Un atacante suicida mató a 20 personas ayer tras detonar su coche bomba mientras un grupo de reclutas salía de una academia policial de Bagdad, en el más reciente atentado contra funcionarios de seguridad que los habitantes de la capital iraquí atribuyeron a la disputa política que enturbia a Irak.
Entre los muertos se encontraban cinco policías, los demás eran reclutas. Otros 28 reclutas y policías resultaron heridos.
La policía dijo que el atacante esperaba sentado dentro de un vehículo cargado de explosivos frente a la Academia Nacional de Policía, cerca del Ministerio del Interior, en un vecindario del este de Bagdad, la capital iraquí. Cuando los reclutas salieron del complejo alrededor de la 1:00 de la tarde, se lanzó contra ellos antes de detonar su carga.
“Escuchamos una fuerte explosión y las ventanas de la habitación estallaron”, dijo Haider Mohammed, un empleado de 44 años que labora en el Club Deportivo de la Policía, ubicado aproximadamente a 100 metros de la puerta principal de la academia. Describió una escena horrenda de vehículos en llamas, partes dispersas de carne quemada y personas heridas tiradas en el piso.
“Todos aquí sabemos cuándo entran y salen los reclutas de la academia”, dijo Mohammed. “Esta es una falla en cuestión de seguridad”.
Los funcionarios de tres hospitales cercanos confirmaron las muertes.
Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad del atentado, aunque los ataques suicidas son el método favorito de al–Qaida.
Los funcionarios hablaron a condición de guardar el anonimato por no estar autorizados a revelar la información.
Es el más reciente ataque contra las fuerzas de seguridad iraquíes, blanco frecuente de los insurgentes para evidenciar la precaria situación que aún existe en el país.
Sin embargo, varios de los residentes de Bagdad dijeron que es muy probable que el ataque de ayer tenga sus orígenes en la turbulencia política que ha sacudido a Irak durante las últimas semanas.
Un empleado de la academia dijo que los reclutas acababan de terminar un entrenamiento de dos semanas. Generalmente, los reclutas son escoltados hasta abandonar el recinto, aunque dependen de ellos para su seguridad una vez en la calle. Fue en ese momento en que el agresor detonó el vehículo ayer.
Los reclutas del cuerpo han sido atacados repetidamente en atentados espectaculares en los que los agresores suicidas han logrado infiltrarse más allá de las barreras de protección y otros controles.
El atentado de ayer muestra además la capacidad de los extremistas para montar estos ataques pese a las medidas del Gobierno y a contar con menores recursos.
La policía iraquí es considerada el elemento más débil entre las fuerzas de seguridad del país, que son atacadas con explosivos o tiroteos casi diariamente. El más reciente atentado contra la policía había sucedido en octubre, cuando 25 personas murieron en Bagdad en una serie de ataques que incluyó dos vehículos cargados de explosivos que chocaron contra comisarías policiales.
Entre los muertos se encontraban cinco policías, los demás eran reclutas. Otros 28 reclutas y policías resultaron heridos.
La policía dijo que el atacante esperaba sentado dentro de un vehículo cargado de explosivos frente a la Academia Nacional de Policía, cerca del Ministerio del Interior, en un vecindario del este de Bagdad, la capital iraquí. Cuando los reclutas salieron del complejo alrededor de la 1:00 de la tarde, se lanzó contra ellos antes de detonar su carga.
“Escuchamos una fuerte explosión y las ventanas de la habitación estallaron”, dijo Haider Mohammed, un empleado de 44 años que labora en el Club Deportivo de la Policía, ubicado aproximadamente a 100 metros de la puerta principal de la academia. Describió una escena horrenda de vehículos en llamas, partes dispersas de carne quemada y personas heridas tiradas en el piso.
“Todos aquí sabemos cuándo entran y salen los reclutas de la academia”, dijo Mohammed. “Esta es una falla en cuestión de seguridad”.
Los funcionarios de tres hospitales cercanos confirmaron las muertes.
Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad del atentado, aunque los ataques suicidas son el método favorito de al–Qaida.
Los funcionarios hablaron a condición de guardar el anonimato por no estar autorizados a revelar la información.
Es el más reciente ataque contra las fuerzas de seguridad iraquíes, blanco frecuente de los insurgentes para evidenciar la precaria situación que aún existe en el país.
Sin embargo, varios de los residentes de Bagdad dijeron que es muy probable que el ataque de ayer tenga sus orígenes en la turbulencia política que ha sacudido a Irak durante las últimas semanas.
Un empleado de la academia dijo que los reclutas acababan de terminar un entrenamiento de dos semanas. Generalmente, los reclutas son escoltados hasta abandonar el recinto, aunque dependen de ellos para su seguridad una vez en la calle. Fue en ese momento en que el agresor detonó el vehículo ayer.
Los reclutas del cuerpo han sido atacados repetidamente en atentados espectaculares en los que los agresores suicidas han logrado infiltrarse más allá de las barreras de protección y otros controles.
El atentado de ayer muestra además la capacidad de los extremistas para montar estos ataques pese a las medidas del Gobierno y a contar con menores recursos.
La policía iraquí es considerada el elemento más débil entre las fuerzas de seguridad del país, que son atacadas con explosivos o tiroteos casi diariamente. El más reciente atentado contra la policía había sucedido en octubre, cuando 25 personas murieron en Bagdad en una serie de ataques que incluyó dos vehículos cargados de explosivos que chocaron contra comisarías policiales.
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