EL UNIVERSAL
En una nueva muestra del dilema que enfrenta el gobierno del presidente Barack Obama para combatir el cultivo y comercialización de la mariguana con fines médicos en el país, un grupo de legisladores estatales le exigió que ponga fin a las redadas y clausura de negocios que han prosperado gracias a la comercialización de una droga que ya es legal en al menos 16 estados de la Unión Americana.
El choque entre las autoridades federales de Washington —que pretenden acabar con los dispensarios de mariguana y sofocar un movimiento que amenaza con extenderse por todo el país—, y los legisladores estatales que ven en esta incipiente industria un poderoso motor para superar la crisis y enjugar sus maltrechas arcas públicas, es la mejor muestra del conflicto de fondo entre estados y gobierno federal sobre la política a seguir respecto a la mariguana.
“Los estados que han legalizado la mariguana con fines médicos han elegido este camino con fundamento en la ciencia, la razón y la compasión”, aseguraron los legisladores estatales en una carta que ha salido al paso de la redada practicada el pasado lunes por agentes federales contra la llamada Universidad de la Mariguana, en Oakland, California.
“Nuestras leyes estatales difieren entre sí en algunos detalles como, al clasificar a los pacientes que califican para el consumo de mariguana con fines médicos, (establecer) qué cantidad de mariguana pueden comprar y almacenar y qué tipo de entidades pueden regular el cultivo y venta de la mariguana. Sin embargo, cada una de nuestras leyes tiene un solo objetivo en común: el deseo de proteger a pacientes enfermos de la criminalización”, aseguró una coalición de congresistas.
La coalición la integran el legislador demócrata por California Tom Ammiano, la senadora demócrata por Washington Jeanne Kohl-Welles, el legislador demócrata por Nuevo México Antonio Maestas, el senador demócrata por ese mismo estado Cisco McSorley, la congresista republicana por California Chris Norby y la republicana por Maine Deborah Sanderson.
Actualmente, plantar, vender o distribuir comercialmente cannabis es ilegal, según la legislación federal; la administración Obama ya ha advertido que se opone a toda forma de legalización a nivel federal. En un intento por poner fin a este choque de legislaciones entre los estados y la federación, una comisión bipartidista encabezada por congresistas, como el hoy aspirante a la presidencia Ron Paul, y por el demócrata Barney Franks, ha presentado iniciativas para legalizar el consumo de la mariguana a nivel federal.
Estas propuestas, que permitirían a los estados “legalizar, regular, fiscalizar y controlar el cultivo y comercio de la mariguana sin la interferencia del gobierno federal”, han caído en saco roto ante la falta de apoyos en el Congreso y la oposición de la Casa Blanca.
Durante su campaña como candidato a la presidencia, Obama se comprometió a no interferir en la aplicación de leyes estatales que permiten el cultivo y la comercialización de la mariguana con fines medicinales. Desde el 2004, su posición como senador se mantuvo en la línea de no criminalizar a los pacientes que consumían mariguana con fines terapéuticos.
A la coalición de legisladores estatales se sumaron organizaciones que defienden el consumo de la mariguana con fines terapéuticos. “Consideramos que poco más de 10 millones de ciudadanos opinan que la guerra contra la mariguana con fines terapéuticos no sólo está equivocada, sino que a la larga sera contraproducente”, señalaron en una carta abierta grupos como Drug Policy Alliance, Law Enforcement Against Prohibition, la National Cannabis Industry Association y el grupo Students for Sensible Drug Policy (SSPD).
No hay comentarios:
Publicar un comentario