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Al menos 32 civiles fallecieron ayer en acciones represivas de las fuerzas de seguridad en Siria, la mayoría en el bastión opositor de Homs, en un día en el que la Liga Árabe decretó sanciones económicas sin precedente al régimen de Damasco por el uso de la violencia.
Un total de 19 de los 22 ministros de Exteriores de la organización panárabe reunidos ayer en El Cairo votaron a favor de las medidas de castigo económico para el país, señaló el emir de Qatar, Sheij Hamad bin Yassim al Thani.
Líbano, Irak y Argelia votaron en contra. Líbano “expresó reservas” respecto a las sanciones, según Yassim, que incluyen la prohibición de viajar a los oficiales sirios de alto rango y la suspensión de proyectos comerciales con el gobierno sirio.
Un comité elaborará una lista de los funcionarios afectados e informará a la Liga Árabe de una posible suspensión de los vuelos de la aerolínea estatal a otros países árabes en función de la respuesta de Damasco a un plan de paz.
Las medidas también incluyen el bloqueo de activos del gobierno sirio en los países árabes y el cese de los negocios con el banco central sirio y de las inversiones en el país.
Damasco criticó la medida como una traición a la solidaridad árabe.
“El objetivo de la decisión de hoy es cesar el derramamiento de sangre en Siria”, dijo el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi, que señaló sin embargo que las medidas serán reconsideradas si Damasco acepta el envío de observadores para proteger a los civiles, retira el ejército de las áreas civiles e inicia un diálogo con la oposición.
El gobierno sirio dejó vencer el ultimátum para ello el pasado viernes.
Además, Yassim, primer ministro y ministro de Exteriores de Qatar, advirtió que las medidas podrían extenderse internacionalmente si los esfuerzos árabes no logran resolver la crisis. La ONU será informada de la decisión de la Liga Árabe, añadió.
Sin tregua
A juzgar por las palabras ayer del presidente sirio, Bashar al-Assad, no parece que Damasco vaya a cejar en su campaña de represión. En un encuentro con universitarios, Al-Assad aseguró que las fuerzas del régimen seguirán luchando contra los “terroristas”.
“No habrá tolerancia con ellos, les seguiremos por todas partes”, aseguró el mandatario, antes de añadir que el ejército ha propinado “golpes severos y decisivos a los terroristas”.
Un comunicado, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicó que 15 personas perecieron en la provincia central de Homs, que es escenario de redadas intensivas de las fuerzas policiales y militares.
La brutalidad de las fuerzas del orden causó, además, la muerte de 11 personas en la localidad de Rankus, situada en los alrededores de Damasco, entre ellos dos menores de 14 y 10 años de edad, agregaron los opositores.
El ejército jordano dijo que militares sirios abrieron fuego ayer contra una familia de cuatro miembros que escapaba hacia Jordania, causando heridas a una mujer. En el resto del país se registraron seis muertos más, según activistas.
Cientos de personas, incluyendo civiles, soldados y desertores del ejército han muerto en Siria este mes, posiblemente el más sangriento desde el inicio de la rebelión en marzo, siguiendo la línea de las protestas que derrocaron a los líderes de Túnez, Egipto y Libia.
Unos 500 refugiados sirios y 100 desertores del ejército y la policía han huido a Jordania a lo largo de los ocho meses de levantamiento popular en su país. Muchos sirios que huyen de los operativos de Al-Assad en contra de los manifestantes también han buscado refugio en la vecina Turquía.
Naciones Unidas estima que más de 3 mil 500 personas han muerto en total desde el inicio de la revuelta.
La presión de la comunidad internacional va en aumento para que la Corte Penal Internacional (CPI) indague posibles crímenes contra la humanidad en ese país.
Organismos de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, han señalado que existe ya la evidencia suficiente para que se inicie una investigación.
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