miércoles, 12 de mayo de 2010

Gobierno español baja sueldos públicos y congela pensiones

EFE
MADRID, España, mayo 12, 2010.- El Gobierno español rebajará los sueldos de los empleados públicos este año y los congelará el próximo, retirará el cheque-bebe y dejará de subir las pensiones contributivas en 2011, un recorte "imprescindible" para reducir el déficit, dijo hoy el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.
Estas son las tres principales medidas anunciadas por el presidente del Gobierno español en su comparecencia extraordinaria en el Congreso de los Diputados (la cámara baja del Parlamento) encaminadas a acelerar la reducción del déficit público.
Estas medidas -que suponen reducir en 15 mil millones de euros (unos 19 mil millones de dólares) el gasto en 2010 y 2011- son "imprescindibles" para reforzar la confianza en la economía española y contribuir a la estabilidad de la zona euro y son "equitativas" porque pretenden repartir con justicia el esfuerzo nacional que, como presidente del Gobierno, pide a los ciudadanos.
Este esfuerzo, aseguró Zapatero, es "especial, singular y extraordinario" y debe hacerse "precisamente ahora", cuando se ven "signos" que evidencian el inicio de la recuperación económica.
De hecho, el Instituto Nacional de Estadística confirmó hoy que España ha salido de la recesión al registrar entre enero y marzo un crecimiento del 0,1% con respecto al trimestre anterior.
La primera gran medida anunciada por Zapatero es la rebaja media del 5 por ciento en el sueldo de los empleados públicos, que se congelarán el año que viene.
Con este anuncio, el Ejecutivo rompe con el acuerdo que alcanzó en septiembre del año pasado con los sindicatos para elevar los sueldos de los empleados públicos un 0,3% este año con una cláusula de revisión salarial al final del ejercicio.
Zapatero aseguró que la rebaja salarial será proporcional a los ingresos, es decir, afectará más a los salarios más altos, y también adelantó que los sueldos del Gobierno se rebajarán el 15%.
Anunció después que se suprimirá a partir del 1 de enero de 2011 el denominado cheque-bebé, la prestación de 2,500 euros (unos 3,100 dólares) por nacimiento o adopción de un hijo.
Esta prestación fue una de las medidas "estrella" de la política social del Gobierno socialista, anunciada en julio de 2007.
Además, suspenderá en 2011 la revalorización de las pensiones, excepto las no contributivas y las mínimas, lo que significa que no se actualizarán el próximo año de acuerdo con la inflación.
Zapatero también anunció que la ayuda oficial al desarrollo por parte de España se reducirá en 600 millones de euros (unos 760 millones de dólares) entre 2010 y 2011.
Y avanzó que el Ejecutivo prevé que las comunidades autónomas y ayuntamientos realicen un ahorro adicional de su gasto de 1,200 millones de euros (aproximadamente 1,500 millones de dólares).
Se prevé también una reducción de 6,045 millones de euros (unos 7,600 millones de dólares) entre 2010 y 2011 en la inversión pública estatal.
Asimismo, se prevé la eliminación del régimen transitorio para la jubilación parcial.
Esto implica que sólo podrán acceder a esa modalidad de retiro los mayores de 61 años, que tengan un mínimo 30 años cotizados a la Seguridad Social y al menos seis años de antigüedad en la empresa, en tanto que sólo se podrá reducir la jornada laboral un 75% como máximo.
Como medidas complementarias, el Gobierno español adecuará el número de unidades de los envases de medicamentos para ajustarlo a la duración estandarizada de los tratamientos. Se podrán dispensar unidosis mediante el fraccionamiento de los envases.
También reducirá el precio de aquellos medicamentos no genéricos excluidos del sistema de precios de referencia.
Además, las solicitudes para dependencia tendrán que resolverse en seis meses y se eliminará la retroactividad.
Todas estas medidas serán aprobadas este viernes por el Consejo de Ministros para su entrada en vigor inmediata.
En su segunda intervención, Zapatero reclamó un "esfuerzo nacional y colectivo" ante la crisis y aseguró que estas medidas son "imprescindibles", aunque asumió que muchos ciudadanos no entenderán que se pidan nuevos sacrificios.
"La situación es difícil y sería insensato ocultarlo, pero puedo asegurarles a todos que el Gobierno no desfallecerá y estamos convencidos de que lograremos salir adelante, volver a la recuperación y a la generación de empleo", manifestó.
Por su parte, el líder de la oposición, el conservador Mariano Rajoy, acusó al Gobierno español de recortar los derechos sociales para acelerar la reducción del déficit y opinó que esta "improvisación" la pagarán todos los españoles, especialmente los empleados públicos, los pensionistas y las futuras madres.

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