Ciudad del Vaticano.- Egipto y El Vaticano han vivido momentos de tensión diplomática en las últimas horas a causa de los recientes atentados violentos contra cristianos en ese país africano y los llamados del Papa a dar seguridad a los feligreses.
Este martes el gobierno egipcio llamó a “consultas” a su embajadora ante la Sede Apostólica, Lamia Aly Hamada Mekhemar, luego que la víspera Benedicto XVI pronunció un discurso en el cual deploró el ataque terrorista perpetrado en Alejandría días atrás.
En un encuentro con el cuerpo diplomático acreditado ante El Vaticano el líder de la Iglesia Católica urgió a los gobiernos, incluido el egipcio, a adoptar medidas eficaces para la protección de las minorías religiosas, a pesar de las dificultades y amenazas.
El vocero papal Federico Lombardi reveló que esta tarde y antes de viajar a su país, Hamada Mekhemar fue recibida por el secretario para las Relaciones con los Estados (ministro de relaciones exteriores del Vaticano), Dominique Mamberti.
“En el curso del encuentro la embajadora externó la preocupación de su gobierno en el difícil momento actual, pudo recibir informaciones y recoger los elementos útiles para referir adecuadamente sobre las recientes intervenciones del Santo Padre”, dijo.
Subrayó que la sede católica participa del sentimiento del pueblo egipcio, golpeado por el atentado en Alejandría y que “comparte la preocupación del gobierno de evitar una escalada de tensión por motivos religiosos”.
Lombardi insistió en que El Vaticano aprecia los esfuerzos emprendidos por el gobierno de Egipto para evitar posibles enfrentamientos.
La explosión de una bomba colocada en la entrada de una iglesia cristiana copta en los primeros minutos del 1 de enero dejó 21 muertos y 79 heridos, cuando abandonaban el templo tras haber participado en la misa de año nuevo.
El 2 de enero pasado, durante la bendición con el Angelus en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Benedicto XVI calificó el ataque como un “vil gesto de muerte” y un “acto execrable que ofende a Dios y a toda la humanidad”.
“Ante esta estrategia de violencia que se dirige a los cristianos y tiene consecuencias en toda la población, rezo por las víctimas y los familiares, y animo a las comunidades eclesiales a perseverar en la fe y en el testimonio de no violencia que nos viene del Evangelio”, citó.
sin embargo, las palabras del obispo de Roma no fueron bien recibidas por el jeque Ahmed El-Tayyeb, gran imán de Al Azhar y una de las máximas figuras del islamismo sunnita, quien calificó la declaración como “una intervención inaceptable en los asuntos de Egipto”.
Como respuesta, Federico Lombardi desestimó las acusaciones de injerencia contra Benedicto XVI y aseguró que el pontífice se preocupa por la libertad religiosa y el respeto no sólo de los cristianos, sino de todas las personas humanas.
“El mensaje esencial –agregó- es que en nombre de Dios no se puede hacer nunca la guerra, sino que es necesario siempre y sólo hacer la paz: debemos estar absolutamente unidos, no debemos hacernos dividir por un diseño de odio que busca crear nuevas ocasiones de guerra entre las religiones”.
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