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Señalan que cobrar impuestos a ciertas personas que tienen mayores ganancias es 'lucha de clases'; la mejor alternativa del Congreso sería eliminar deducciones en EU.
El presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, acusó al mandatario Barack Obama de librar una 'lucha de clases' por su propuesta de cobrar un nuevo impuesto a los millonarios.
'La lucha de clases... puede ser muy buena para la política, pero es pésima para la economía', dijo el republicano Ryan a la cadena Fox News.
'No necesitamos un sistema que busque dividir a la gente. No necesitamos un sistema que haga presa del temor, envidia y ansiedad de la gente', indicó.
El diario The New York Times, citando fuentes oficiales, informó este fin de semana que Obama pedirá este lunes al Congreso un impuesto 'Buffet' para personas que ganan más de un millón de dólares, como parte de su plan para reducir el déficit y generar empleos.
El gravamen hace referencia al multimillonario Warren Buffet, quien apoya que los más pudientes paguen al menos el mismo porcentaje de sus ingresos que contribuyentes de clase media, debido a que las ganancias por sus inversiones tienen una menor tasa impositiva que los salarios.
Ryan dijo que el país necesita 'un sistema que cree empleos e innovación, que elimine las barreras a los empresarios para que vuelvan a contratar a la gente. Me temo que esa clase de incrementos de impuestos no funcionan'.
El senador republicano Lindsey Graham dijo por su lado que cobrar impuestos a ciertas personas porque tienen mayores ganancias 'es lucha de clases' y que una mejor alternativa del Congreso sería eliminar deducciones.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitchell McConnell, dijo a la cadena NBC que si Buffet 'se siente culpable' sobre la necesidad de mayores gravámenes a los millonarios, 'debería enviar un cheque', pero que no se puede frenar la economía con más impuestos.
El jefe de la Casa Blanca intenta presionar a los republicanos para que apoyen mayores ingresos al gobierno mediante impuestos a los ricos, a cambio del apoyo de los demócratas para recortes a los enormes costos a programas de asistencia social.
Obama urgió al Congreso aprobar su plan de empleos calculado en 447 mil millones de dólares para inversiones en infraestructura, alivios tributarios a pequeños empresarios y familias de clase media, entre otros, para reducir el desempleo que afecta a 14 millones de estadunidenses.
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