EFECIUDAD DEL VATICANO, abr. 23, 2010.- El Vaticano considera "sin fundamento" la denuncia presentada contra el Papa, el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, y su predecesor, Angelo Sodano, realizada por abogados de Estados Unidos en nombre de una víctima de abusos sexuales por parte de un sacerdote, informó este viernes la Santa Sede.
El Vaticano hizo público un comunicado en el que se remite a una nota hecha en ese sentido por el abogado de la Santa Sede en Estados Unidos, Jeffrey Lena, sobre la denunciada presentada por varios abogados de ese país, entre ellos Jeff Anderson, en nombre de una víctima del sacerdote estadounidense Lawrence C. Murphy.Murphy está acusado de haber abusado sexualmente de unos 200 menores entre 1950 y 1970 en una escuela para niños sordos del estado de Wisconsin.
El abogado Lena afirmó en su nota que a las víctimas de Murphy "va toda nuestra comprensión, ya que abusando sexualmente de niños violó la ley y la confianza que las víctimas tenían depositadas en él"."Pero mientras son legítimas las denuncias presentadas por las víctimas de abusos, ésta no es una de ellas. La demanda es un intento de utilizar los trágicos hechos como una plataforma para un ataque más amplio, considerando a la Iglesia Católica como una empresa mundial de negocios", según Lena.
El abogado agregó que la demanda contra la Santa Sede y sus responsables "es totalmente infundada, una refrito de viejas teorías ya rechazadas por tribunales de Estados Unidos".Lena añadió que en cuanto a Murphy, "la Santa Sede y sus responsables no supieron de sus delitos hasta décadas después y no tuvieron papel alguno en la causa que se demanda".El abogado advirtió que "sin es necesario", "responderá ante los tribunales estadounidenses, en el momento adecuado".Jeffrey Lena denunció que la demanda anunciada "es un nuevo intento por parte de abogados de EEUU de utilizar un proceso judicial para hacerse publicidad".
El pasado mes de marzo, el diario "The New York Times" publicó que el Papa, cuando era el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el actual secretario de Estado, Tarcisio Bertone, encubrieron al sacerdote Murphy.En aquella época el número dos del Vaticano era Sodano, actual decano del Colegio Cardenalicio.
Según el diario, a pesar de las repetidas denuncias de obispos de Wisconsin y de las misivas enviadas por el arzobispo de Milwaukee Rembert G. Weakland en 1996, la congregación que dirigía Ratzinger no respondió a las cartas y que de la correspondencia se desprende que lo único que importaba era proteger a la Iglesia del escándalo.Después de ocho meses, Bertone, que en la época era el segundo responsable del dicasterio vaticano para la Doctrina de la Fe, ordenó iniciar un juicio canónico secreto que podría haber terminado con la expulsión de Murphy del sacerdocio.
Sin embargo, después paró el proceso, una vez que Murphy escribió personalmente a Ratzinger diciéndole que se había arrepentido, que estaba enfermo y que sólo quería vivir con "dignidad" el sacerdocio en el tiempo de vida que le quedaba. Murió cuatro meses después.Murphy, según el diario, nunca fue juzgado o sancionado por la Iglesia e incluso la policía y los fiscales hicieron caso omiso a las declaraciones de las víctimas.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, explicó que el cura no fue castigado ya que cuando el Vaticano conoció el caso habían pasado 20 años y estaba muy enfermo.