LONDRES, Reino Unido, mayo 7, 2010.- El Partido Conservador ganó las elecciones celebradas este jueves en el Reino Unido, pero no tendrá la mayoría absoluta necesaria en el Parlamento para poder formar Gobierno de manera automática, lo que deja abierta la puerta a negociaciones entre las fuerzas políticas para un futuro Ejecutivo.
Los "tories" liderados por David Cameron volvieron a ser la fuerza más votada del país, algo que no ocurría desde las elecciones de 1992, pero la victoria puede ser insuficiente para volver a ocupar el 10 de Downing Street (residencia del primer ministro).
A falta de conocer el resultado en 49 de las 649 circunscripciones en juego, los conservadores se hicieron con 286 escaños, lo que hace imposible que sean superados por el Partido Laborista del primer ministro, Gordon Brown, que había logrado en ese momento 236 escaños en la Cámara de los Comunes.
Los "tories" obtenían 9.9 millones de votos, el 36.4% (un aumento del 3.9%), los laboristas 7.8 millones de votos, el 28.8% (un retroceso del 6.4%), y el Partido Liberal Demócrata liderado por Nick Clegg, 6.2 millones de votos, el 22.8% (una subida del 0.9%).
El resultado será un "hung Parliament" (un Parlamento colgado, sin mayoría absoluta), algo que no ocurría desde 1974.
La Cámara de los Comunes británica (cámara baja del Parlamento) está formada por 650 diputados (533 ingleses, 59 escoceses, 40 galeses y 18 norirlandeses), pero en una de las circunscripciones -Thirsk and Malton (norte de Inglaterra)- la elección se celebrará el 27 de mayo por la muerte de uno de los candidatos.
Con una alta participación, que según las primeras informaciones superó el 64 por ciento, las urnas dejaron en el aire el futuro político del Reino Unido, porque el primer ministro tiene la prerrogativa legal de intentar formar un Gobierno pese a que el Partido Laborista perdió claramente las elecciones.
Los conservadores no lograrán los 326 escaños necesarios para gobernar en solitario, ni una cifra cercana a los 320 que les hubiera permitido hacerlo en minoría con el apoyo de otras fuerzas, como los unionistas de Irlanda del Norte.
Por esta razón, la aritmética parlamentaria dejó la puerta abierta a que los laboristas de Brown busquen una mayoría en el Parlamento, lo que supone negociar con el Partido Liberal Demócrata, que obtuvo un resultado peor del esperado.
El líder liberaldemócrata, Nick Clegg, fue la gran estrella de la campaña electoral después del primer debate televisado entre los tres candidatos a primer ministro y llegó a situar a su partido como segunda fuerza en los sondeos sobre intención de voto, algo que no sucedió en las urnas.
No obstante, el partido de Clegg tiene ahora la llave para la formación de un Gobierno que disponga de un respaldo parlamentario suficiente, bien con los conservadores o con los laboristas.
Clegg declaró que a partir de este momento "lo mejor es que todos nos tomemos un tiempo para que la gente tenga el buen Gobierno que merece en estos momentos tan difíciles e inciertos", y reiteró: "no debemos precipitarnos en la toma de decisiones".
Cameron consideró que las urnas indicaron que el país quiere "un cambio" y un "nuevo liderazgo", mientras que Brown, que también hizo una breve declaración en su distrito de Escocia, subrayó que todo sigue en el aire como consecuencia del resultado electoral.
El líder "tory" habló brevemente tras proclamarse ganador en su circunscripción y afirmó que el laborismo ha perdido el mandato para gobernar el Reino Unido, asegurando que trabajará por el mejor interés del país.
Brown añadió que su deber con el país es "poner de mi parte para que el Reino Unido tenga un Gobierno fuerte y estable, capaz de liderar el Reino Unido hacia una recuperación económica sostenida y capaz de aplicar nuestros compromisos para reformar a fondo nuestro sistema político, algo sobre lo que hay un creciente consenso".
La declaración de Brown sucedió a las informaciones procedentes de Downing Street según las cuales el líder laborista está dispuesto a formar un Gobierno de coalición si ningún partido obtiene la mayoría absoluta en estas elecciones generales.
El ministro de Exteriores, David Miliband, declaró que "si se confirma que ningún partido ha ganado por mayoría absoluta, me parece perfectamente razonable que los partidos hablen para ver si encuentran puntos en común para crear un Gobierno fuerte y estable".
"Si ningún partido logra una mayoría absoluta, los votantes están diciendo que no nos quieren a ninguno lo suficiente para darnos el monopolio del poder", añadió el secretario del Foreign Office.
La jornada electoral estuvo marcada también por el lento recuento y por los problemas que tuvieron muchos votantes para ejercer su derecho al voto, por el cierre de numerosos colegios electorales cuando decenas de personas todavía esperaban haciendo cola.
