EL PUEBLO
Tras un largo y difícil debate con su estrecho círculo de colaboradores, el presidente estadounidense Barack Obama rechazó ayer difundir las fotografías con los restos de Osama bin Laden, por considerar que mostrar al mundo la maltrecha imagen del líder de Al-Qaeda, con un tiro en la cabeza, no sólo sería indigna sino que podría detonar una respuesta violenta.
“No vamos a enseñar este material (las fotos de Bin Laden) como si se tratara de un trofeo. Nosotros no somos así”, dijo Obama en una entrevista con a la cadena CBS poco antes de que la Casa Blanca hiciera oficial una decisión que, al final, contó con el voto de calidad de Robert Gates y de Hillary Clinton, secretarios de Defensa y del Departamento de Estado, respectivamente.
“Lo discutimos internamente… Para nosotros es importante que unas fotos muy gráficas de alguien que ha recibido un tiro en la cabeza, (no) anden flotando por ahí para incitar a la violencia o como una herramienta de propaganda, dijo. “No necesitamos avivar el fuego. Y creo que debido a la naturaleza gráfica de las fotos, crearía algunos riesgos nacionales”, añadió el mandatario.
“Una cosa es segura: el líder de Al-Qaeda no volverá a caminar sobre la faz de la tierra”, dijo Obama al desestimar las presiones de aquellos que han insistido en la necesidad de mostrar a todo el mundo las fotos con los restos de Bin Laden, como prueba tangible de su muerte. “No creemos que una fotografía por sí misma vaya a marcar la diferencia. Siempre habrá gente que negará el hecho”, añadió Obama.
El anuncio de esta decisión no dejó satisfecho a un grupo de congresistas que consideraron que la Casa Blanca tendría que haber dado a conocer las fotos con los restos de Bin Laden. “Creo que es un gran error”, dijo el senador republicano, Lindsay Graham, al considerar que la decisión de Obama “va a prolongar innecesariamente el debate” entre aquellos que se siguen resistiendo, por cualesquiera razón, a la muerte del líder de Al-Qaeda.
Obama estará hoy en la zona cero de Nueva York para encontrarse con los familiares de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
A pesar de haber sido invitado por la Casa Blanca, el ex presidente George W. Bush declinó estar presente y evitar los reflectores al lado de quien pasará a la historia por haber conseguido la captura del líder de Al-Qaeda.
“El presidente no tiene previsto hablar o dirigir un mensaje”, dijo Carney para enfatizar que el acto de hoy tendrá un carácter estrictamente simbólico.
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, dijo el miércoles que la muerte del líder de Al-Qaeda fue un acto de autodefensa, rechazando las acusaciones de que el operativo en un complejo en Paquistán fue ilegal.
Holder dijo que Bin Laden fue un objetivo militar legítimo y que no intentó rendirse ante las fuerzas estadounidenses que ingresaron en su fortificado complejo cerca de Islamabad el lunes y lo balearon en la cabeza.
Una hija de 12 años del líder de Al-Qaeda, confirmó la muerte de su padre y aseguró que estuvo presente cuando fue liquidado por las tropas estadounidenses, según informó el diario paquistaní Dawn. Según la hija menor del terrorista, Safia, Bin Laden se rindió y los Navy Seal le ordenaron que se tumbara en el suelo boca abajo. El terrorista obedeció y entonces le dispararon en la cabeza y en el pecho.
Apaches exigen disculpa
El jefe de la tribu apache del legendario Gerónimo le solicitó al presidente una disculpa formal porque su gobierno utilizó ese venerado alias como el nombre en clave de Bin Laden.
El presidente de la tribu apache establecida en la reserva de Fort Sill, Jeff Houser, le dijo a Obama en una carta que equiparar al reverenciado jefe guerrero con un “terrorista multihomicida y cobarde” era un acto doloroso y ofensivo para las comunidades originarias de Estados Unidos. (Con información de agencias)
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