lunes, 15 de febrero de 2010

Atentado en un restaurante de la India deja nueve muertos

EFE
NUEVA DELHI, India, feb. 13, 2010.- En un momento de acercamiento entre la India y Pakistán, una bomba estalló este sábado en un restaurante de la ciudad occidental india de Pune y acabó con la vida de nueve personas, entre ellas un extranjero, y dejó heridas a 45.
Según el último informe policial, ofrecido por el comisario Sayapal Singh a la agencia PTI, nueve personas, cinco de ellas mujeres, fallecieron a causa de la explosión de un artefacto a las 19:30 horas locales (14:00 GMT) en la "German Bakery", una popular cafetería-restaurante frecuentada por extranjeros y situada en un barrio de clase alta de Pune, en el estado indio de Maharashtra.
En una declaración retransmitida por la televisión, el secretario indio del Interior, G.K. Pillai, explicó que un camarero descubrió un paquete en el establecimiento y, al intentar abrirlo, estalló el artefacto, compuesto de entre 5 y 7 kilogramos explosivos, según las investigaciones preliminares de la Policía.
Pillai llamó la atención sobre el hecho de que el estadounidense de origen paquistaní David Coleman Headley, miembro del grupo terrorista Lashkar-e-Toiba (LeT) y acusado por la Fiscalía de Estados Unidos por su implicación en el ataque terrorista de Bombay de 2008, había "inspeccionado" en el pasado un centro de meditación cercano al lugar del atentado.
Preguntado sobre si el Gobierno deducía que el ataque había sido perpetrado por el LeT, que organizó el atentado de Bombay, el secretario se limitó a contestar que aún era demasiado pronto para afirmar esto, pese a haber dado a entender con sus declaraciones que la zona ya estaba en el punto de mira del terrorismo islamista.
Según el secretario del Interior, un extranjero falleció y otro resultó herido en el atentado, aunque no pudo especificar sus nacionalidades.
Fuentes médicas citadas por los medios indios indicaron que la identificación de los cadáveres es difícil ya que algunos han quedado completamente carbonizados.
Expertos forenses han sido enviados a la zona y un equipo del Buró Central de Investigación (CBI) ha salido de Delhi con destino a Pune para iniciar sus pesquisas.
Varias fuentes diplomáticas consultadas por Efe dijeron no tener constancia de que entre las víctimas haya ciudadanos españoles.
El ministro indio de Interior, P. Chidambaram, compareció ante la prensa y dijo que todo apunta a que el ataque iba dirigido contra "un lugar frecuentado por extranjeros" y recordó la cercanía de un recinto religioso judío, que las autoridades ya consideraban un "objetivo" del terrorismo.
Chidambaram pidió a la prensa que no "especule" con la autoría del atentado, pese a que desde su departamento ya se ha sugerido que el LeT, organización integrista con base en Pakistán, había inspeccionado el terreno.
Varios portavoces del principal partido de la oposición, el hinduista Bharatiya Janata Party (Partido Popular de la India, BJP) ya han elevado el tono de las protestas.
"Parece que el terror ha golpeado otra vez (a la India) con las conversaciones con Pakistán de fondo", dijo a la televisión de Nueva Delhi un portavoz del BJP, Rajiv Pratap Rudy, quien llegó a tachar de "cómplice" al Gobierno, encabezado por el Partido del Congreso, por buscar un entendimiento con Pakistán.
Se trata del primer gran atentado de signo no separatista que se registra en la India desde el asalto terrorista a Bombay de noviembre de 2008, que acabó con la vida de 166 personas y paralizó las rondas de diálogo formales indo-paquistaníes.
Desde entonces, la India ha exigido a su potencia nuclear vecina que desmantele la infraestructura terrorista en su territorio y los contactos diplomáticos se han estancado.
Una fuente de seguridad dijo a Efe que, aunque aún es demasiado pronto para extraer conclusiones, el atentado se produce justo cuando Pakistán ha aceptado la propuesta de la India de celebrar una reunión entre sus secretarios de Exteriores en Nueva Delhi.
El encuentro está previsto para el próximo día 25 y Pakistán confiaba en convencer a la potencia nuclear vecina de reanudar el llamado "diálogo integral", fórmula usada desde 2004 en la que delegaciones de ambos países, encabezadas por responsables de Exteriores u otros, negociaban sobre disputas fronterizas -entre ellas Cachemira- y cooperación económica.
Presionado por una parte de la opinión pública desde el ataque de Bombay y acuciado por la oposición hinduista, el Gobierno indio es renuente a sentarse en la mesa de negociaciones con Pakistán pero ha dado algunos pasos ya en esa dirección.
Pakistán expresó hoy a través de su presidente, Asif Alí Zardari, su voluntad de entablar un diálogo fructífero con India, con especial hincapié en Cachemira, que ambos países se disputan desde la partición del subcontinente en 1947 tras la independencia del Imperio Británico.

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