Washington— El pleno del Senado de Estados Unidos confirmó ayer al diplomático Earl Anthony Wayne como nuevo embajador en México. Según especialistas, tendrá como su principal desafío recobrar la confianza del Gobierno mexicano tras la tensión surgida durante los últimos meses de gestión de su antecesor Carlos Pascual; el Gobierno de México manifestó su mejor disposición para trabajar con Wayne.
Confirmado por “consenso unánime”, sin necesidad del voto del pleno del Senado, y sin que exista aún una fecha oficial para su arribo al Distrito Federal, el embajador de carrera, de 60 años, llegará a México para cubrir la vacante dejada por Pascual desde mediados de mayo y luego de un proceso de confirmación legislativa relativamente rápido.
Según especialistas en la relación bilateral, la rápida confirmación Wayne -ocho semanas desde su nominación oficial por parte del presidente Barack Obama- muestra la importancia que da EU a la relación con México.
“El principal reto para Wayne es tomar las riendas y volver a entablar la relación de coordinación, de colaboración que venía de antes, pero que de alguna manera decayó con la partida del embajador Pascual”, comentó en entrevista Eric Olson, investigador del Instituto de México del Woodrow Wilson Center.
Pascual renunció en marzo luego de que el presidente Felipe Calderón expresara públicamente su molestia por opiniones sobre los esfuerzos mexicanos en materia de seguridad contenidos en cables secretos de la Embajada divulgados por WikiLeaks.
“Claramente (Wayne) tendrá un reto importante en buscar volver a ganar los niveles de confianza que se evaporaron después de WikiLeaks y de las expresiones del Presidente Calderón de molestia con el Embajador Pascual”, comentó Ray Walser, especialista de la conservadora Heritage Foundation.
El gobierno de México manifestó su mejor disposición para trabajar con el nuevo embajador de Estados Unidos en México Earl Anthony Wayne, quien fue ratificado por el Senado de su país para este cargo diplomático.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) emitió un comunicado donde dice que colaborará con el funcionario para consolidar la visión compartida de una relación bilateral cada vez más sólida, basada en la cooperación y la corresponsabilidad.
Hace apenas dos semanas, Wayne intercambiaba unas cuantas frases en español con periodistas mexicanos que cubrieron su primera audiencia, mientras cruzaba los dedos y hacía votos porque su confirmación avanzara “lo más rápido posible”.
Durante esa audiencia, Wayne adelantó que, una de sus primeras tareas, será el de buscar el consenso con los más importantes interlocutores políticos y sociales de México en torno a la lucha que libra el gobierno contra los cárteles de la droga y que, desde su punto de vista, no puede frenarse o dar marcha atrás, independientemente de quien resulte ganador en las elecciones presidenciales del 2012.
Además, se comprometió a hacer valer la autoridad del jefe de misión, para evitar así que se repitan operativos como el de “Rápido y Furioso”, un esquema de trasiego ilegal de armamento que permitió el paso de 2 mil armas de grueso calibre que fueron a parar a los cárteles de la droga, principalmente, al Cártel de Sinaloa, según el testimonio ofrecido el pasado 26 de julio ante el Congreso por el agregado de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Exlosivos (ATF) en México, Carlos Canino.
Subsecretario de Estado para Asuntos Económicos entre 2001 y 2006 y Embajador en Argentina entre 2006 y 2009, Wayne fue hasta junio pasado el número dos en la Embajada de EU en Afganistán.
Diplomático desde 1975, Wayne tendrá ahora como una de sus principales prioridades lograr que la ayuda antinarco para México comprometida por EU fluya de manera adecuada.
Confirmado por “consenso unánime”, sin necesidad del voto del pleno del Senado, y sin que exista aún una fecha oficial para su arribo al Distrito Federal, el embajador de carrera, de 60 años, llegará a México para cubrir la vacante dejada por Pascual desde mediados de mayo y luego de un proceso de confirmación legislativa relativamente rápido.
Según especialistas en la relación bilateral, la rápida confirmación Wayne -ocho semanas desde su nominación oficial por parte del presidente Barack Obama- muestra la importancia que da EU a la relación con México.
“El principal reto para Wayne es tomar las riendas y volver a entablar la relación de coordinación, de colaboración que venía de antes, pero que de alguna manera decayó con la partida del embajador Pascual”, comentó en entrevista Eric Olson, investigador del Instituto de México del Woodrow Wilson Center.
Pascual renunció en marzo luego de que el presidente Felipe Calderón expresara públicamente su molestia por opiniones sobre los esfuerzos mexicanos en materia de seguridad contenidos en cables secretos de la Embajada divulgados por WikiLeaks.
“Claramente (Wayne) tendrá un reto importante en buscar volver a ganar los niveles de confianza que se evaporaron después de WikiLeaks y de las expresiones del Presidente Calderón de molestia con el Embajador Pascual”, comentó Ray Walser, especialista de la conservadora Heritage Foundation.
El gobierno de México manifestó su mejor disposición para trabajar con el nuevo embajador de Estados Unidos en México Earl Anthony Wayne, quien fue ratificado por el Senado de su país para este cargo diplomático.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) emitió un comunicado donde dice que colaborará con el funcionario para consolidar la visión compartida de una relación bilateral cada vez más sólida, basada en la cooperación y la corresponsabilidad.
Hace apenas dos semanas, Wayne intercambiaba unas cuantas frases en español con periodistas mexicanos que cubrieron su primera audiencia, mientras cruzaba los dedos y hacía votos porque su confirmación avanzara “lo más rápido posible”.
Durante esa audiencia, Wayne adelantó que, una de sus primeras tareas, será el de buscar el consenso con los más importantes interlocutores políticos y sociales de México en torno a la lucha que libra el gobierno contra los cárteles de la droga y que, desde su punto de vista, no puede frenarse o dar marcha atrás, independientemente de quien resulte ganador en las elecciones presidenciales del 2012.
Además, se comprometió a hacer valer la autoridad del jefe de misión, para evitar así que se repitan operativos como el de “Rápido y Furioso”, un esquema de trasiego ilegal de armamento que permitió el paso de 2 mil armas de grueso calibre que fueron a parar a los cárteles de la droga, principalmente, al Cártel de Sinaloa, según el testimonio ofrecido el pasado 26 de julio ante el Congreso por el agregado de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Exlosivos (ATF) en México, Carlos Canino.
Subsecretario de Estado para Asuntos Económicos entre 2001 y 2006 y Embajador en Argentina entre 2006 y 2009, Wayne fue hasta junio pasado el número dos en la Embajada de EU en Afganistán.
Diplomático desde 1975, Wayne tendrá ahora como una de sus principales prioridades lograr que la ayuda antinarco para México comprometida por EU fluya de manera adecuada.
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