"Es algo que no debería volver a ocurrir en nuestra democracia", clamó Clegg.
Los "tories" liderados por David Cameron volvieron a ser la fuerza más votada del país, algo que no ocurría desde las elecciones de 1992, pero la victoria puede ser insuficiente para volver a ocupar el 10 de Downing Street (residencia del primer ministro).
A falta de conocer el resultado en 49 de las 649 circunscripciones en juego, los conservadores se hicieron con 286 escaños, lo que hace imposible que sean superados por el Partido Laborista del primer ministro, Gordon Brown, que había logrado en ese momento 236 escaños en la Cámara de los Comunes.
Los "tories" obtenían 9.9 millones de votos, el 36.4% (un aumento del 3.9%), los laboristas 7.8 millones de votos, el 28.8% (un retroceso del 6.4%), y el Partido Liberal Demócrata liderado por Nick Clegg, 6.2 millones de votos, el 22.8% (una subida del 0.9%).
El resultado será un "hung Parliament" (un Parlamento colgado, sin mayoría absoluta), algo que no ocurría desde 1974.
La Cámara de los Comunes británica (cámara baja del Parlamento) está formada por 650 diputados (533 ingleses, 59 escoceses, 40 galeses y 18 norirlandeses), pero en una de las circunscripciones -Thirsk and Malton (norte de Inglaterra)- la elección se celebrará el 27 de mayo por la muerte de uno de los candidatos.
Con una alta participación, que según las primeras informaciones superó el 64 por ciento, las urnas dejaron en el aire el futuro político del Reino Unido, porque el primer ministro tiene la prerrogativa legal de intentar formar un Gobierno pese a que el Partido Laborista perdió claramente las elecciones.
Los conservadores no lograrán los 326 escaños necesarios para gobernar en solitario, ni una cifra cercana a los 320 que les hubiera permitido hacerlo en minoría con el apoyo de otras fuerzas, como los unionistas de Irlanda del Norte.
Por esta razón, la aritmética parlamentaria dejó la puerta abierta a que los laboristas de Brown busquen una mayoría en el Parlamento, lo que supone negociar con el Partido Liberal Demócrata, que obtuvo un resultado peor del esperado.
El líder liberaldemócrata, Nick Clegg, fue la gran estrella de la campaña electoral después del primer debate televisado entre los tres candidatos a primer ministro y llegó a situar a su partido como segunda fuerza en los sondeos sobre intención de voto, algo que no sucedió en las urnas.
No obstante, el partido de Clegg tiene ahora la llave para la formación de un Gobierno que disponga de un respaldo parlamentario suficiente, bien con los conservadores o con los laboristas.
Clegg declaró que a partir de este momento "lo mejor es que todos nos tomemos un tiempo para que la gente tenga el buen Gobierno que merece en estos momentos tan difíciles e inciertos", y reiteró: "no debemos precipitarnos en la toma de decisiones".
Cameron consideró que las urnas indicaron que el país quiere "un cambio" y un "nuevo liderazgo", mientras que Brown, que también hizo una breve declaración en su distrito de Escocia, subrayó que todo sigue en el aire como consecuencia del resultado electoral.
El líder "tory" habló brevemente tras proclamarse ganador en su circunscripción y afirmó que el laborismo ha perdido el mandato para gobernar el Reino Unido, asegurando que trabajará por el mejor interés del país.
Brown añadió que su deber con el país es "poner de mi parte para que el Reino Unido tenga un Gobierno fuerte y estable, capaz de liderar el Reino Unido hacia una recuperación económica sostenida y capaz de aplicar nuestros compromisos para reformar a fondo nuestro sistema político, algo sobre lo que hay un creciente consenso".
La declaración de Brown sucedió a las informaciones procedentes de Downing Street según las cuales el líder laborista está dispuesto a formar un Gobierno de coalición si ningún partido obtiene la mayoría absoluta en estas elecciones generales.
El ministro de Exteriores, David Miliband, declaró que "si se confirma que ningún partido ha ganado por mayoría absoluta, me parece perfectamente razonable que los partidos hablen para ver si encuentran puntos en común para crear un Gobierno fuerte y estable".
"Si ningún partido logra una mayoría absoluta, los votantes están diciendo que no nos quieren a ninguno lo suficiente para darnos el monopolio del poder", añadió el secretario del Foreign Office.
La jornada electoral estuvo marcada también por el lento recuento y por los problemas que tuvieron muchos votantes para ejercer su derecho al voto, por el cierre de numerosos colegios electorales cuando decenas de personas todavía esperaban haciendo cola.
"Es algo que no debería volver a ocurrir en nuestra democracia", clamó Clegg.
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