RÍO DE JANEIRO, Brasil, abr. 14, 2010.- El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, admitió hoy que faltó respuesta por parte de las autoridades para evitar la tragedia ocasionada por las fuertes lluvias y que hasta ahora, según el último reporte oficial, dejó 251 personas muertas.
"Siempre hay fallas. Fue una mezcla de efectos de la tempestad sumados a la ineficacia del poder público, displicencia con la ocupación irregular y las inversiones que no fueron hechas", comentó Paes después de una reunión con la ministra de Presidencia, Erenice Guerra.
Paes agregó que busca "acertar y arreglar las cosas para que mejoren" y reconoció que en este primer año de gobierno municipal pudo hacer "más cosas" de las que hasta ahora ha realizado en su gestión.
Con Guerra, Paes gestionó la liberación de recursos por 90 millones de reales (unos 51,4 millones de dólares) concedidos por el gobierno federal para atender la emergencia.
La cifra de muertos por los derrumbes de la semana pasada en el estado de Río de Janeiro subió hoy a 251 y los bomberos todavía buscan bajo toneladas de tierra a decenas de personas que se cree que también fueron sepultadas por uno de los aludes en la ciudad de Niteroi.
"Siempre hay fallas. Fue una mezcla de efectos de la tempestad sumados a la ineficacia del poder público, displicencia con la ocupación irregular y las inversiones que no fueron hechas", comentó Paes después de una reunión con la ministra de Presidencia, Erenice Guerra.
Paes agregó que busca "acertar y arreglar las cosas para que mejoren" y reconoció que en este primer año de gobierno municipal pudo hacer "más cosas" de las que hasta ahora ha realizado en su gestión.
Con Guerra, Paes gestionó la liberación de recursos por 90 millones de reales (unos 51,4 millones de dólares) concedidos por el gobierno federal para atender la emergencia.
La cifra de muertos por los derrumbes de la semana pasada en el estado de Río de Janeiro subió hoy a 251 y los bomberos todavía buscan bajo toneladas de tierra a decenas de personas que se cree que también fueron sepultadas por uno de los aludes en la ciudad de Niteroi.
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