CIUDAD DEL VATICANO, abr. 10, 2010.- El subdirector de la oficina de prensa del Vaticano, Ciro Benedettini, ha negado que el papa Benedicto XVI, cuando era el cardenal Joseph Ratzinger, ocultara el caso de un cura acusado de pederastia en California del que este viernes informaban los medios estadounidenses.
En declaraciones que publica hoy el periódico italiano "Corriere della Sera", Benedettini explica el mensaje que, según él, Ratzinger quiso transmitir en una carta enviada en 1985 a la diócesis de Oakland, a la que se referían ayer los medios estadounidenses y en la que el entonces cardenal pedía que se tuviera en cuenta "el bien de la Iglesia Universal".
"El entonces cardenal Ratzinger no ocultó el caso, sino, como se deduce claramente de la misiva, hizo presente la necesidad de estudiarlo con mayor atención", asegura el subdirector de la oficina de prensa vaticana.
"Hay que tener presente -añade- que la suspensión del cargo (al sacerdote) era entonces competencia del obispo local y no de la Congregación de la Doctrina de la Fe", de la que Benedicto XVI era responsable antes de convertirse en Papa en 2005.
Fuentes vaticanas que refiere el "Corriere della Sera" afirman que este caso es otro intento de implicar a Ratzinger en el escándalo de la pederastia por curas católicos.
Este viernes salieron a la luz en Estados Unidos unas cartas entre la diócesis estadounidense de Oakland y la Santa Sede, fechadas entre 1981 y 1986, que hacen referencia al caso del religioso Stephen Kiesle, que en 1978 fue arrestado acusado de abusar de dos menores cuando vivía en el área de San Francisco (norte de California).
Al término del juicio, el cura, cuyo caso recibió una gran cobertura mediática en la época, quedó en libertad vigilada durante tres años, período tras el que el obispo de Oakland de entonces, John S. Cummins, solicitó por escrito al Vaticano apartar a Kiesle del sacerdocio.
La petición llegó hasta Ratzinger, quien, en una de esas cartas que reportan los medios estadounidenses, calificó los hechos como "de gran significancia" y estimó que había que tener también en consideración "el bien de la Iglesia Universal".
El entonces cardenal requirió "más tiempo" para tener con esos incidentes una "muy cuidadosa consideración" y pidió al obispo Cummins que proveyera a Kiesle del "mayor cuidado paternal posible".
Este nuevo escándalo saltó a la luz en el mismo día en el que el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, publicaba un editorial en el que explicaba la disposición de Benedicto XVI a mantener nuevos encuentros con las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes.
Benedicto XVI "es un pastor a la altura para afrontar con elevada rectitud y seguridad este tiempo difícil, en el que no faltan críticas e insinuaciones infundadas; sin problema se debe afirmar que él es un Papa que ha hablado mucho de la verdad de Dios y del respeto a la verdad, convirtiéndose en un testimonio creíble", decía Lombardi.
La Santa Sede ha anunciado que próximamente publicará en su página web las líneas básicas que utilizará para hacer frente a los casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica.
En declaraciones que publica hoy el periódico italiano "Corriere della Sera", Benedettini explica el mensaje que, según él, Ratzinger quiso transmitir en una carta enviada en 1985 a la diócesis de Oakland, a la que se referían ayer los medios estadounidenses y en la que el entonces cardenal pedía que se tuviera en cuenta "el bien de la Iglesia Universal".
"El entonces cardenal Ratzinger no ocultó el caso, sino, como se deduce claramente de la misiva, hizo presente la necesidad de estudiarlo con mayor atención", asegura el subdirector de la oficina de prensa vaticana.
"Hay que tener presente -añade- que la suspensión del cargo (al sacerdote) era entonces competencia del obispo local y no de la Congregación de la Doctrina de la Fe", de la que Benedicto XVI era responsable antes de convertirse en Papa en 2005.
Fuentes vaticanas que refiere el "Corriere della Sera" afirman que este caso es otro intento de implicar a Ratzinger en el escándalo de la pederastia por curas católicos.
Este viernes salieron a la luz en Estados Unidos unas cartas entre la diócesis estadounidense de Oakland y la Santa Sede, fechadas entre 1981 y 1986, que hacen referencia al caso del religioso Stephen Kiesle, que en 1978 fue arrestado acusado de abusar de dos menores cuando vivía en el área de San Francisco (norte de California).
Al término del juicio, el cura, cuyo caso recibió una gran cobertura mediática en la época, quedó en libertad vigilada durante tres años, período tras el que el obispo de Oakland de entonces, John S. Cummins, solicitó por escrito al Vaticano apartar a Kiesle del sacerdocio.
La petición llegó hasta Ratzinger, quien, en una de esas cartas que reportan los medios estadounidenses, calificó los hechos como "de gran significancia" y estimó que había que tener también en consideración "el bien de la Iglesia Universal".
El entonces cardenal requirió "más tiempo" para tener con esos incidentes una "muy cuidadosa consideración" y pidió al obispo Cummins que proveyera a Kiesle del "mayor cuidado paternal posible".
Este nuevo escándalo saltó a la luz en el mismo día en el que el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, publicaba un editorial en el que explicaba la disposición de Benedicto XVI a mantener nuevos encuentros con las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes.
Benedicto XVI "es un pastor a la altura para afrontar con elevada rectitud y seguridad este tiempo difícil, en el que no faltan críticas e insinuaciones infundadas; sin problema se debe afirmar que él es un Papa que ha hablado mucho de la verdad de Dios y del respeto a la verdad, convirtiéndose en un testimonio creíble", decía Lombardi.
La Santa Sede ha anunciado que próximamente publicará en su página web las líneas básicas que utilizará para hacer frente a los casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario