BRUSELAS, Bélgica, mayo 7, 2010.- Los gobiernos europeos acordaron hoy utilizar toda la artillería financiera y legal a su disposición en defensa de su joven unión monetaria, desafiada desde hace semanas por los mercados y los ataques de los especuladores.
Los líderes de los 16 países que comparten el euro se conjuraron hoy, en una reunión de urgencia celebrada en Bruselas, para activar todos los instrumentos y fondos necesarios a fin de devolver la calma cuanto antes a los mercados financieros y de deuda.
"Está claro que no estamos ante un ataque contra un país u otro; es un ataque contra la unión monetaria europea", afirmaba un alto funcionario a modo de resumen sobre el sentimiento compartido de la reunión.
La situación es de tal gravedad que los líderes han dado mandato a la presidencia de turno española de la Unión Europea para que convoque mañana, domingo, una reunión extraordinaria de los ministros de Finanzas en la que se aprueben los detalles del mecanismo de estabilización.
La idea es que esté listo para ser usado el lunes, en cuanto abran los mercados.
Según las reglas europeas, las decisiones de política económica y monetaria con implicaciones para el conjunto de los socios no las puede tomar a solas el Eurogrupo, sino el Consejo Ecofin, donde participan los 27 miembros de la UE.
La declaración acordada hoy reafirma el compromiso de los 16 socios con "la estabilidad, la unidad y la integridad" de la zona euro.
"Todos somos conscientes de que hacemos frente a una situación muy seria en la zona euro, y de que vamos a hacerle frente juntos", declaró el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en una breve comparecencia ante los medios tras la cumbre.
En la misma rueda de prensa, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aseguró que los europeos harán "todo" para garantizar la estabilidad financiera de la zona.
"Estamos todos unidos en torno a nuestra moneda", recalcó.
La declaración de los Dieciséis se produce después de una semana negra en las Bolsas europeas y en medio de señales cada vez más claras de que la crisis de la deuda de Grecia se contagia a otras economías del sur de Europa.
El acuerdo de los líderes del Eurogrupo contiene asimismo lo que Barroso definió como un nuevo "pacto de consolidación fiscal".
La reducción de los déficit excesivos "es una prioridad para todos nosotros", afirma el texto.
"Cada uno de nosotros está listo, según la situación de cada país, para tomar las necesarias medidas a fin de acelerar la consolidación y asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas", añade.
En el documento, los jefes de Estado o de Gobierno solicitan además al Ejecutivo de Bruselas y a los ministros que apliquen "estrictamente" las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija el límite del 3 por ciento del PIB para el déficit público.
Barroso no quiso dar ningún detalle ni sobre cómo funcionará el mecanismo de estabilización ni sobre el montante de fondos que podría movilizar.
Entre las medidas que se barajan figura la prohibición de las ventas en descubierto, que los especuladores utilizan para sacar provecho de la bajada provocada en el precio de un activo; forzar a los bancos a no deshacerse de la deuda soberana; o incluso autorizar al BCE a comprar en el mercado secundario las obligaciones o bonos sujetos a mayor tensión.
Barroso dejó claro que los europeos van a usar "todos los instrumentos", pero que se hará dentro del marco presupuestario actual y con respeto a la independencia del Banco Central Europeo.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, siempre se ha opuesto a la estrategia de compra de deuda, por el riesgo que representa para el control de la inflación y la erosión que puede ocasionar en su independencia.
La declaración del Eurogrupo también registra el acuerdo de "reforzar la gobernanza de la zona euro".
Ello significará, primero, "prestar más atención a los niveles de deuda y a la evolución de la competitividad" y no sólo al déficit.
Implicará, segundo, reforzar las reglas de vigilancia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, e introducir en él "sanciones más efectivas".
Y tercero, supondrá crear "un marco robusto para la gestión de crisis", dentro del respeto del principio de que cada país es responsable de su propio presupuesto.
El próximo miércoles la Comisión hará propuestas encaminadas a mejorar las reglas de gobernanza económica, con vistas a "rellenar los huecos" que deja la legislación actual, según Barroso.
Por último, el Eurogrupo constató que las actuales turbulencias prueban la necesidad de avanzar rápidamente en la regulación y supervisión de los mercados financieros, especialmente en lo que atañe a los derivados financieros y al papel de las agencias de calificación de riesgos.
"Debe acelerarse el trabajo de evaluación en torno a si es necesario dar más pasos en relación con la especulación reciente contra la deuda soberana", concluye el documento.
Los líderes de los 16 países que comparten el euro se conjuraron hoy, en una reunión de urgencia celebrada en Bruselas, para activar todos los instrumentos y fondos necesarios a fin de devolver la calma cuanto antes a los mercados financieros y de deuda.
"Está claro que no estamos ante un ataque contra un país u otro; es un ataque contra la unión monetaria europea", afirmaba un alto funcionario a modo de resumen sobre el sentimiento compartido de la reunión.
La situación es de tal gravedad que los líderes han dado mandato a la presidencia de turno española de la Unión Europea para que convoque mañana, domingo, una reunión extraordinaria de los ministros de Finanzas en la que se aprueben los detalles del mecanismo de estabilización.
La idea es que esté listo para ser usado el lunes, en cuanto abran los mercados.
Según las reglas europeas, las decisiones de política económica y monetaria con implicaciones para el conjunto de los socios no las puede tomar a solas el Eurogrupo, sino el Consejo Ecofin, donde participan los 27 miembros de la UE.
La declaración acordada hoy reafirma el compromiso de los 16 socios con "la estabilidad, la unidad y la integridad" de la zona euro.
"Todos somos conscientes de que hacemos frente a una situación muy seria en la zona euro, y de que vamos a hacerle frente juntos", declaró el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en una breve comparecencia ante los medios tras la cumbre.
En la misma rueda de prensa, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aseguró que los europeos harán "todo" para garantizar la estabilidad financiera de la zona.
"Estamos todos unidos en torno a nuestra moneda", recalcó.
La declaración de los Dieciséis se produce después de una semana negra en las Bolsas europeas y en medio de señales cada vez más claras de que la crisis de la deuda de Grecia se contagia a otras economías del sur de Europa.
El acuerdo de los líderes del Eurogrupo contiene asimismo lo que Barroso definió como un nuevo "pacto de consolidación fiscal".
La reducción de los déficit excesivos "es una prioridad para todos nosotros", afirma el texto.
"Cada uno de nosotros está listo, según la situación de cada país, para tomar las necesarias medidas a fin de acelerar la consolidación y asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas", añade.
En el documento, los jefes de Estado o de Gobierno solicitan además al Ejecutivo de Bruselas y a los ministros que apliquen "estrictamente" las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija el límite del 3 por ciento del PIB para el déficit público.
Barroso no quiso dar ningún detalle ni sobre cómo funcionará el mecanismo de estabilización ni sobre el montante de fondos que podría movilizar.
Entre las medidas que se barajan figura la prohibición de las ventas en descubierto, que los especuladores utilizan para sacar provecho de la bajada provocada en el precio de un activo; forzar a los bancos a no deshacerse de la deuda soberana; o incluso autorizar al BCE a comprar en el mercado secundario las obligaciones o bonos sujetos a mayor tensión.
Barroso dejó claro que los europeos van a usar "todos los instrumentos", pero que se hará dentro del marco presupuestario actual y con respeto a la independencia del Banco Central Europeo.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, siempre se ha opuesto a la estrategia de compra de deuda, por el riesgo que representa para el control de la inflación y la erosión que puede ocasionar en su independencia.
La declaración del Eurogrupo también registra el acuerdo de "reforzar la gobernanza de la zona euro".
Ello significará, primero, "prestar más atención a los niveles de deuda y a la evolución de la competitividad" y no sólo al déficit.
Implicará, segundo, reforzar las reglas de vigilancia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, e introducir en él "sanciones más efectivas".
Y tercero, supondrá crear "un marco robusto para la gestión de crisis", dentro del respeto del principio de que cada país es responsable de su propio presupuesto.
El próximo miércoles la Comisión hará propuestas encaminadas a mejorar las reglas de gobernanza económica, con vistas a "rellenar los huecos" que deja la legislación actual, según Barroso.
Por último, el Eurogrupo constató que las actuales turbulencias prueban la necesidad de avanzar rápidamente en la regulación y supervisión de los mercados financieros, especialmente en lo que atañe a los derivados financieros y al papel de las agencias de calificación de riesgos.
"Debe acelerarse el trabajo de evaluación en torno a si es necesario dar más pasos en relación con la especulación reciente contra la deuda soberana", concluye el documento.
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