de ambos sexos había participado en el juego de la asfixia, el 64 por ciento de ellos más de una vez y el 26.6 por ciento más de cinco veces, lo que resultó consistente con hallazgos anteriores sobre el mismo problema.
Sin embargo, los investigadores encontraron que la mayoría de los que participan en ese “divertimento” se someten al riesgo que implica hacerlo más de una vez, y también tienen otros comportamientos de riesgo asociados a la salud.
En el caso de las mujeres hubo también una vinculación con una mala nutrición y entre los hombres el aumento de la violencia. Los afroestadunidenses resultaron más propensos a involucrarse en el “juego de la asfixia” que los anglosajones.
Los autores consideran que las visitas de rutina de los adolescentes al médico son una buena oportunidad para evaluarlos sobre su conocimiento del “juego”.
Además, de identificar los riesgos o indicios de participación en este “juego”, proporcionando información sobre los peligros que implica.
Dicho "juego" consiste en que la sangre y oxígeno que va al cerebro se interrumpe con un cinturón, cuerda o algo parecido con el fin de alcanzar el efecto del consumo de droga o una sensación de euforia una vez que se libera la presión.
De acuerdo con una investigación que difunde esta semana la Academia Estadunidense de Pediatria en su revista Pediatrics, la participación en el juego de la asfixia está estrechamente vinculada a una mayor actividad sexual y al uso de drogas entre ambos sexos.
El estudio "Participantes de octavo grado de educación en el Juego de la Asfixia: resultados de una encuesta basada en población de Oregon", fue coordinado por Sarah K. Ramowski, del Departamento de Salud Pública de ese estado.
Entre los resultados se detectó también la asociación de dicha actividad a otras conductas de riesgo para la salud que registran los menores.
Los investigadores examinaron los datos de cinco mil 348 estudiantes de octavo grado de la encuesta "Adolescentes Saludables", realizada en Oregon en 2009, respecto a la toma de conciencia sobre el “juego de asfixa”, la participación y frecuencia.
La encuesta también incluía preguntas sobre la salud física y mental, el juego, la actividad sexual, la nutrición, actividad física-imagen corporal, la exposición a la violencia y el consumo de sustancias prohibidas.
Los resultados indican que un 6.1 por ciento de los jóvenes de ambos sexos había participado en el juego de la asfixia, el 64 por ciento de ellos más de una vez y el 26.6 por ciento más de cinco veces, lo que resultó consistente con hallazgos anteriores sobre el mismo problema.
Sin embargo, los investigadores encontraron que la mayoría de los que participan en ese “divertimento” se someten al riesgo que implica hacerlo más de una vez, y también tienen otros comportamientos de riesgo asociados a la salud.
En el caso de las mujeres hubo también una vinculación con una mala nutrición y entre los hombres el aumento de la violencia. Los afroestadunidenses resultaron más propensos a involucrarse en el “juego de la asfixia” que los anglosajones.
Los autores consideran que las visitas de rutina de los adolescentes al médico son una buena oportunidad para evaluarlos sobre su conocimiento del “juego”.
Además, de identificar los riesgos o indicios de participación en este “juego”, proporcionando información sobre los peligros que implica.
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