CARACAS, Venezuela, sept. 2, 2009.- La filial de la ensambladora estadounidense General Motors (GM), la mayor del país, acordó reactivar operaciones luego de una paralización de casi tres meses debido a la falta de piezas generada por las dificultades que enfrentaron para obtener las divisas para importarlas, informó el presidente de la empresa.
El presidente de General Motors Venezolana (GMV), Ronaldo Znidarsis, dijo que la compañía decidió reanudar el 7 de septiembre las operaciones de su planta de vehículos de pasajeros en la localidad central de Valencia, estado Carabobo.
Explicó que la decisión se adoptó luego de llegar a un acuerdo con el gobierno que se comprometió a entregar las divisas para importar las piezas requeridas para ensamblar.
"Como hemos logrado el soporte del Ministerio (de Industrias), nosotros somos capaces de programar el reinicio de las operaciones ya para este lunes que viene donde vamos a empezar la operación en un turno de trabajo", indicó Znidarsis, al señalar que gracias al acuerdo con las autoridades se logró adelantar casi tres semanas la reanudación que estaba pautada para finales de este mes.
"Hemos recibido ese cronograma (de entrega de divisas) por parte del Ministerio de Industrias. Ellos vienen cumpliendo, y entonces basado en ese cumplimiento y el soporte que hemos recibido del ministro (Jesse) Chacón nosotros hemos logrado volver a ordenar material de las fuentes", agregó.
General Motors Venezolana (GMV) paralizó el 19 de junio la producción de vehículos de pasajeros debido a la falta de piezas generada por el atrasado del gobierno en la entrega de los dólares para importarlas.
La ensambladora sólo dejó activa su planta de camiones en la localidad central de Mariara, estado Carabobo.
Znidarsis reconoció en junio pasado que a consecuencia de las demoras del gobierno GMV había acumulado una deuda de unos 1.150 millones de dólares con sus proveedores que le impedía a la empresa hacer nuevas compras externas de partes.
Al ser preguntado sobre la cuantía de la deuda de GMV en la actualidad, el presidente de la ensambladora dijo que no saberlo. "Todavía falta una cantidad importante, pero estamos trabajando con el gobierno para un plan para seguir bajando lo que queda", explicó.
Znidarsis reconoció que habrá un "impacto muy fuerte" en cuanto a las repercusiones económicas por la paralización desde junio, pero se abstuvo de ofrecer cifras. Hasta entonces, GMV contaba con 3.400 empleados de los cuales 2.900 estaban en la nómina diaria que se encargaba de la producción de vehículos, y el resto era personal de administración.
Znidarsis explicó que al reiniciar las operaciones el 7 de septiembre en un sólo turno la planta arrancará "con 1.700 trabajadores de nómina diaria", que "aproximadamente unos 1.000 (quedarán) en sus casas".
"Esos son los temas que estamos planteando con el gobierno, el tema laboral, pero antes de decidir el destino de la gente tenemos que entender qué nivel de producción vamos a tener", acotó.
GMV controlaba para junio pasado 53,6% de la producción local, seguido de Ford Motor que tiene 20%, y Chrysler 12,7%.La producción de GMV alcanzó en los primeros cinco meses del año 29.007 vehículos, cifra que representó una leve baja en comparación con igual período del 2008 cuando fabricó 29.207 unidades.
La paralización de GMV coincidió con una huelga que se presentó el mes pasado en la filial de la automotriz japonesa Mitsubishi Motors Corp (MMC), la quinta mayor del país, que la obligó a paralizar de forma indefinida sus operaciones.
El sector automotriz venezolano, que integran siete ensambladoras, se declaró en crisis a finales del primer trimestre debido a los retrasos del gobierno para la entregar de las divisas para importar piezas, y la caída de más de 30% de las ventas.
Venezuela mantiene desde el 2003 un control de cambio, y todos los importadores están obligadas a recurrir a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) para obtener las divisas oficiales que se cotizan a la tasa de 2,15 bolívares fuertes por dólar.
El presidente de General Motors Venezolana (GMV), Ronaldo Znidarsis, dijo que la compañía decidió reanudar el 7 de septiembre las operaciones de su planta de vehículos de pasajeros en la localidad central de Valencia, estado Carabobo.
Explicó que la decisión se adoptó luego de llegar a un acuerdo con el gobierno que se comprometió a entregar las divisas para importar las piezas requeridas para ensamblar.
"Como hemos logrado el soporte del Ministerio (de Industrias), nosotros somos capaces de programar el reinicio de las operaciones ya para este lunes que viene donde vamos a empezar la operación en un turno de trabajo", indicó Znidarsis, al señalar que gracias al acuerdo con las autoridades se logró adelantar casi tres semanas la reanudación que estaba pautada para finales de este mes.
"Hemos recibido ese cronograma (de entrega de divisas) por parte del Ministerio de Industrias. Ellos vienen cumpliendo, y entonces basado en ese cumplimiento y el soporte que hemos recibido del ministro (Jesse) Chacón nosotros hemos logrado volver a ordenar material de las fuentes", agregó.
General Motors Venezolana (GMV) paralizó el 19 de junio la producción de vehículos de pasajeros debido a la falta de piezas generada por el atrasado del gobierno en la entrega de los dólares para importarlas.
La ensambladora sólo dejó activa su planta de camiones en la localidad central de Mariara, estado Carabobo.
Znidarsis reconoció en junio pasado que a consecuencia de las demoras del gobierno GMV había acumulado una deuda de unos 1.150 millones de dólares con sus proveedores que le impedía a la empresa hacer nuevas compras externas de partes.
Al ser preguntado sobre la cuantía de la deuda de GMV en la actualidad, el presidente de la ensambladora dijo que no saberlo. "Todavía falta una cantidad importante, pero estamos trabajando con el gobierno para un plan para seguir bajando lo que queda", explicó.
Znidarsis reconoció que habrá un "impacto muy fuerte" en cuanto a las repercusiones económicas por la paralización desde junio, pero se abstuvo de ofrecer cifras. Hasta entonces, GMV contaba con 3.400 empleados de los cuales 2.900 estaban en la nómina diaria que se encargaba de la producción de vehículos, y el resto era personal de administración.
Znidarsis explicó que al reiniciar las operaciones el 7 de septiembre en un sólo turno la planta arrancará "con 1.700 trabajadores de nómina diaria", que "aproximadamente unos 1.000 (quedarán) en sus casas".
"Esos son los temas que estamos planteando con el gobierno, el tema laboral, pero antes de decidir el destino de la gente tenemos que entender qué nivel de producción vamos a tener", acotó.
GMV controlaba para junio pasado 53,6% de la producción local, seguido de Ford Motor que tiene 20%, y Chrysler 12,7%.La producción de GMV alcanzó en los primeros cinco meses del año 29.007 vehículos, cifra que representó una leve baja en comparación con igual período del 2008 cuando fabricó 29.207 unidades.
La paralización de GMV coincidió con una huelga que se presentó el mes pasado en la filial de la automotriz japonesa Mitsubishi Motors Corp (MMC), la quinta mayor del país, que la obligó a paralizar de forma indefinida sus operaciones.
El sector automotriz venezolano, que integran siete ensambladoras, se declaró en crisis a finales del primer trimestre debido a los retrasos del gobierno para la entregar de las divisas para importar piezas, y la caída de más de 30% de las ventas.
Venezuela mantiene desde el 2003 un control de cambio, y todos los importadores están obligadas a recurrir a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) para obtener las divisas oficiales que se cotizan a la tasa de 2,15 bolívares fuertes por dólar.
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