SEÚL, Corea del Sur, mayo 20, 2010.- Corea del Sur responsabilizó hoy al régimen comunista de Pyongyang del hundimiento de su corbeta "Cheonan" el pasado marzo, al divulgar una investigación oficial que asegura que el buque fue alcanzado por un torpedo norcoreano.
Un equipo internacional de investigadores concluyó que las pruebas apuntan de modo "abrumador" a que un submarino de Corea del Norte torpedeó al "Cheonan" el pasado 26 de marzo en aguas del Mar Amarillo (Mar Occidental) y causó la muerte de 46 marinos, algo que el régimen comunista niega.
En una larga y detallada rueda de prensa en Seúl, los investigadores mostraron algunas pruebas recogidas en el lugar del suceso, entre ellas el fragmento de un torpedo con caracteres utilizados en Corea del Norte.
También enseñaron restos del barco, entre los que se hallaron rastros de una sustancia explosiva similar a la hallada en un torpedo norcoreano hace siete años.
El suceso supone el más grave incidente entre las dos Coreas desde 1987, cuando el régimen de Pyongyang hizo estallar una bomba en un avión de pasajeros surcoreano y acabó con la vida de sus 115 pasajeros.
El presidente surcoreano, Lee Myung-Bak, prometió responder al último incidente con medidas "firmes" a través de "una fuerte cooperación internacional" para que Corea del Norte admita su implicación en el hundimiento.
Lee enfatizó que la investigación ha revelado claramente que lo ocurrido fue una "provocación militar" norcoreana e insistió en que es necesario que el país comunista vuelva a la comunidad internacional como un miembro responsable.
También convocó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional surcoreano para mañana, viernes, a fin de "discutir los próximos pasos", informó un portavoz presidencial.
Inmediatamente después de que se hiciera pública la investigación internacional, Pyongyang emitió un comunicado en el que rechazó las conclusiones y tachó a Lee de "traidor".
La Comisión Nacional de Defensa de Corea del Norte, máximo órgano norcoreano de poder, negó en una declaración difundida por la televisión oficial que su Armada torpedeara al "Cheonan" y amenazó con un conflicto en caso de que se le sancione por este suceso.
El Gobierno de Estados Unidos, principal socio de seguridad de Seúl, calificó el ataque como "un acto de agresión" de Pyongyang y "un desafío a la paz y seguridad internacionales".
La declaración de la Casa Blanca aseguró que el informe del equipo de investigadores es una revisión "científica y objetiva de la evidencia", que "apunta de manera abrumadora a la conclusión de que Corea del Norte fue responsable de este ataque".
Washington tachó de "inaceptable" el comportamiento de Corea del Norte y recordó que el presidente, Barack Obama, transmitió hace dos días a su homólogo surcoreano el apoyo de EU "en su defensa contra otros actos de agresión".
Por su parte China, el único gran aliado de Corea del Norte, calificó el hundimiento de "desafortunado incidente" y expresó su esperanza de que el suceso se resuelva mediante el diálogo de las dos partes implicadas.
El viceministro chino de Asuntos Exteriores, Cui Tiankai, mostró su confianza en que "se resuelva por la paz y la estabilidad de la región", aunque evitó aludir a una posible mediación de Pekín para solventarlo.
La postura de China es clave en el caso de que Corea del Sur decida llevar el caso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Beijing tiene poder de veto.
A principios de este mes China recibió al líder norcoreano, Kim Jong-Il, en una visita que tuvo lugar cuando Seúl ya apuntaba extraoficialmente a Pyongyang como responsable del hundimiento.
El suceso del Cheonan ha disparado la tensión entre las dos Coreas y alejado la esperanza de reanudar las conversaciones a seis bandas para el desarme nuclear norcoreano, paralizadas desde diciembre de 2008 por decisión unilateral de Pyongyang.
En ese diálogo participaban, además de las dos Coreas, China (como país anfitrión), EU, Japón y Rusia.
