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Cientos de personas participan en los primeros comicios desde que fue derrocado el gobierno de Hosni Mubarak.
Los egipcios acuden a las urnas este lunes para emitir su voto en las primeras elecciones después de la revuelta que derrocó a uno de los gobiernos con mayor antigüedad en el mundo.
Cientos de personas hacían fila en una calle del centro de El Cairo, esperando pacientemente para votar en las elecciones parlamentarias del país.
"Ésta es la primera vez en 55 años que puedo votar”, dijo Sharif Shinawi, un empresario de 55 años de edad. "Nunca en la historia de Egipto, desde Adán y Eva, hemos tenido esta oportunidad. Estoy dispuesto a esperar 10 horas, o hasta mañana por la mañana, si tengo que hacerlo, pero votaré”.
En el vecindario el Manial, Mohamed Rida’a Abdulla, un hombre barbado, dio su opinión tras emitir su voto.
“Antes, siempre había trampas. Ahora, podría estar equivocado, pero creo que mi voto contará”, dijo el ingeniero eléctrico. Señaló que rechazaba votar por los miembros del gobierno depuesto de Hosni Mubarak, el disuelto Partido Democrático Nacional, y que tampoco votaría por la Hermandad Musulmana. “Aunque tenga barba y sea muy buen musulmán, voté por un partido intermedio”.
Las urnas abrieron a las 8:00 horas (2:00 am, tiempo de México) para la primera de muchas rondas con el objetivo de definir quién ocupará las cámaras alta y baja del parlamento.
El revuelto centro de Tahrir
Mientras tanto, multitudes se reunieron en la plaza Tahrir en El Cairo, donde los manifestantes han exigido cambios desde principios de este año. Ellos derrocaron al gobernante Hosni Mubarak en febrero —una gran victoria en los levantamientos de la primavera árabe— y ahora están pidiendo a sus sustitutos militares que den un paso al costado.
"Nunca he votado en ninguna elección porque todo era corrupto y no podía considerarse una elección. Se llamaba falsificación. ¿Por qué votar si se está 100% seguro de que tu sufragio no será respetado, no será contado?", dijo Mohamed Ali, un guía turístico.
Al igual que muchos egipcios, Ali se debate entre las urnas y una revolución que se siente incompleta. "Las elecciones, es la oportunidad ahora", dijo Ali. "Voy a ir (a votar) y luego estaré de vuelta en la plaza".
En algunas áreas surgieron problemas. Fueron entregados ilegalmente volantes con propaganda en algunas partes de El Cairo, a pesar de que ya no es tiempo para hacer campaña.
"Sí, ha habido algunos reportes limitados de actos de campaña cerca de las urnas, lo cual es ilegal, pero los militares contuvieron la situación y los detuvieron o confiscaron su material de campaña", dijo el funcionario electoral Abdel Moez Ibrahim.
Dijo que, en general, el proceso electoral parecía ir bien, y que "la mayoría de los informes de irregularidades están relacionadas con la apertura tardía de algunas casillas".
Ibrahim señaló que esas casillas estarán abiertas hasta tarde la noche del lunes, el mismo número de horas en que se retrasaron.
El activista Yousri Kamal agregó que las boletas todavía no habían llegado a un colegio electoral en El Cairo, horas después de la apertura de las urnas. "Muchas personas están enojadas y están empezando a irse".
"En una encrucijada crítica"
En la víspera de las elecciones del lunes, el jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas —órgano de gobierno actual de Egipto— instó a los egipcios a votar y advirtió de "graves consecuencias" si la crisis política del país continúa, informó la cadena estatal de TV Al-Masriya.
Unos 50 millones de personas son elegibles para tomar parte en la histórica elección.
"Por favor vayan a votar porque queremos un Parlamento que esté bien equilibrado con todos los partidos y grupos. Las elecciones no tendrán éxito hasta que todos los que tienen derecho a votar participen. Egipto está en una encrucijada crítica. O bien tiene éxito, o Egipto se enfrentará a graves consecuencias", señaló Tantawi.
Las elecciones para la Cámara baja están programadas para llevarse a cabo en tres etapas, la última de las cuales está prevista para enero. Las elecciones de la cámara alta serán entre enero y marzo.
Los egipcios tienen docenas de partidos políticos y miles de candidatos independientes para elegir. Se espera que la Hermandad Musulmana, una de las mayores organizaciones del país, tenga buen desempeño en las elecciones.
La votación se lleva a cabo en el contexto de manifestaciones para pedir el fin inmediato del régimen militar.
Al menos 42 personas murieron en enfrentamientos en las últimas dos semanas, incluyendo al menos 33 en El Cairo. Otros 3,250 resultaron heridos, según el Ministerio de Salud.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, órgano de gobierno actual de Egipto, dijo que las elecciones presidenciales se celebrarán en junio del próximo año. Los líderes militares dicen que van a entregar el poder a un nuevo gobierno cuando resulte electo.
"Luché por estas elecciones en la plaza Tahrir, e incluso recibí un disparo, pero las estoy boicoteando por completo. No confío en los militares… Es una farsa y más personas morirán en los próximos dos días", dijo Omar Ahmed, un conductor de taxi.
“Nunca iremos hacia atrás”
Al igual que Ahmed, los analistas advierten que puede haber más violencia si el voto no es considerado legítimo por la mayoría.
Las elecciones en Egipto son vigiladas de cerca porque es el país más poblado del mundo árabe y un actor principal en la política regional. Lo que ocurra en este país tendrá repercusiones en los alrededores.
“Es fácil imaginar un espiral de revueltas y violencia si las elecciones son percibidas como ilegítimas por un número importante de egipcios, o peor, retrasadas”, escribió recientemente el analista Shadi Hamid, en la sede de Qatar del instituto Brookings.
“Desde su revolución, Egipto no ha tenido ni siquiera un cuerpo nacional legítimo. La legitimidad requiere elecciones, que es por lo que las actuales elecciones son tan críticas tanto para los egipcios como para cualquiera que quiera ver a Egipto moverse hacia la democracia y un mínimo de estabilidad”.
El Ejército del país recientemente designó a Kamal Ganzouri, quien sirvió para Mubarak, como primer ministro. Fue elegido luego de que el entonces primer ministro Essam Sharaf y su gobierno renunciaron en masa.
“Creo que hemos tenido altas y bajas. Ahora estamos teniendo otro pico. Desafortunadamente, quizá no sea el pico que esperamos para un tiempo como esta”, dijo Mohamed Ghoneim, otro activista.
Y agregó: “Definitivamente creo que las llantas están en marcha, y que nunca iremos hacia atrás”.
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