lunes, 5 de septiembre de 2011

A punto del colapso, Servicio Postal de EU

DIARIO.COM

El Servicio Postal de Estados Unidos ha vivido desde hace algún tiempo al límite financiero, pero jamás había estado tan cerca del precipicio como hoy en día: la dependencia tiene tantos problemas de efectivo que este mes no podrá hacer un pago de 5.5 mil millones de dólares y podría tener que cerrar por completo este invierno a menos de que el Congreso tome las medidas de emergencia necesarias para estabilizar sus finanzas.

“Nuestra situación es extremadamente grave”, comentó el director general de correos, Patrick R. Donahoe, en una entrevista. “Si el Congreso no hace algo, no podremos pagar”.

En semanas recientes, Donahoe ha estado impulsando una serie de dolorosas medidas de recorte de gastos a fin de eliminar el déficit de la dependencia, el cual alcanzará los 9.2 mil millones de dólares este año fiscal. Algunas de ellas son la cancelación del reparto de los sábados, el cierre de hasta 3 mil 700 sucursales y el despido de 120 mil empleados –cerca de una quinta parte de la mano de obra de la dependencia– pese a la cláusula contra despidos presente en los contratos del sindicato.

Los problemas de la Oficina de Correos se desprenden de una difícil realidad: la dependencia está siendo literalmente exprimida en cuanto a ingresos y costos por igual.

Como cualquier usuario de computadora sabe, la revolución de Internet ha conducido a que las personas y las empresas cada vez envíen menos correo tradicional.

A su vez, décadas de promesas contractuales hechas a empleados sindicalizados, incluyendo cláusulas contra despidos, están aumentando los costos de la oficina postal. La mano de obra representa el 80 por ciento de los gastos de la dependencia, en comparación con el 53 por ciento de United Parcel Service y el 32 por ciento de FedEx, sus dos mayores contrincantes privados. Los trabajadores postales también reciben mejores prestaciones de salud que la mayoría de los empleados federales.

El Comité de Asuntos de Seguridad Interna y Gubernamentales del Senado llevará a cabo una audiencia mañana sobre la situación de la dependencia. Hasta el momento, los demócratas y republicanos del Congreso, aún resentidos por la discusión en torno al techo de la deuda federal, no han acordado ninguna solución. Y no es ninguna ayuda que muchas de las opciones para salvar al Servicio Postal sean difíciles de digerir en términos políticos.

“La situación es grave”, comentó Thomas R. Carper, demócrata de Delaware que preside el subcomité del Senado encargado de supervisar al servicio postal. “Si no hacemos nada, si no reaccionamos de manera inteligente y adecuada, el servicio postal podría cerrar sus puertas posteriormente en el año. Ése no es el tipo de desarrollo que necesitamos para nuestra lenta y desigual recuperación económica”.

Ni para gasolina

No cumplir con el pago de 5.5 mil millones de dólares, con fecha límite para el 30 de septiembre, destinado a financiar la atención médica de futuros pensionados, no provocará un desastre inmediato. Pero en algún momento de principios del próximo año, la dependencia se quedará sin dinero para pagar a sus empleados y cargar sus vehículos de gasolina, advirtieron funcionarios, lo cual la obligaría a dejar de repartir las alrededor de tres mil millones de cartas que maneja por semana.

El motivo de la crisis es bien conocido y sumamente difícil de superar.

El volumen del correo se ha desplomado con el ascenso del correo electrónico, los sistemas de pago electrónico y una Web que en un instante pone cualquier cosa a disponibilidad, desde catálogos de moda hasta noticias. El sistema manejará alrededor de 167 mil millones de cartas este año fiscal, o el 22 por ciento menos que hace cinco años.

Resulta difícil imaginar un cambio drástico en tal tendencia, y pronósticos pesimistas dejan entrever que el volumen podría disminuir a 118 mil millones de cartas para 2020. La ley también prohíbe a la Oficina de Correos aumentar las cuotas de franqueo con una velocidad mayor a la de la inflación.

Mientras tanto, la dependencia ha tenido problemas para reducir sus costos a fin de igualar el descenso de los ingresos, con un largo historial de contratos laborales que ofrecen buenas prestaciones de salud y de jubilación, oficinas postales subutilizadas y leyes que restringen su capacidad de tomar las decisiones empresariales más básicas, como reducir la frecuencia de los repartos.

El Congreso está considerando varias propuestas de emergencia, principalmente la posibilidad de permitir a la Oficina Postal recuperar miles de millones de dólares que la administración indica que pagó de más a los fondos de pensiones de sus empleados. Esto ayudaría a la dependencia a salir de su crisis de corto plazo, pero retrazaría el momento de pensar en temas de mayor seriedad.

Los líderes de la dependencia reconocen que deben encontrar una manera de aumentar los ingresos, algo mucho más severo a la reducción de los costos.

En algunos países, las oficinas de correos también fungen como bancos o venden seguros o teléfonos celulares. En Estados Unidos, la dependencia tiene prohibido incursionar en muchas áreas. Aun así, la dependencia está tomando en cuenta ideas, como obtener el derecho de repartir vino y cerveza, permitir el anuncio de productos en camiones de la misma y en sus sucursales, y ofrecer servicios especiales de entrega en mano para correspondencia y transacciones para las que el correo electrónico no es considerado lo suficientemente seguro.

La esperanza de Donajoe es recortar $20 mil millones de los 75 mil millones de dólares en costos anuales para 2015. Para conseguirlo, pretende cerrar muchas oficinas de correos y reducir la cantidad de centros de clasificación de 500 a 200, además de recortar la mano de obra de la dependencia a 220 mil personas, de sus 653 mil empleados actuales. (Hace una década, en la dependencia trabajaban alrededor de 900 mil personas.)

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