MANILA, Filipinas, oct. 2, 2009.- Cientos de filipinos abandonaron hoy sus hogares en la costa nororiental del archipiélago ante la próxima llegada del tifón "Parma", que se aproxima a cada vez más velocidad menos de una semana después de que "Ketsana" provocara casi 300 muertes.
El ministro de Defensa filipino, Gilberto Teodoro, advirtió a todos los residentes de las zonas amenazadas de que no acudirán a rescatarles si no obedecen la orden de evacuación en las provincias de Catanduanes, Camarines Norte, Quezon, Aurora y Polillo.
"No arriesgaremos vidas para ir a salvarles", declaró en un discurso transmitido por televisión.
Con vientos huracanados de 195 kilómetros por hora y rachas de hasta 230, "Parma" se halla a algo más de 200 kilómetros de Catanduanes y avanza en dirección noroeste a una velocidad sostenida de 19 kilómetros por hora.
Este "supertifón", como ha sido calificado por los meteorólogos, tocará tierra la madrugada del sábado en la punta septentrional de Luzón, justo una semana después de que alcanzara la misma isla la tormenta tropical "Ketsana".
Aquel temporal arrojó una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año, batiendo el anterior récord de 1967 y dejando un balance todavía provisional de 293 muertos, casi 800 mil desplazados y unos 2.5 millones de damnificados.
Pese a que "Parma" afectará sobre todo al extremo norte de Luzón, Manila y 25 provincias bajo estado de catástrofe son muy vulnerables pues las lluvias pueden reventar el ya desbordado sistema de desagües, tan vetusto que resulta deficiente incluso en época seca y cuando muchas calles siguen anegadas.
El nuevo tifón, según los expertos, es mucho más poderoso que "Ketsana", que apenas era una tormenta tropical y llegó con vientos más moderados, pero causó las peores inundaciones en más de 40 años en la capital, que quedó casi totalmente sumergida.
Las pérdidas económicas por daños en infraestructuras y cultivos ascienden a casi 4,800 millones de pesos (más de cien millones de dólares o 70 millones de euros).
El ministro de Defensa filipino, Gilberto Teodoro, advirtió a todos los residentes de las zonas amenazadas de que no acudirán a rescatarles si no obedecen la orden de evacuación en las provincias de Catanduanes, Camarines Norte, Quezon, Aurora y Polillo.
"No arriesgaremos vidas para ir a salvarles", declaró en un discurso transmitido por televisión.
Con vientos huracanados de 195 kilómetros por hora y rachas de hasta 230, "Parma" se halla a algo más de 200 kilómetros de Catanduanes y avanza en dirección noroeste a una velocidad sostenida de 19 kilómetros por hora.
Este "supertifón", como ha sido calificado por los meteorólogos, tocará tierra la madrugada del sábado en la punta septentrional de Luzón, justo una semana después de que alcanzara la misma isla la tormenta tropical "Ketsana".
Aquel temporal arrojó una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año, batiendo el anterior récord de 1967 y dejando un balance todavía provisional de 293 muertos, casi 800 mil desplazados y unos 2.5 millones de damnificados.
Pese a que "Parma" afectará sobre todo al extremo norte de Luzón, Manila y 25 provincias bajo estado de catástrofe son muy vulnerables pues las lluvias pueden reventar el ya desbordado sistema de desagües, tan vetusto que resulta deficiente incluso en época seca y cuando muchas calles siguen anegadas.
El nuevo tifón, según los expertos, es mucho más poderoso que "Ketsana", que apenas era una tormenta tropical y llegó con vientos más moderados, pero causó las peores inundaciones en más de 40 años en la capital, que quedó casi totalmente sumergida.
Las pérdidas económicas por daños en infraestructuras y cultivos ascienden a casi 4,800 millones de pesos (más de cien millones de dólares o 70 millones de euros).
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