martes, 11 de mayo de 2010

Benedicto XVI llega a Lisboa, Portugal

EFE
LISBOA, Portugal, mayo. 11, 2010.- El Papa Benedicto XVI afirmó este martes que viene a Portugal "como un peregrino de Fátima" al iniciar, con una ceremonia en el aeropuerto de Lisboa su primera visita a este país, del que resaltó su gran tradición católica y de evangelización.
El presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, el primer ministro, José Sócrates, y los responsables de los poderes legislativo y judicial, entre otros dignatarios lusos, y la cúpula de la Iglesia católica, acudieron al aeropuerto a recibir al Pontífice, en una extraordinaria concentración de autoridades.
Antes de abordar un "papamóvil" para dirigirse a la capital e iniciar los actos de la visita, Benedicto XVI afirmó, en un breve discurso en portugués, que inicia este viaje, que hasta el viernes le llevará también a las ciudades de Fátima y Oporto, "bajo el signo de la esperanza".
En sus palabras, el Pontífice defendió el "ordenamiento justo de la sociedad" y señaló que la Iglesia "está abierta a colaborar con quien no margina ni privatiza la esencial consideración del sentido humano de la vida".
"No se trata de una confrontación en un sistema laico y religioso", abundó el Papa, que caracterizó su visita al país como un peregrinaje al Santuario de Fátima, donde llegan cada año cientos de miles de visitantes, sobre todo en el mes de mayo, cuando se conmemoran los aniversarios de las apariciones de 1917.
Benedicto XVI, que destacó el valor del mensaje de Fátima, recordó que ésta es su primera visita a un país que desde sus albores mantuvo una especial relación con la Iglesia Católica y fue distinguido por ésta con el título de "fidelísimo por los altos y continuados servicios a la causa del Evangelio".
El jefe de Estado luso dio la bienvenida al Pontífice y exaltó como él la tradición católica de su país y dijo que "no es posible explicar Portugal sin las relaciones con la Santa Sede" desde sus orígenes como nación independiente.
Tanto Cavaco, como el Papa mencionaron el concordato de 2004 al que se han adaptado las relaciones entre el Estado luso y el Vaticano y el presidente portugués afirmó que "la separación entre Iglesia y Estado convive con las marcas profundas de herencia cristiana presente en la cultura, el patrimonio y los valores humanistas" de su nación.
El conservador Cavaco destacó también el "intenso fervor" y la alegría de los fieles lusos por la visita del Papa, que recibió el saludo de muchos lisboetas al paso de su vehículo por las calles de la ciudad.
En su discurso, el presidente luso apelo también a la solidaridad entre las naciones y los pueblos en los actuales tiempos de crisis y manifestó al Pontífice que "los hombres precisan un mensaje de esperanza".
La visita de Benedicto XVI a Portugal está centrada en las conmemoraciones del aniversario de las apariciones de Fátima e incluye varias misas en espacios abiertos que se prevén multitudinarias.
Su llegada a Lisboa estuvo amenazada por las nubes de ceniza del volcán islandés Eyjafjalla, que han obligado a cerrar parcialmente y varias veces desde el domingo el aeropuerto de la capital y de otras ciudades lusas.
Pero finalmente el vuelo papal no fue afectado por el fenómeno meteorológico y llegó en el horario previsto escoltado, desde que entró en el espacio aéreo luso, por una escuadrilla de cazas F-16 de la Fuerza Aérea Portuguesa.

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