(CNNMéxico) — "Todos los días nuestras vidas corrían peligro", dijo en rueda de prensa el policía Wilson Rojas Medina, uno de los 10 agentes colombianos liberados por las FARC este lunes tras más de una década de cautiverio.
Los militares y policías, secuestrados entre 1998 y 1999, relataron el maltrato y las amenazas a las que los sometieron durante su cautiverio. Rojas, antiguo jefe de la Policía Nacional, recordó que en una ocasión se salvó junto a otros tres secuestrados de morir víctima de un rayo, descarga que mató al guerrillero que hacía de carcelero.
"Estuvimos encadenados por largos ocho años, es más, encadenados por parejas, las 24 horas del día, en ocasiones estuvimos encadenados de los pies y, en ocasiones, de las manos", denunció Luis Alberto Arcía, otro de los liberados.
Arcía, que estuvo más de 14 años cautivo, se dio cuenta de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) siempre estuvieron expectantes ante una posible operación de rescate militar, caso en el que no iban a permitir que los cautivos salieran con vida.
Una de las peores experiencias la vivieron los policías Jorge Trujillo Solarte y José Libardo Forero, quienes una noche lluviosa huyeron de los rebeldes y lograron permanecer fugados durante un mes, según un reporte de la agencia EFE.
"Ese día renunciamos a la vida, había que salir, vivir o morir, y salimos", dijo Solarte, mientras que su compañero Forero apuntó: "Pedía a Dios que me diera algo para iluminar y apareció una luciérnaga; el Señor nos había indicado y a partir de ahí sobrevivimos con siete paquetes de galletas y dos arepas", unas tortas de harina de maíz, según informa EFE.
Un calvario en dos fases
Trujillo Solarte es el excarcelado que presenta los síntomas más graves después de la reclusión y la liberación. Sufre desnutrición severa por no comer durante tres meses. Su esófago está cerrado, lo que lo mantiene en el hospital bajo un estado delicado. Su madre, Olivia Solarte de Trujillo explicó en entrevista con CNNMéxico los momentos más difíciles que atravesó la familia del agente.
“Fue muy duro, 12 años y seis meses sin saber nada de nuestro hijo. Primero era saber si se encontraba vivo o muerto, ya cuando supimos que estaba vivo, el calvario y el dolor era no saber su paradero", explicó la Olivia.
“Mi hijo trabajaba como policía en una estación de Puerto Rico en el estado de Meta, se encontraba laborando cuando llegó la guerrilla y se lo llevaron”, dijo la mujer, de 60 años.
La madre participó en una marcha de cerca de 600 kilómetros para dar a conocer la historia de su hijo y exigir su liberación. “Esto sólo lo alimenta el amor de madre", dijo al recordar las cinco ocasiones que tuvo que ser atendida por los médicos ante el cambio de clima.
Olivia espera que su hijo se recupere pronto y se reincorpore a la rutina con familiares y amigos. “Está muy enfermo, está delicado de salud. Tres meses sin comer y cargando una cadena muy pesada lo llevaron a la depresión, él ya no quería vivir. Tengo mucha fe en que él se recuperará pronto".
Readaptación a la vida
El parte médico de los liberados apuntaba que se encuentran en buenas condiciones, aunque algunos sufrieron paludismo y leishmaniasis, ambas enfermedades tropicales comunes, mientras que otros perdieron peso y contrajeron males digestivos, según los informes, que indicaron que varios uniformados deben recibir asistencia en salud mental.
La subdirectora del Hospital Militar, la coronel Clara Galvis, detalló que los exsecuestrados "están en su fase de adaptación, (pues) vienen de un estrés de muchos años, de estar fuera de su realidad, de su familia", según reportó EFE.
El presidente Juan Manuel Santos recordó este lunes que aún faltan más de 500 rehenes civiles que están en manos de la guerrilla. “Como estos casos, hay cientos de familias que no saben el paradero de sus seres queridos que fueron secuestrados", afirmó el mandatario colombiano.
“Muchos de los secuestrados que llevan años en poder de la guerrilla pasaron de las listas de plagiados a las de desaparecidos, por eso se dicen que las cifras bajaron", dijo en entrevista con CNNMéxico Andrés Santiago, cofundador de la organización civil Colombia Soy Yo, que apoya a las familias de los secuestrados por las FARC.
Santiago advirtió que existen casos de los llamados "esclavos de las FARC", secuestrados inicialmente y que como su familia no pudo pagar el rescate, la guerrilla los puso a su servicio, según el activista.
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