Nueva York— Los dos excursionistas estadounidenses liberados tras pasar dos años presos en Irán acusados de espionaje, dijeron ayer haber estado en “aislamiento casi total” y haber sido “rehenes” del régimen iraní por sus históricas “disputas políticas” con Washington.
“El aislamiento fue la peor experiencia de nuestras vidas”, dijo Josh Fattal, uno de los excursionistas, a periodistas en Nueva York tras regresar a Estados Unidos con su compañero Shane Bauer.
“Estaba claro para nosotros desde el principio que éramos rehenes. Este es el término más preciso, ya que, a pesar de cierto conocimiento sobre nuestra inocencia, Irán siempre ha ligado nuestro caso a sus disputas políticas con Estados Unidos”, afirmó.
“Ninguna prueba fue presentada jamás contra nosotros, porque no existe, pues somos completamente inocentes”, dijo por su parte Shane Bauer, quien calificó de “total farsa” sus dos comparecencias ante una corte iraní.
Shane Bauer y Josh Fattal, que no habían hecho declaraciones públicas durante sus 781 días de detención en Irán, ofrecieron una rueda de prensa en Nueva York tras arribar al aeropuerto John F. Kennedy acompañados por sus familias.
Ambos de 29 años, habían sido detenidos junto con Sarah Shourd –compañera de Bauer– cerca de la frontera montañosa con Irak el 31 de julio de 2009.
“Tuvimos que ir a huelga de hambre varias veces sólo para recibir cartas de nuestros seres queridos”, dijo Fattal. “Muchas veces, demasiadas veces, escuchábamos los gritos de otros presos golpeados y no había nada que pudiéramos hacer para ayudarlos”.
Los tres siempre sostuvieron ser inocentes de las acusaciones de espionaje y alegaban que simplemente cruzaron la frontera con Irán por equivocación.
“Sarah, Josh y yo hemos experimentado el sabor de la brutalidad del régimen iraní”, dijo Bauer. “Hemos soportado un aislamiento casi total del mundo y todo lo que amamos, despojados de nuestros derechos y libertad”.
“La única explicación de nuestra detención prolongada es los 32 años de hostilidad mutua entre Estados Unidos e Irán. Fuimos declarados culpables de espionaje porque somos estadounidenses. Es así de simple”, continuó Bauer.
Tras su liberación el miércoles de la prisión de Evin, en el norte de Teherán, Bauer y Fattal pasaron tres días con su familia en el sultanato de Omán, país que medió para su liberación.
Antes de partir desde Mascate la noche del sábado, los dos excursionistas agradecieron una vez más al sultán Qabus por el papel que desempeñó en su liberación.
Él y Bauer habían sido arrestados junto a la compañera de este último, Sarah Shourd, en la frontera entre Irak e Irán durante una excursión en las montañas del Kurdistán iraquí.
Bauer, periodista independiente, y Fattal, que trabajaba en el sector medioambiental, aseguraron en todo momento que habían cruzado la frontera por error, pero el 21 de agosto pasado fueron condenados a ocho años de prisión por “entrar ilegalmente en Irán” y “espionaje”, sentencia que apelaron.
Sarah Shourd, de 33 años, había sido liberada en septiembre de 2010 por motivos médicos.
“El aislamiento fue la peor experiencia de nuestras vidas”, dijo Josh Fattal, uno de los excursionistas, a periodistas en Nueva York tras regresar a Estados Unidos con su compañero Shane Bauer.
“Estaba claro para nosotros desde el principio que éramos rehenes. Este es el término más preciso, ya que, a pesar de cierto conocimiento sobre nuestra inocencia, Irán siempre ha ligado nuestro caso a sus disputas políticas con Estados Unidos”, afirmó.
“Ninguna prueba fue presentada jamás contra nosotros, porque no existe, pues somos completamente inocentes”, dijo por su parte Shane Bauer, quien calificó de “total farsa” sus dos comparecencias ante una corte iraní.
Shane Bauer y Josh Fattal, que no habían hecho declaraciones públicas durante sus 781 días de detención en Irán, ofrecieron una rueda de prensa en Nueva York tras arribar al aeropuerto John F. Kennedy acompañados por sus familias.
Ambos de 29 años, habían sido detenidos junto con Sarah Shourd –compañera de Bauer– cerca de la frontera montañosa con Irak el 31 de julio de 2009.
“Tuvimos que ir a huelga de hambre varias veces sólo para recibir cartas de nuestros seres queridos”, dijo Fattal. “Muchas veces, demasiadas veces, escuchábamos los gritos de otros presos golpeados y no había nada que pudiéramos hacer para ayudarlos”.
Los tres siempre sostuvieron ser inocentes de las acusaciones de espionaje y alegaban que simplemente cruzaron la frontera con Irán por equivocación.
“Sarah, Josh y yo hemos experimentado el sabor de la brutalidad del régimen iraní”, dijo Bauer. “Hemos soportado un aislamiento casi total del mundo y todo lo que amamos, despojados de nuestros derechos y libertad”.
“La única explicación de nuestra detención prolongada es los 32 años de hostilidad mutua entre Estados Unidos e Irán. Fuimos declarados culpables de espionaje porque somos estadounidenses. Es así de simple”, continuó Bauer.
Tras su liberación el miércoles de la prisión de Evin, en el norte de Teherán, Bauer y Fattal pasaron tres días con su familia en el sultanato de Omán, país que medió para su liberación.
Antes de partir desde Mascate la noche del sábado, los dos excursionistas agradecieron una vez más al sultán Qabus por el papel que desempeñó en su liberación.
Él y Bauer habían sido arrestados junto a la compañera de este último, Sarah Shourd, en la frontera entre Irak e Irán durante una excursión en las montañas del Kurdistán iraquí.
Bauer, periodista independiente, y Fattal, que trabajaba en el sector medioambiental, aseguraron en todo momento que habían cruzado la frontera por error, pero el 21 de agosto pasado fueron condenados a ocho años de prisión por “entrar ilegalmente en Irán” y “espionaje”, sentencia que apelaron.
Sarah Shourd, de 33 años, había sido liberada en septiembre de 2010 por motivos médicos.
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