BAGDAD, Irak, oct. 11, 2009.- Al menos 21 personas murieron este domingo, entre ellas nueve policías, y ochenta resultaron heridas por la explosión sucesiva de tres coches-bomba en la ciudad iraquí de Ramadi, a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, según fuentes policiales.
La fuentes, que antes había informado de catorce muertos y 64 heridos, apuntaron que dos coches-bomba explotaron en el aparcamiento de un complejo que alberga varios edificios, entre ellos el de la gobernación y el de la comisaría de policía.
Entre los heridos, algunos de ellos graves, hay también varios agentes.
El tercer estallido tuvo lugar en las inmediaciones del hospital central de Ramadi, capital de la provincia occidental de Al Anbar.
La fuentes explicaron que un suicida que conducía un coche cargado de explosivos se dirigió hacia el hospital, pero en el control de entrada fue interceptado por los guardas y los policías que lo custodian.
En ese momento, el suicida hizo explotar el coche y mató a dos guardas de seguridad, al tiempo que hirió a cuatro más y causó numerosos destrozos en el edificio del centro sanitario.
Las autoridades han impuesto el toque de queda en la ciudad hasta nuevo aviso y se han acordonado las zonas de la explosiones.
Tras estos ataques, la administración de la provincia ha publicado un anuncio en el que ofrece una recompensa de 10 millones de dinares (unos 8 mil 600 dólares) para cualquiera que pueda ofrecer información sobre los autores de los atentados.
La fuentes, que antes había informado de catorce muertos y 64 heridos, apuntaron que dos coches-bomba explotaron en el aparcamiento de un complejo que alberga varios edificios, entre ellos el de la gobernación y el de la comisaría de policía.
Entre los heridos, algunos de ellos graves, hay también varios agentes.
El tercer estallido tuvo lugar en las inmediaciones del hospital central de Ramadi, capital de la provincia occidental de Al Anbar.
La fuentes explicaron que un suicida que conducía un coche cargado de explosivos se dirigió hacia el hospital, pero en el control de entrada fue interceptado por los guardas y los policías que lo custodian.
En ese momento, el suicida hizo explotar el coche y mató a dos guardas de seguridad, al tiempo que hirió a cuatro más y causó numerosos destrozos en el edificio del centro sanitario.
Las autoridades han impuesto el toque de queda en la ciudad hasta nuevo aviso y se han acordonado las zonas de la explosiones.
Tras estos ataques, la administración de la provincia ha publicado un anuncio en el que ofrece una recompensa de 10 millones de dinares (unos 8 mil 600 dólares) para cualquiera que pueda ofrecer información sobre los autores de los atentados.
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