Preparados para luchar, Mitt Romney y Rick Santorum intercambiaron acusaciones sobre el gasto oficial, rescates de empresas y atención médica el miércoles, en el 20mo y quizás último debate de la contienda por la candidatura presidencial republicana.
"Vean, la política es un deporte de equipo", se justificó.
A seis días de primarias cruciales en Arizona y Michigan —a las que sigue una semana después el Super Martes con elecciones en 10 estados— Romney y Santorum se mostraron más agresivos que en debates anteriores y en ocasiones se interrumpieron.
El representante texano Ron Paul, muy sonriente, terció para decir que Santorum era un falso conservador que había votado a favor de los programas gubernamentales que ahora dice que quiere derogar.
Por su parte, el ex presidente de la cámara baja Newt Gingrich trató de intervenir como si fuera un árbitro en lugar de un participante en el debate.
El momento más animado de la noche se produjo durante la discusión sobre la atención médica.
Santorum dijo que Romney utilizó dinero del gobierno para "financiar un avasallamiento federal de la atención médica en Massachusetts", en alusión a la ley aprobada cuando Romney era gobernador de ese estado. La norma es similar en varios aspectos a la ley federal de Obama que los republicanos han prometido derogar.
En su respuesta, Romney responsabilizó a Santorum por la ley de Obama, afirmando que en una primaria de 2004, apoyó al entonces senador Arlen Specter de Pensilvania quien luego cambió de partido para votar a favor de esa ley.
Specter "votó a favor de (la ley de Obama). Si usted no lo hubiese apoyado, si hubiéramos dicho que no a Arlen Specter, no tendríamos" esa ley, sostuvo Romney.
Santorum pasó al ataque en materia de rescates federales.
Mientras los cuatro precandidatos se declararon contrarios al rescate federal de la industria automotriz en 2008 y 2009, Santorum dijo que había votado en contra de todos los rescates realizados por el gobierno.
Romney "apoyó a la gente de Wall Street y rescató a Wall Street, estuvo a favor de hacerlo, pero cuando se trataba de los trabajadores del automotor y la gente en Detroit, dijo que no. Esa no me parece una posición principista consecuente", dijo Santorum.
Según una encuesta Associated Press-Gfk difundida el miércoles, Obama derrotaría a cualquiera de los cuatro contendientes republicanos si las elecciones se realizaran hoy. También halló un mayor optimismo en el país sobre la situación económica, el tema que domina la elección.
Romney confía en ganar Arizona, hasta el punto que no ha emitido publicidad por televisión.
Pero enfrenta una oposición inesperadamente fuerte de Santorum en Michigan, un estado que Romney esperaba ganar y del cual su padre fue gobernador.
El resultado ha sido una andanada multimillonaria de avisos por televisión.
Hay 518 delegados a la Convención Nacional Republicana en juego entre el 28 de febrero y el 6 de marzo, el triple de la cantidad otorgada por los estados desde principios de año. Se necesitan 1.144 para obtener la candidatura.
Sus únicas coincidencias fueron en inmigración y política exterior.
En lo primero, coincidieron en la necesidad de construir el muro a lo largo de la frontera con México y en elogiar políticas restrictivas a los 11 millones de inmigrantes sin la debida documentación, tipificada por la ley antiinmigrante de Arizona.
En política exterior, los cuatro atacaron al presidente Barack Obama por su actitud frente al intento iraní de desarrollar un programa nuclear, pero ninguno abogó por dar armas a los rebeldes que intentan derrocar al presidente Bashar Assad.
Santorum, que viene en franco ascenso en las encuestas, fue abucheado por la audiencia cuando dijo que había votado a favor de la política educativa del entonces presidente George W. Bush aunque se oponía a ella.
Santorum, que viene en franco ascenso en las encuestas, fue abucheado por la audiencia cuando dijo que había votado a favor de la política educativa del entonces presidente George W. Bush aunque se oponía a ella.
"Vean, la política es un deporte de equipo", se justificó.
A seis días de primarias cruciales en Arizona y Michigan —a las que sigue una semana después el Super Martes con elecciones en 10 estados— Romney y Santorum se mostraron más agresivos que en debates anteriores y en ocasiones se interrumpieron.
El representante texano Ron Paul, muy sonriente, terció para decir que Santorum era un falso conservador que había votado a favor de los programas gubernamentales que ahora dice que quiere derogar.
Por su parte, el ex presidente de la cámara baja Newt Gingrich trató de intervenir como si fuera un árbitro en lugar de un participante en el debate.
El momento más animado de la noche se produjo durante la discusión sobre la atención médica.
Santorum dijo que Romney utilizó dinero del gobierno para "financiar un avasallamiento federal de la atención médica en Massachusetts", en alusión a la ley aprobada cuando Romney era gobernador de ese estado. La norma es similar en varios aspectos a la ley federal de Obama que los republicanos han prometido derogar.
En su respuesta, Romney responsabilizó a Santorum por la ley de Obama, afirmando que en una primaria de 2004, apoyó al entonces senador Arlen Specter de Pensilvania quien luego cambió de partido para votar a favor de esa ley.
Specter "votó a favor de (la ley de Obama). Si usted no lo hubiese apoyado, si hubiéramos dicho que no a Arlen Specter, no tendríamos" esa ley, sostuvo Romney.
Santorum pasó al ataque en materia de rescates federales.
Mientras los cuatro precandidatos se declararon contrarios al rescate federal de la industria automotriz en 2008 y 2009, Santorum dijo que había votado en contra de todos los rescates realizados por el gobierno.
Romney "apoyó a la gente de Wall Street y rescató a Wall Street, estuvo a favor de hacerlo, pero cuando se trataba de los trabajadores del automotor y la gente en Detroit, dijo que no. Esa no me parece una posición principista consecuente", dijo Santorum.
Según una encuesta Associated Press-Gfk difundida el miércoles, Obama derrotaría a cualquiera de los cuatro contendientes republicanos si las elecciones se realizaran hoy. También halló un mayor optimismo en el país sobre la situación económica, el tema que domina la elección.
Romney confía en ganar Arizona, hasta el punto que no ha emitido publicidad por televisión.
Pero enfrenta una oposición inesperadamente fuerte de Santorum en Michigan, un estado que Romney esperaba ganar y del cual su padre fue gobernador.
El resultado ha sido una andanada multimillonaria de avisos por televisión.
Hay 518 delegados a la Convención Nacional Republicana en juego entre el 28 de febrero y el 6 de marzo, el triple de la cantidad otorgada por los estados desde principios de año. Se necesitan 1.144 para obtener la candidatura.
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