Coba, Guatemala.- Cientos de policías y soldados tomaron el control de esta capital provincial del norte luego que el gobierno decretara el estado de sitio en la región como respuesta a la violencia fuera de control causada por grupos de narcotraficantes.
El gobierno mantendrá el estado de sitio durante un mes en esta zona y, de acuerdo Ronaldo Robles, vocero de la presidencia, se evalúa extenderlo a otras zonas donde hay presencia de narcotraficantes. El congreso se reunirá el miércoles para ratificar el estado de sitio.
"Teníamos tiempo de estarlo pidiendo las alcaldías (de la región)... de dos años para acá, la violencia ha aumentado, hay asaltos, extorsiones, tiroteos en plena calle causados por gente de fuera, no sabemos quienes son pero se rumora que son cárteles de narcotraficantes mexicanos", dijo en una entrevista con la AP, Ariel Hasse, el gerente de proyectos municipales de la alcaldía de Cobán, capital de la provincia de Alta Verapaz.
El domingo el ejecutivo decretó el Estado de Sitio en esta provincia, que suspende varias garantías constitucionales, para contar con las herramientas legales que le permitan combatir la presencia de narcotraficantes en esta región selvática y montañosa ubicada a unos 100 kilómetros de la capital, y a pocos kilómetros de la frontera con México.
En esta región desde hace dos años se ha detectado la presencia de miembros del cártel de narcotraficantes conocido como "Los Zetas", quienes disputan con traficantes locales el control de la ruta entre Honduras y México. La construcción de una carretera que cruza casi todo el norte del país facilitó en los últimos años el tránsito de personas, mercancías, drogas y armas.
Freddy Nolasco, el recién nombrado jefe de la región policial, dijo que hay 500 policías, casi el doble de lo usual además de los 300 soldados que llegaron desde el domingo a patrullar y participar en los operativos. El antecesor del nuevo jefe, fue destituido y todos los demás agentes de la comisaría están siendo investigados por corrupción.
Robles, el vocero de la presidencia, indicó a la AP que tomaron la decisión "un domingo cinco días antes de nochebuena para aprovechar el factor sorpresa y para garantizar unas fiestas tranquilas a la población de Cobán.
Hasta el momento, las autoridades han capturado a 10 personas y se decomisaron cuatro vehículos blindados y armas indicó el ministro de la Defensa Abraham Valenzuela en una rueda de prensa en esta localidad. "El presidente está preocupado por los elevados índices de violencia en Alta Verapaz, una zona que está siendo castigada por el crimen organizado", dijo Valenzuela.
En la región la gente prefiere no hablar del tema, menos aún nombrar a "los Zetas". Se refieren a "gente de fuera" y "algunos grupos", entre otros eufemismos para referirse a ese cártel de la droga, a la cual, entre otros hechos, se le atribuye la muerte de cinco agentes policiales durante un enfrentamiento en 2009.
Habitantes de la localidad, aseguran que los tiroteos eran tan frecuentes que la gente ya no podía distinguir entre las batallas entre narcos y la quema de cohetillos para las festividades cercanas a la navidad.
"Está supersalvaje la violencia. Aparecen descuartizados, torturados. Cosas que no se veían desde los años 80", cuando el país estaba sumido en una guerra civil que dejó 200 mil víctimas entre muertos y desaparecidos, comenta Roberto Alvarado, director de la ONG Asociación para el Desarrollo y la Paz.
Según Alvarado, la composición de los elementos armados de esos grupos no debería sorprender a nadie. "Los q'eqchíes son el grupo (étnico) que más soldados le dio al ejército y más combatientes a la guerrilla durante la guerra, somos una raza aguantadora y muy leal".
Hasse asegura que "cuando un q'eqchí dice que pone el pecho por tí, lo hacen y pueden morir orgullosos de hacerlo". Esta cualidad, sumada a la posición geográfica y la extrema pobreza que vive la zona podría explicar porqué los narcotraficantes han decidido hacer de la región su base de operaciones y que hayan realizado campañas para reclutar jóvenes de la zona.
"Cobán es el único municipio de América Latina donde aún existe la figura del 'mozo colono', una forma de trabajo cercana a la esclavitud en que los finqueros daban pequeñas parcelas para cultivos de subsistencia a los habitantes de la zona a cambio de mano de obra barata o regalada", explicó Alvaro Pop, un intelectual y analista político q'eqchí.
Las familias que habían vivido allí durante generaciones en las fincas que fueron entregadas con todo y habitantes por el estado guatemalteco durante las últimas dos décadas del siglo XIX a inmigrantes principalmente de origen alemán se vieron de la noche a la mañana sin una fuente de subsistencia.
Hasse añade que durante la crisis, una gran cantidad finqueros arrancaron los arboles de café y se adhirieron al programa de incentivos forestales, (en el que el gobierno paga a cambio de sembrar y cuidar bosques) que requiere mucha menos mano de obra y expulsaron a los mozos colonos. "Los jóvenes no tienen trabajo y ven en el ejército, las policías privadas o estos grupos una fuente de ingresos", comentó.
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