Washington— Una vez más, miles de jóvenes indocumentados tienen la esperanza de que su estatus migratorio se regularice si el Congreso de Estados Unidos aprueba el Dream Act.
Ayer el subcomité de Inmigración del Comité Judicial del Senado llevó a cabo una audiencia en la que se expusieron puntos a favor y en contra de la propuesta.
Dream Act fue presentado por primera vez en 2001 y beneficiaría a aquellos estudiantes que cursen por lo menos dos años de estudios universitarios o se unan a las fuerzas armadas.
La administración del presidente Barack Obama reafirmó ayer su apoyo a la iniciativa Dream Act, que busca la legalización de casi dos millones de hijos de indocumentados, en la primera de una serie de audiencias en la que hicieron acto de presencia algunos estudiantes que siguen luchando por salir de las sombras.
El proyecto se ha transformado en una de las primera consignas del presidente Barack Obama, quien quiere que sea aprobado antes de las presidenciales del año entrante.
El proyecto fue cancelado el año pasado en el Senado, porque cuatro senadores demócratas no estuvieron de acuerdo con facilitarles la vida a los jóvenes que llegaron a Estados Unidos sin papeles y sin idea de la ilegalidad que estaban cometiendo.
Pero los demócratas han conservado la mayoría en el Senado, por lo cual se ha podido reactivar el proyecto, bajo presión de la Casa Blanca y de la mano del senador Dick Durbin quien preside las audiencias en el Subcomité de Inmigración del Senado.
En la audiencia, Arne Duncan, secretario de Educación de Estados Unidos, dijo que la aprobación de Dream Act, a la que calificó como una pieza legislativa de “sentido común”, debe aprobarse por dos razones básicas: “Es crucial para cubrir nuestra meta nacional y la futura necesidad de fuerza laboral, y envía el mensaje correcto sobre el valor del trabajo duro y nuestro sentido básico de justicia como nación”.
Indicó además que Dream Act “abrirá las puertas a la educación superior a quienes fueron traídos por sus padres” sin que ellos lo solicitaran.
Ayer el subcomité de Inmigración del Comité Judicial del Senado llevó a cabo una audiencia en la que se expusieron puntos a favor y en contra de la propuesta.
Dream Act fue presentado por primera vez en 2001 y beneficiaría a aquellos estudiantes que cursen por lo menos dos años de estudios universitarios o se unan a las fuerzas armadas.
La administración del presidente Barack Obama reafirmó ayer su apoyo a la iniciativa Dream Act, que busca la legalización de casi dos millones de hijos de indocumentados, en la primera de una serie de audiencias en la que hicieron acto de presencia algunos estudiantes que siguen luchando por salir de las sombras.
El proyecto se ha transformado en una de las primera consignas del presidente Barack Obama, quien quiere que sea aprobado antes de las presidenciales del año entrante.
El proyecto fue cancelado el año pasado en el Senado, porque cuatro senadores demócratas no estuvieron de acuerdo con facilitarles la vida a los jóvenes que llegaron a Estados Unidos sin papeles y sin idea de la ilegalidad que estaban cometiendo.
Pero los demócratas han conservado la mayoría en el Senado, por lo cual se ha podido reactivar el proyecto, bajo presión de la Casa Blanca y de la mano del senador Dick Durbin quien preside las audiencias en el Subcomité de Inmigración del Senado.
En la audiencia, Arne Duncan, secretario de Educación de Estados Unidos, dijo que la aprobación de Dream Act, a la que calificó como una pieza legislativa de “sentido común”, debe aprobarse por dos razones básicas: “Es crucial para cubrir nuestra meta nacional y la futura necesidad de fuerza laboral, y envía el mensaje correcto sobre el valor del trabajo duro y nuestro sentido básico de justicia como nación”.
Indicó además que Dream Act “abrirá las puertas a la educación superior a quienes fueron traídos por sus padres” sin que ellos lo solicitaran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario