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En las décadas de guerra en Colombia entre el Estado, las guerrillas y los paramilitares, un grupo casi invisible de víctimas han sido apilados.
Mujeres y niñas han sido víctimas de violencia sexual a manos de todas las partes involucradas en el conflicto, y existe impunidad para los autores, aseguró Amnistía Internacional en un informe lanzado el miércoles.
Las fuerzas de seguridad, las guerrillas y los paramilitares participan por igual en la “práctica generalizada y sistemática” de violencia sexual, señala el informe.
Desde los años de 1960, Colombia ha estado en guerra con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) un grupo guerrillero.
El ejército rebelde izquierdista afirma que trabaja como un baluarte contra la clase dirigente de Colombia, aunque ha sido criticado por perder su ideología original y por financiar buena parte de sus operaciones con dinero proveniente del narcotráfico.
Otra fuente de violencia han sido los grupos paramilitares, originalmente formados por el gobierno y empresarios en calidad de protección contra los grupos de la izquierda armada. Desde entonces se han hecho del control de regiones, y son conocidos por su "limpieza social", desplazamiento y sus asesinatos fuera de la ley.
“En Colombia, mujeres y niñas a menudo son tratadas como trofeos de guerra. Son víctimas de violación y abuso sexual por todas las partes en guerra como una forma de silenciarlas y castigarlas”, comentó en una declaración Susan Lee, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos ha establecido un compromiso para tratar el asunto, sin embargo, la organización informa que no se han visto evidencias de mejoras reales en el área de derechos humanos y violencia sexual en contra de las mujeres.
Dada la falta de estadísticas, estos crímenes son casi “invisibles”, dice el informe. Por ejemplo, el número de revisiones en presuntos casos de violencia sexual se incrementaron de 12, 732, en 2000, a más de 20,000, en 2010. Pero de esos, solamente 109 fueron clasificados como relacionados con el conflicto. Sin embargo, entrevistas en campo muestran que el temor de reportar los delitos oculta la magnitud del problema.
El reporte de Amnistía incluye una serie de historias de las víctimas, las cuales fueron seleccionadas a partir de entrevistas.
“Yolanda”, una niña de 11 años que vive en el Departamente de Arauca, en el 2005 fue varias veces acosada por un soldado que quería sostener relaciones sexuales con ella. Cuando se negó, el soldado la llevó al lugar en el que el ejército acampaba y la violó, teniéndola prisionera hasta la mañana siguiente, indica el reporte.
Cuando su familia se quejó, en un principio las autoridades no creyeron a la madre, y después, los soldados amenazaron a la familia. La familia de la niña terminó huyendo de su casa por temor. El caso todavía no ha sido resuelto y el soldado sigue en funciones en el ejército, señala el reporte.
Las razones por las cuales las partes involucradas en el conflicto armado en Colombia se dirigen contra las mujeres son diversas.
Según el reporte, los distintos grupos utilizan la violencia sexual contra las mujeres “para explotarlas como esclavas sexuales; para sembrar terror dentro de las comunidades y hacer más fácil el imponer control militar; para obligar a familias completas a huir de sus hogares y así permitir apropiarse de las tierras; y para descargar su venganza contra los adversarios".
De los más de 20,000 casos de violencia sexual denunciados en 2010, 84% fueron mujeres, y 85% fueron menores de 18 años, encontró Amnistía.
Una mayoría de las mujeres maltratadas físicamente, el 73%, no denunció la violencia, encontraron los investigadores del grupo.
E incluso en los casos en que la violencia fue denunciada, las presuntas víctimas a menudo son desincentivadas por la falta de acción de las autoridades. Los funcionarios colombianos han permitido reinar a la impunidad por décadas, establece el informe.
En otro caso, “Daniela”, de 18 años, y una amiga estaban recolectando leña en el Departamento de Bolívar, cuando un hombre con un cuchillo las amenazó y les ordenó meterse a la selva.
Se identificó como miembro de un grupo paramilitar, señala el informe. Según Daniela, el hombre obligó a las chicas a besarse entre ellas antes de violarlas. Su amiga logró escapar y dar aviso a las autoridades, pero la policía le pasó el asunto al ejército porque el hecho ocurrió en su jurisdicción, cuenta el informe.
El ejército también se negó a ayudar, y un grupo local de mujeres organizó un grupo de búsqueda para encontrar al hombre. Esto obligó a la policía y al ejército a actuar, y capturaron al individuo. Después de todo eso, el hombre fue finalmente declarado culpable y sentenciado a seis años de prisión, aunque su afiliación con los paramilitares nunca fue tomada en consideración, señala el informe.
“Las autoridades colombianas deben implementar un plan para acabar con la violencia sexual, incluyendo medidas para combatir la discriminación contra las mujeres y las niñas, y ponerle un alto a la impunidad que garantiza el que los responsables por tales delitos no sean llevados ante la justicia", dijo Lee.
El informe fue la culminación de una investigación de dos años.