Por el momento Rusia no se ha pronunciado, mientras Japón calificó de "muy lamentable" la implicación norcoreana en el hundimiento del "Cheonan" y consideró que en las actuales circunstancias será "difícil" reanudar el diálogo a seis bandas.
Un equipo internacional de investigadores concluyó que las pruebas apuntan de modo "abrumador" a que un submarino de Corea del Norte torpedeó al "Cheonan" el pasado 26 de marzo en aguas del Mar Amarillo (Mar Occidental) y causó la muerte de 46 marinos, algo que el régimen comunista niega.
En una larga y detallada rueda de prensa en Seúl, los investigadores mostraron algunas pruebas recogidas en el lugar del suceso, entre ellas el fragmento de un torpedo con caracteres utilizados en Corea del Norte.
También enseñaron restos del barco, entre los que se hallaron rastros de una sustancia explosiva similar a la hallada en un torpedo norcoreano hace siete años.
El suceso supone el más grave incidente entre las dos Coreas desde 1987, cuando el régimen de Pyongyang hizo estallar una bomba en un avión de pasajeros surcoreano y acabó con la vida de sus 115 pasajeros.
El presidente surcoreano, Lee Myung-Bak, prometió responder al último incidente con medidas "firmes" a través de "una fuerte cooperación internacional" para que Corea del Norte admita su implicación en el hundimiento.
Lee enfatizó que la investigación ha revelado claramente que lo ocurrido fue una "provocación militar" norcoreana e insistió en que es necesario que el país comunista vuelva a la comunidad internacional como un miembro responsable.
También convocó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional surcoreano para mañana, viernes, a fin de "discutir los próximos pasos", informó un portavoz presidencial.
Inmediatamente después de que se hiciera pública la investigación internacional, Pyongyang emitió un comunicado en el que rechazó las conclusiones y tachó a Lee de "traidor".
La Comisión Nacional de Defensa de Corea del Norte, máximo órgano norcoreano de poder, negó en una declaración difundida por la televisión oficial que su Armada torpedeara al "Cheonan" y amenazó con un conflicto en caso de que se le sancione por este suceso.
El Gobierno de Estados Unidos, principal socio de seguridad de Seúl, calificó el ataque como "un acto de agresión" de Pyongyang y "un desafío a la paz y seguridad internacionales".
La declaración de la Casa Blanca aseguró que el informe del equipo de investigadores es una revisión "científica y objetiva de la evidencia", que "apunta de manera abrumadora a la conclusión de que Corea del Norte fue responsable de este ataque".
Washington tachó de "inaceptable" el comportamiento de Corea del Norte y recordó que el presidente, Barack Obama, transmitió hace dos días a su homólogo surcoreano el apoyo de EU "en su defensa contra otros actos de agresión".
Por su parte China, el único gran aliado de Corea del Norte, calificó el hundimiento de "desafortunado incidente" y expresó su esperanza de que el suceso se resuelva mediante el diálogo de las dos partes implicadas.
El viceministro chino de Asuntos Exteriores, Cui Tiankai, mostró su confianza en que "se resuelva por la paz y la estabilidad de la región", aunque evitó aludir a una posible mediación de Pekín para solventarlo.
La postura de China es clave en el caso de que Corea del Sur decida llevar el caso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Beijing tiene poder de veto.
A principios de este mes China recibió al líder norcoreano, Kim Jong-Il, en una visita que tuvo lugar cuando Seúl ya apuntaba extraoficialmente a Pyongyang como responsable del hundimiento.
El suceso del Cheonan ha disparado la tensión entre las dos Coreas y alejado la esperanza de reanudar las conversaciones a seis bandas para el desarme nuclear norcoreano, paralizadas desde diciembre de 2008 por decisión unilateral de Pyongyang.
En ese diálogo participaban, además de las dos Coreas, China (como país anfitrión), EU, Japón y Rusia.
Por el momento Rusia no se ha pronunciado, mientras Japón calificó de "muy lamentable" la implicación norcoreana en el hundimiento del "Cheonan" y consideró que en las actuales circunstancias será "difícil" reanudar el diálogo a seis bandas.
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