domingo, 15 de marzo de 2009

Líder opositor desafía al Gobierno de Pakistán


EFE
NUEVA DELHI, India, mar. 15, 2009.- El líder opositor paquistaní Nawaz Sharif "desafió" este domingo una supuesta orden de arresto domiciliario para ponerse al frente de una protesta de miles de personas en la ciudad oriental de Lahore, en vísperas de la gran manifestación convocada para mañana en Islamabad.
El arresto fue anunciado por distintas fuentes de la opositora Liga Musulmana-N (PML-N) y de la Policía citadas por las cadenas de televisión paquistaníes, pero negado tajantemente por el ministro del Interior, Rehman Malik.
Pese al desmentido de Malik, Sharif declaró: "No aceptamos estos arrestos".
"Hoy ha llegado el día de salir de esta casa, de llevar a Pakistán hacia su destino", afirmó a la puerta de su residencia en Lahore, antes de abandonarla al frente de una comitiva que fue ganando miembros en su lento tránsito por las calles de la ciudad.
El epicentro de la protesta fue una avenida que da acceso al Tribunal Superior provincial de Punjab, en la que confluyeron miles de abogados y de simpatizantes de la PML-N y de los otros dos partidos minoritarios convocantes de la llamada "larga marcha" hacia Islamabad.
A lo largo del día, hubo esporádicos encontronazos de policías acosados a pedradas por los manifestantes, a los que contuvieron con gases lacrimógenos y piedras hasta que la avenida se vio desbordada de manifestantes.
No en vano Sharif ha escogido Lahore, la capital punyabí, para su gran puesta en escena desde que el pasado miércoles dio comienzo la "larga marcha". Punyab, la provincia más poblada de Pakistán, es también el granero electoral de la Liga-N.
Oficialmente, la marcha reivindica la rehabilitación de los jueces expulsados a fines de 2007 por el entonces presidente, Pervez Musharraf, según un compromiso que su sucesor en el cargo, Asif Ali Zardari, asumió con Sharif.
Pero lo que realmente ha soliviantado a la PML-N fue un reciente veredicto del Supremo que inhabilitó a Sharif y su hermano, Shahbaz, para ocupar cargos públicos y expulsó a este de la jefatura del Gobierno en Punyab.
Zardari, presionado por el Ejército y por Estados Unidos para reducir la tensión política en el país, ofreció ayer a Sharif negociar la restauración de los jueces y, más aún, anunció que el Gobierno recurrirá ante el Supremo la inhabilitación de los dos hermanos.
El fiscal general, Sardar Latif Khan Khosa, concretó anoche que espera poder presentar la apelación entre el lunes y el martes.
Para una fuente diplomática consultada, no cabe duda de que la salida de la crisis ya está pactada, con la intervención de Estados Unidos y el Ejército, pero Sharif ha de mantener su protesta "para salvar la cara".
"Las dos partes están guardando las formas, pero todo está pactado y se está arreglando. Lo que sucede es que no se fían el uno del otro, pero en principio esto el martes se acaba", dijo.
Sharif, que acusó a Zardari de imponer un "estado policial" en Pakistán, aseguró que todos los impedimentos de las autoridades no lograrán detener la "larga marcha" hacia Islamabad, una ciudad que ya amaneció hoy completamente sellada.
Grandes contenedores y contingentes de fuerzas de seguridad bloquean los accesos a la ciudad y a las zonas céntricas donde Sharif anunció su "sentada indefinida" a partir de mañana.
El ministro del Interior mantuvo que los hermanos Sharif no tienen restringida su libertad de movimientos y, como prueba de ello, destacó que Shahbaz ha podido viajar hoy de Lahore hasta Rawalpindi, ciudad vecina de Islamabad, y lo ha hecho bajo escolta policial.
Malik aseguró esta semana que proveería de seguridad extra a los Sharif tras aconsejarles que evitaran exponerse en público ante el peligro de que sufran un atentado.
No obstante, tanto los Sharif como otros líderes de la protesta aseguraron que tienen orden de arresto domiciliario y que, o bien la han desafiado o se han zafado de la Policía cambiando de ubicación.
La crisis actual se asemeja a la que, hace dos años, hizo tambalearse al régimen de Musharraf, pero la abogacía estaba arropada por los dos partidos entonces opositores y ahora opuestos.
La destitución del combativo Iftikhar Chaudhry como presidente del Supremo en marzo de 2007 derivó en meses de marchas de protesta que finalmente supusieron la derrota de las fuerzas de Musharraf y una breve convivencia en el poder de Sharif y Zardari.

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