En las décadas de guerra en Colombia entre el Estado, las guerrillas y los paramilitares, un grupo casi invisible de víctimas han sido apilados.
Mujeres y niñas han sido víctimas de violencia sexual a manos de todas las partes involucradas en el conflicto, y existe impunidad para los autores, aseguró Amnistía Internacional en un informe lanzado el miércoles.
Las fuerzas de seguridad, las guerrillas y los paramilitares participan por igual en la “práctica generalizada y sistemática” de violencia sexual, señala el informe.
Desde los años de 1960, Colombia ha estado en guerra con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) un grupo guerrillero.
El ejército rebelde izquierdista afirma que trabaja como un baluarte contra la clase dirigente de Colombia, aunque ha sido criticado por perder su ideología original y por financiar buena parte de sus operaciones con dinero proveniente del narcotráfico.
Otra fuente de violencia han sido los grupos paramilitares, originalmente formados por el gobierno y empresarios en calidad de protección contra los grupos de la izquierda armada. Desde entonces se han hecho del control de regiones, y son conocidos por su "limpieza social", desplazamiento y sus asesinatos fuera de la ley.
“En Colombia, mujeres y niñas a menudo son tratadas como trofeos de guerra. Son víctimas de violación y abuso sexual por todas las partes en guerra como una forma de silenciarlas y castigarlas”, comentó en una declaración Susan Lee, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos ha establecido un compromiso para tratar el asunto, sin embargo, la organización informa que no se han visto evidencias de mejoras reales en el área de derechos humanos y violencia sexual en contra de las mujeres.
Dada la falta de estadísticas, estos crímenes son casi “invisibles”, dice el informe. Por ejemplo, el número de revisiones en presuntos casos de violencia sexual se incrementaron de 12, 732, en 2000, a más de 20,000, en 2010. Pero de esos, solamente 109 fueron clasificados como relacionados con el conflicto. Sin embargo, entrevistas en campo muestran que el temor de reportar los delitos oculta la magnitud del problema.
El reporte de Amnistía incluye una serie de historias de las víctimas, las cuales fueron seleccionadas a partir de entrevistas.
“Yolanda”, una niña de 11 años que vive en el Departamente de Arauca, en el 2005 fue varias veces acosada por un soldado que quería sostener relaciones sexuales con ella. Cuando se negó, el soldado la llevó al lugar en el que el ejército acampaba y la violó, teniéndola prisionera hasta la mañana siguiente, indica el reporte.
Cuando su familia se quejó, en un principio las autoridades no creyeron a la madre, y después, los soldados amenazaron a la familia. La familia de la niña terminó huyendo de su casa por temor. El caso todavía no ha sido resuelto y el soldado sigue en funciones en el ejército, señala el reporte.
Las razones por las cuales las partes involucradas en el conflicto armado en Colombia se dirigen contra las mujeres son diversas.
Según el reporte, los distintos grupos utilizan la violencia sexual contra las mujeres “para explotarlas como esclavas sexuales; para sembrar terror dentro de las comunidades y hacer más fácil el imponer control militar; para obligar a familias completas a huir de sus hogares y así permitir apropiarse de las tierras; y para descargar su venganza contra los adversarios".
De los más de 20,000 casos de violencia sexual denunciados en 2010, 84% fueron mujeres, y 85% fueron menores de 18 años, encontró Amnistía.
Una mayoría de las mujeres maltratadas físicamente, el 73%, no denunció la violencia, encontraron los investigadores del grupo.
E incluso en los casos en que la violencia fue denunciada, las presuntas víctimas a menudo son desincentivadas por la falta de acción de las autoridades. Los funcionarios colombianos han permitido reinar a la impunidad por décadas, establece el informe.
En otro caso, “Daniela”, de 18 años, y una amiga estaban recolectando leña en el Departamento de Bolívar, cuando un hombre con un cuchillo las amenazó y les ordenó meterse a la selva.
Se identificó como miembro de un grupo paramilitar, señala el informe. Según Daniela, el hombre obligó a las chicas a besarse entre ellas antes de violarlas. Su amiga logró escapar y dar aviso a las autoridades, pero la policía le pasó el asunto al ejército porque el hecho ocurrió en su jurisdicción, cuenta el informe.
El ejército también se negó a ayudar, y un grupo local de mujeres organizó un grupo de búsqueda para encontrar al hombre. Esto obligó a la policía y al ejército a actuar, y capturaron al individuo. Después de todo eso, el hombre fue finalmente declarado culpable y sentenciado a seis años de prisión, aunque su afiliación con los paramilitares nunca fue tomada en consideración, señala el informe.
“Las autoridades colombianas deben implementar un plan para acabar con la violencia sexual, incluyendo medidas para combatir la discriminación contra las mujeres y las niñas, y ponerle un alto a la impunidad que garantiza el que los responsables por tales delitos no sean llevados ante la justicia", dijo Lee.
El informe fue la culminación de una investigación de dos años.
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