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Ministro de Energía dice que en el país se consume como en EU
CARACAS.— Al subir al taxi en la tercera transversal del caraqueño barrio de Altamira, el pasajero pide al chofer que le baje el aire acondicionado. El cambio rotundo de los 34 grados que reinan en la calle con los 20 dentro del vehículo suele ser un arma eficaz para provocar un resfrío. El ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque, no es médico pero se solidariza con los pasajeros de taxis al borde del estado gripal, al decir que no se justifica que los venezolanos “usen el aire acondicionado a 16, 17 ó 18 grados en sus casas”.
Rodríguez, futuro secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), acusa a sus compatriotas de tener un “estilo de consumo como en Estados Unidos” y pide la colaboración de aquellos que gastan más de 500 KW para atemperar una crisis energética que lleva más de un año y que somete a la población a cortes programados diarios en el interior del país, en la época de temperaturas más elevadas. La crisis tiene calientes a los venezolanos.
El miércoles, en la isla Margarita, se vieron algunas barricadas de vecinos “hartos de los cortes, de que no podamos guardar alimentos ni estar en nuestras casas con casi 40 grados de calor”, según se quejaba una de las manifestantes ante la televisión. La protesta, que arrancó a las 17 horas, terminó cerca de la medianoche cuando se restableció el servicio y los bomberos apagaban las barricadas.
Rodríguez anunció un nuevo cronograma de cortes que arrancó en el interior del país.
El nuevo ministro de Desarrollo Eléctrico, Argenis Chávez (hermano del presidente Hugo Chávez), dice que “el crecimiento de la demanda eléctrica es visto en todas partes del mundo como positivo”, en un país que creció 4.5%, de abril 2010 a abril pasado, según el Banco Central. Pero las cifras oficiales de consumo energético revelan una realidad distinta. El consumo ascendió a 17 mil megavatios en 2010 y para los analistas del sector equivale a la de 2009.
“Somos unos de los grandes países petroleros pero somos incapaces de hacer las obras para utilizar nuestro petróleo para la generación de energía eléctrica”, afirma el ex diputado opositor Carlos Berrizbeitia, para quien “el problema del gobierno es de ineptitud para planificar este problema a través de las estimaciones de crecimiento económico”. De hecho, el gobierno acaba de firmar un acuerdo con el de Japón por medio del cual, a cambio de mil 500 millones de dólares, la estatal PDVSA exportará petróleo para la generación eléctrica. “Son 3 millones de barriles anuales de crudo liviano de Venezuela que se van a exportar a la costa japonesa por cinco años consecutivos”, advirtió a la prensa Takasi Kondo, de la embajada japonesa aquí. Pero ese petróleo no alcanza para superar el problema energético en el país.
“De todas las soluciones que ofrecen, como la de cambiar aparatos de aire acondicionado o neveras viejos o focos de alto consumo, por otros aparatos que gasten menos energía, hacer las obras terminaría siendo más económico a largo plazo para el país”, explica José Luis Mendiola, economista y trabajador en el sector energético.
Mientras en las calles de Caracas el oficialismo y la oposición se medían ayer en dos marchas a favor y en contra de las clínicas privadas (el nuevo blanco del “comandante presidente”), el calor arreciaba en Maracaibo, donde siguen los cortes y el gobernador Pablo Pérez (de oposición), dice que “el racionamiento de energía es una violación a los derechos de todos los venezolanos”.
Para el experto Manuel Aller, el año pasado “hemos escuchado un montón de excusas, el fenómeno del Niño y otros, y todo el mundo lo creyó, pero ahora que no hay Niño estamos peor aún que en 2010”. Para el diputado Miguel Ángel Rodríguez, Caracas está blindada a los cortes. “Y eso porque el gobierno tiene miedo a que se repitan actos de violencia como en 1989 (‘El Caracazo’), ya que aquí y en los alrededores radica el 70% de los sectores más desfavorecidos”.
A diferencia de Caracas, en los estados de Carabobo, Lara, Falcón, Anzoátegui, Monagas, Guárico, Sucre y Nueva Esparta, los cortes están programados (hasta cuatro horas diarias) por las próximas dos semanas. Allí no pasará lo del taxi en Altamira. Allí viajar en taxi será la única oportunidad de refrescarse, sin que importen los resfríos.
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