La mujer de origen británica pesa sólo 31 kilogramos, 6 kilos menos que su hija de 7 años, a consecuencia de su anorexia.
Rebecca Jones, de 26 años sufre de severos desórdenes alimenticios que le afectaron en su pérdida de peso tan drástica.
La mujer sólo come sopa, tostadas y bebidas energizantes y sus médicos no le dan buen diagnóstico, ya que le dijeron que podría morir en poco tiempo por la carencia de nutrientes.
"Aunque sé que está mal, me hace sentir bien. No creo que esté flaca, siempre me veo más gorda", señaló Jones, quien reconoció que intentó tratarse antes del nacimiento de Maisy, sin embargo, su organismo no toleró el cambio de alimentación.
Rebecca señala que su transtorno comenzó a los 11 años de edad, cuando de repente llegó a pesar los 90 kilos y fue ahí que comenzó todo.
Rebecca Jones, de 26 años sufre de severos desórdenes alimenticios que le afectaron en su pérdida de peso tan drástica.
La mujer sólo come sopa, tostadas y bebidas energizantes y sus médicos no le dan buen diagnóstico, ya que le dijeron que podría morir en poco tiempo por la carencia de nutrientes.
"Aunque sé que está mal, me hace sentir bien. No creo que esté flaca, siempre me veo más gorda", señaló Jones, quien reconoció que intentó tratarse antes del nacimiento de Maisy, sin embargo, su organismo no toleró el cambio de alimentación.
Rebecca señala que su transtorno comenzó a los 11 años de edad, cuando de repente llegó a pesar los 90 kilos y fue ahí que comenzó todo.
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