WASHINGTON, Estados Unidos, ago. 7, 2009.- El pleno del Senado de Estados Unidos confirmó este viernes al cubano-americano Carlos Pascual como el nuevo embajador de Washington en México.
Pascual era en este momento vicepresidente y director del Programa de Política Exterior de la Institución Brookings, en Washington, donde ha supervisado programas sobre América Latina, China, Asia, el Oriente Medio y Europa.
Diplomático de carrera de 50 años, Pascual también dirigió un importante programa mundial sobre amenazas trasnacionales y es considerado un experto en reconstrucción y estabilización de países que sufren conflictos internos.
Pascual, graduado de políticas públicas de las universidades de Stanford y de Harvard, sustituirá a Antonio Garza, un hombre de negocios tejano, amigo del ex presidente George W. Bush.
Pascual es licenciado por la Universidad de Stanford e hizo su maestría en la Escuela Kennedy de Políticas Públicas de la Universidad de Harvard en 1982.
La aprobación de su nombramiento, que ya cuenta con el beneplácito del Gobierno mexicano, se produce un momento crucial para las relaciones de los dos países, que buscan profundizar su colaboración en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en la frontera común.
En su comparecencia ante los senadores, Pascual se refirió precisamente al problema del narcotráfico y admitió la responsabilidad de Estados Unidos como gran consumidor de drogas y suministrador de armas algo, que según dijo, aprovechan los carteles de la droga para financiarse y cometer sus crímenes.
"Debemos ser aliados contra el crimen, el tráfico de drogas y estas organizaciones", afirmó.
Pascual también aseguró que, además de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico mediante la Iniciativa Mérida y otras herramientas, una de sus prioridades como embajador en México será la economía, con el fin de evitar que la crisis afecte las relaciones comerciales entre ambos países.
Pascual, quien destacó la relación "única" entre las dos naciones, será el encargado de concretar los acuerdos de cooperación bilateral en materia de comercio, lucha antidrogas y seguridad fronteriza de Estados Unidos de ser confirmado por el Senado como requiere la ley.
Desde su nuevo puesto, explicó, desarrollará una amplia agenda que incluye asuntos económicos, de seguridad, migración, educación, energéticos y de cambio climático.
"No hay un asunto más importante que la recuperación de nuestras economías", señaló Pascual, quien consideró que la estabilización de México se traducirá en un menor flujo de inmigrantes ilegales a Estados Unidos en el futuro.
Pascual era en este momento vicepresidente y director del Programa de Política Exterior de la Institución Brookings, en Washington, donde ha supervisado programas sobre América Latina, China, Asia, el Oriente Medio y Europa.
Diplomático de carrera de 50 años, Pascual también dirigió un importante programa mundial sobre amenazas trasnacionales y es considerado un experto en reconstrucción y estabilización de países que sufren conflictos internos.
Pascual, graduado de políticas públicas de las universidades de Stanford y de Harvard, sustituirá a Antonio Garza, un hombre de negocios tejano, amigo del ex presidente George W. Bush.
Pascual es licenciado por la Universidad de Stanford e hizo su maestría en la Escuela Kennedy de Políticas Públicas de la Universidad de Harvard en 1982.
La aprobación de su nombramiento, que ya cuenta con el beneplácito del Gobierno mexicano, se produce un momento crucial para las relaciones de los dos países, que buscan profundizar su colaboración en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en la frontera común.
En su comparecencia ante los senadores, Pascual se refirió precisamente al problema del narcotráfico y admitió la responsabilidad de Estados Unidos como gran consumidor de drogas y suministrador de armas algo, que según dijo, aprovechan los carteles de la droga para financiarse y cometer sus crímenes.
"Debemos ser aliados contra el crimen, el tráfico de drogas y estas organizaciones", afirmó.
Pascual también aseguró que, además de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico mediante la Iniciativa Mérida y otras herramientas, una de sus prioridades como embajador en México será la economía, con el fin de evitar que la crisis afecte las relaciones comerciales entre ambos países.
Pascual, quien destacó la relación "única" entre las dos naciones, será el encargado de concretar los acuerdos de cooperación bilateral en materia de comercio, lucha antidrogas y seguridad fronteriza de Estados Unidos de ser confirmado por el Senado como requiere la ley.
Desde su nuevo puesto, explicó, desarrollará una amplia agenda que incluye asuntos económicos, de seguridad, migración, educación, energéticos y de cambio climático.
"No hay un asunto más importante que la recuperación de nuestras economías", señaló Pascual, quien consideró que la estabilización de México se traducirá en un menor flujo de inmigrantes ilegales a Estados Unidos en el futuro.
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