jueves, 6 de mayo de 2010

Intentarán sellar derrame de petróleo en el Golfo de México

EFE
WASHINGTON, Estados Unidos, mayo 6, 2010.- Técnicos de British Petroleum tratarán hoy de instalar una gigantesca caja metálica de 100 toneladas en un intento por frenar el vertido de petróleo en el Golfo de México que se acerca cada vez más a las costas del estado de Luisiana.
La esperanza de la empresa, a la que el Gobierno responsabilizó por el vertido que comenzó tras el hundimiento de una plataforma de prospección el pasado 22 de abril, es que la estructura de cuatro pisos de altura recoja el crudo que, según los planes, será succionado por una nave de superficie.
Pero completar la instalación tardará varios días y la técnica hasta ahora nunca ha sido puesta a prueba en las profundidades del mar, según admitió ante los periodistas Doug Suttles, jefe de operaciones de British Petroleum (BP).
"Si todo se realiza de acuerdo con los planes, deberíamos comenzar a procesar el fluido y detener el derrame a partir del lunes", señaló Suttles, quien agregó que se trata de una operación "muy compleja y probablemente haya desafíos".
La directora del Servicio de Guardacostas, contralmirante Mary Landry, informó que el exterior de la mancha negra estaba el miércoles por la noche "muy cerca" de las islas Chandeleur y el delta del río Misisipi, en el sudeste de Luisiana.
Tras varios días en que las tareas para frenar la marea negra se vieron obstaculizadas por el mal tiempo, el último pronóstico meteorológico para la región indicó que es probable la situación mejore en las próximas 72 horas.
Ese pronóstico señaló que los vientos cambiarán hacia el sur y serán de entre 20 y 30 kilómetros por hora "lo que probablemente produzca escaso desplazamiento del vertido", según anticipó un portavoz de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA).
Eso significa que el buen tiempo facilitará la tarea de miles de miembros del Servicio de Guardacostas, de la Guardia Nacional y de las autoridades locales que continuarán hoy instalando barreras flotantes para impedir que el derrame alcance las costas de la región.
La marea de crudo amenaza no sólo los hábitat de centenares de especies terrestres y marinas de los estados de Luisiana, Misisipi, Florida y Alabama, sino también sus industrias pesqueras y turísticas en lo que el Gobierno del presidente Barack Obama ha calificado como una catástrofe nacional.

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