AP
PARÍS, Francia, mar. 25, 2009.- Los empleados de una planta francesa de neumáticos propiedad de la firma alemana Continental AG desfilaron este miércoles por el centro de París y quemaron neumáticos de esa marca cerca del palacio presidencial del Elíseo en protesta por el planeado cierre de la factoría.
Ante lo que considera el colapso de la industria europea automovilística, Continental anunció recientemente que piensa clausurar la planta en el 2010.
"No deberíamos permitir el cierre por parte de esta empresa, ya que de lo contrario significará que todos esos jefezuelos ladrones podrán hacer lo que les dé la gana", sostuvo el representante sindical Antonio Da Costa.
Mientras tanto, los trabajadores en huelga de la empresa estadounidense 3M mantuvieron de rehén a su jefe en una planta situada al sur de París en protesta por los despidos y reducciones de plantilla en todo el país.
Piquetes de huelguistas se turnaron para montar guardia frente a las oficinas de la empresa en la que el director de las operaciones francesas de 3M, Luc Rousselet, se encuentra desde el martes. Los empleados no amenazaron con adoptar medida alguna de violencia y el ambiente era este miércoles de calma en la fábrica situadas en las afueras de Pithiviers.
Unos pocos policías montaron guardia en las afueras de la fábrica, mientras que los obreros atrincherados dentro intercambiaron chistes y comentarios sobre su futuro en medio de vasos de café vacíos y cajas de galletitas.
Las negociaciones entre los obreros y la gerencia de 3M fueron suspendidas durante la noche pero fueron reanudadas el miércoles por la tarde con la mediación de un dirigente sindical local. Los obreros desean mejores compensaciones para los que sean despedidos y mejores condiciones de trabajo para los que permanezcan en plantilla.
Ante lo que considera el colapso de la industria europea automovilística, Continental anunció recientemente que piensa clausurar la planta en el 2010.
"No deberíamos permitir el cierre por parte de esta empresa, ya que de lo contrario significará que todos esos jefezuelos ladrones podrán hacer lo que les dé la gana", sostuvo el representante sindical Antonio Da Costa.
Mientras tanto, los trabajadores en huelga de la empresa estadounidense 3M mantuvieron de rehén a su jefe en una planta situada al sur de París en protesta por los despidos y reducciones de plantilla en todo el país.
Piquetes de huelguistas se turnaron para montar guardia frente a las oficinas de la empresa en la que el director de las operaciones francesas de 3M, Luc Rousselet, se encuentra desde el martes. Los empleados no amenazaron con adoptar medida alguna de violencia y el ambiente era este miércoles de calma en la fábrica situadas en las afueras de Pithiviers.
Unos pocos policías montaron guardia en las afueras de la fábrica, mientras que los obreros atrincherados dentro intercambiaron chistes y comentarios sobre su futuro en medio de vasos de café vacíos y cajas de galletitas.
Las negociaciones entre los obreros y la gerencia de 3M fueron suspendidas durante la noche pero fueron reanudadas el miércoles por la tarde con la mediación de un dirigente sindical local. Los obreros desean mejores compensaciones para los que sean despedidos y mejores condiciones de trabajo para los que permanezcan en plantilla.
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