TEHERÁN (CNN) — El grupo de derechos humanos Amnistía Internacional urgió este sábado a las autoridades de Irán a no poner ácido en los ojos de un hombre que fue encontrado culpable de cegar a una mujer que lo despreció.
Está previsto que Majid Movahedi reciba cinco gotas de ácido en cada ojo este sábado, según la asociación.
No está claro a qué hora o en dónde tendría lugar el castigo. La agencia semioficial de noticias ISNA reportó este sábado que el castigo había sido pospuesto y que todavía no se establecía nueva fecha.
Mohadevi fue sentenciado en el 2008 por arrojarle ácido a Ameneh Bahrami, quien quedó ciega tras el ataque. La mujer pidió a las autoridades poner en práctica el antiguo castigo conocido como ojo por ojo permitido por la ley islámica.
El grupo de derechos humanos insiste en que Irán renuncie a llevar a cabo este castigo.
"Es increíble que las autoridades iraníes consideren poner en práctica ese castigo", dijo Hassiba Hadj Sahraoui, ex director de Amnistía Internacional.
"Sin tomar en cuenta el horrible crimen que sufrió Ameneh Bahrami, cegar a alguien con ácido es un castigo inhumano que se convierte en tortura, y las autoridades de Irán tienen una responsabilidad ante la ley internacional para asegurar de que no suceda".
Bahrami dice que ha sido muy difícil para ella desde que sufrió el ataque. Asegura que conoció a Movahedi en el 2002 cuando asistían a la misma escuela.
Ella tenía 24 años y estudiaba ingeniería electrónica. Él tenía 19. Ella nunca lo notó hasta que un día él se sentó junto a ella y la rozó con el cuerpo. Ella supo que no había sido un accidente. "Me alejé", dijo, pero él volvió a acercarse.
Los dos años siguientes Movahedi la acosó, la amenazó e incluso le pidió matrimonio. "Me dijo que me mataría. Me dijo: 'tienes que decir que sí'".
Una tarde de noviembre del 2004, sus amenazas se convirtieron en violencia cuando la siguió desde la compañía en la que ella trabajaba. Mientras iba hacia el autobús, sintió que alguien estaba detrás de ella.
Cuando volteó para atrás vio a Movahedi, quien le arrojó algo. Lo que ella sintió como fuego sobre su rostro era ácido. "Sólo gritaba, 'me estoy quemando, me estoy quemando', por amor de Dios, ayúdenme", contó.
El ácido se filtró hasta sus ojos y corrió por su rostro hasta la boca. Cuando se cubrió la cara con las manos, este llegó a sus dedos y antebrazos.
En el 2009, Bahrami le dijo a CNN que había pasado por más de una docena de cirugías en su dañado rostro, pero que aún así imaginaba que en el futuro se casará. "Siempre me he visto como alguien que puede ver y a veces me veo en un hermoso vestido de novia, ¿por qué no?", dijo.
Está previsto que Majid Movahedi reciba cinco gotas de ácido en cada ojo este sábado, según la asociación.
No está claro a qué hora o en dónde tendría lugar el castigo. La agencia semioficial de noticias ISNA reportó este sábado que el castigo había sido pospuesto y que todavía no se establecía nueva fecha.
Mohadevi fue sentenciado en el 2008 por arrojarle ácido a Ameneh Bahrami, quien quedó ciega tras el ataque. La mujer pidió a las autoridades poner en práctica el antiguo castigo conocido como ojo por ojo permitido por la ley islámica.
El grupo de derechos humanos insiste en que Irán renuncie a llevar a cabo este castigo.
"Es increíble que las autoridades iraníes consideren poner en práctica ese castigo", dijo Hassiba Hadj Sahraoui, ex director de Amnistía Internacional.
"Sin tomar en cuenta el horrible crimen que sufrió Ameneh Bahrami, cegar a alguien con ácido es un castigo inhumano que se convierte en tortura, y las autoridades de Irán tienen una responsabilidad ante la ley internacional para asegurar de que no suceda".
Bahrami dice que ha sido muy difícil para ella desde que sufrió el ataque. Asegura que conoció a Movahedi en el 2002 cuando asistían a la misma escuela.
Ella tenía 24 años y estudiaba ingeniería electrónica. Él tenía 19. Ella nunca lo notó hasta que un día él se sentó junto a ella y la rozó con el cuerpo. Ella supo que no había sido un accidente. "Me alejé", dijo, pero él volvió a acercarse.
Los dos años siguientes Movahedi la acosó, la amenazó e incluso le pidió matrimonio. "Me dijo que me mataría. Me dijo: 'tienes que decir que sí'".
Una tarde de noviembre del 2004, sus amenazas se convirtieron en violencia cuando la siguió desde la compañía en la que ella trabajaba. Mientras iba hacia el autobús, sintió que alguien estaba detrás de ella.
Cuando volteó para atrás vio a Movahedi, quien le arrojó algo. Lo que ella sintió como fuego sobre su rostro era ácido. "Sólo gritaba, 'me estoy quemando, me estoy quemando', por amor de Dios, ayúdenme", contó.
El ácido se filtró hasta sus ojos y corrió por su rostro hasta la boca. Cuando se cubrió la cara con las manos, este llegó a sus dedos y antebrazos.
En el 2009, Bahrami le dijo a CNN que había pasado por más de una docena de cirugías en su dañado rostro, pero que aún así imaginaba que en el futuro se casará. "Siempre me he visto como alguien que puede ver y a veces me veo en un hermoso vestido de novia, ¿por qué no?", dijo.
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