Washington— Muchos estadounidenses creen que las importaciones chinas de bajo precio aniquilan empleos fabriles en Estados Unidos. La mayoría de los economistas dicen que los beneficios del comercio superan por mucho sus costos.
Pero nuevas investigaciones sugieren que el daño a EU ha sido más profundo de lo que estos economistas han supuesto.
El estudio, llevado a cabo por un equipo de tres economistas, no pone en entredicho el punto de vista tradicional de que el comercio en última instancia es bueno para la economía.
Los trabajadores que pierden empleos terminan por encontrar una nueva ocupación o se jubilan, mientras se mantienen los beneficios del comercio, como los menores precios. El problema es la velocidad a la que China se ha erigido como exportador, la cual ha abrumando el proceso normal de adaptación.
El estudio dio una calificación a cada condado de EU de acuerdo con la exposición de sus productores fabriles a la competencia de China, y reveló que las regiones más expuestas no sólo tendían a perder más empleos manufactureros, sino que también experimentaban una caída general del empleo.
Las áreas con mayor exposición también tuvieron mayores aumentos en la cantidad de trabajadores que recibían seguro de desempleo, cupones para comida y pagos por discapacidad.
Los autores calculan que el costo para la economía derivado de los mayores pagos gubernamentales representa de un tercio a dos tercios de las ganancias del comercio con China.
En otras palabras, una gran proporción de las formas en que el comercio con China ha ayudado a EU –como el suministro de bienes económicos chinos a los consumidores– se han eliminado.
Y ese cálculo no incluye las pérdidas económicas experimentadas por personas que perdieron sus empleos.
La teoría de la ventaja comparativa, planteada dos siglos atrás por el economista británico David Ricardo, postula que los países prosperan concentrándose en lo que hacen mejor y comerciando con otros países que tienen fortalezas diferentes.
Pero en medio del aumento pronunciado en las importaciones baratas en la última década, algunos economistas prominentes han puesto en entredicho ese punto de vista.
Pero nuevas investigaciones sugieren que el daño a EU ha sido más profundo de lo que estos economistas han supuesto.
El estudio, llevado a cabo por un equipo de tres economistas, no pone en entredicho el punto de vista tradicional de que el comercio en última instancia es bueno para la economía.
Los trabajadores que pierden empleos terminan por encontrar una nueva ocupación o se jubilan, mientras se mantienen los beneficios del comercio, como los menores precios. El problema es la velocidad a la que China se ha erigido como exportador, la cual ha abrumando el proceso normal de adaptación.
El estudio dio una calificación a cada condado de EU de acuerdo con la exposición de sus productores fabriles a la competencia de China, y reveló que las regiones más expuestas no sólo tendían a perder más empleos manufactureros, sino que también experimentaban una caída general del empleo.
Las áreas con mayor exposición también tuvieron mayores aumentos en la cantidad de trabajadores que recibían seguro de desempleo, cupones para comida y pagos por discapacidad.
Los autores calculan que el costo para la economía derivado de los mayores pagos gubernamentales representa de un tercio a dos tercios de las ganancias del comercio con China.
En otras palabras, una gran proporción de las formas en que el comercio con China ha ayudado a EU –como el suministro de bienes económicos chinos a los consumidores– se han eliminado.
Y ese cálculo no incluye las pérdidas económicas experimentadas por personas que perdieron sus empleos.
La teoría de la ventaja comparativa, planteada dos siglos atrás por el economista británico David Ricardo, postula que los países prosperan concentrándose en lo que hacen mejor y comerciando con otros países que tienen fortalezas diferentes.
Pero en medio del aumento pronunciado en las importaciones baratas en la última década, algunos economistas prominentes han puesto en entredicho ese punto de vista.
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