miércoles, 11 de marzo de 2009

La mala suerte de los transbordadores espaciales


Noticieros Televisa
CIUDAD DE MÉXICO, México, mar. 11, 2009.- Después de algunos ya habituales retrasos, por fin será lanzado este 11 de marzo el transbordador espacial Discovery para una misión de 14 días en la Estación Espacial Internacional. En esta misión se tienen contempladas la realización de al menos cuatro caminatas espaciales
LA HISTORIA DE LOS TRANSBORDADORES ESPACIALES
La mala suerte parece acompañar a la flotilla de cinco transbordadores (Columbia, Discovery Challenger, Endevour y Atlantis) que, en su momento, llegó a ser el gran orgullo de la aeronáutica espacial estadounidense.
Reiterados problemas técnicos y postergaciones de los lanzamientos, algo que casi se convirtió en una rutina, hacen que los transbordadores caigan en descrédito debido a que desde el inicio de este programa espacial se detectaron algunas anomalías que al parecer han acompañado a todos los hermanos del ya desaparecido Columbia, el primero de la familia.
El programa del transbordador espacial comienza a finales de los años 60 y se convierte en prioridad principal de la NASA en los 70.
El primer orbitador completamente funcional, el Columbia, fue construido en Palmdale, California, y enviado al Centro Espacial Kennedy el 25 de marzo de 1979. Dos tripulantes iban en el primer viaje del Columbia el 12 de abril de 1981.
El primogénito del programa espacial de transbordadores terminó destrozado en medio de un estrepitoso accidente durante el reingreso de la nave a la tierra en febrero del 2003. Los sensores térmicos detectaron un aumento inusual de temperatura en una región de la nave que había sufrido un impacto por el desprendimiento de un trozo de espuma aislante del tanque de combustible que se registró durante el despegue. Nadie lo advirtió.
Al intentar el reingreso, el calor hizo que la parte afectada se debilitara y finalmente se desprendiera, ocasionando que el transbordador girara violentamente sobre sí mismo deshaciéndose estructuralmente.
A las 07:59, hora central de Estados Unidos, se perdió la comunicación con el Columbia; pocos minutos después los noticieros del mundo empezaron a transmitir imágenes del orbitador desintegrándose mientras surcaba los cielos, con lo cual se registraba en cadena nacional la pérdida del transbordador y el fallecimiento de sus siete astronautas.
Sin embargo, este no fue el único accidente grave que ha marcado la historia de los transbordadores.
Anteriormente el Challenger fue consumido por las llamas a los 73 segundos de haber iniciado su décima misión el 28 de enero de 1986.
Debido a las bajas temperaturas de esos días, algunos empaques que protegen y sellan los tanques de combustibles cedieron a la presión ejercida por la misma nave al momento del lanzamiento. Después de algunos segundos se registró una fuga de combustible.
Esta fuga permitió que una columna de fuego se escapara y prácticamente derritiera el tanque de combustible externo. El transbordador entonces se vio envuelto en una gigantesca bola de fuego desintegrándose casi en su totalidad, emergiendo la cabina intacta de la conflagración.
Los siete tripulantes fallecieron al impactar la cabina de la nave contra el océano tras una larga caída de casi tres minutos. Las circunstancias finales de su muerte se desconocen. La comisión investigadora del accidente determinó como "poco probable", el hecho de que alguno de ellos estuviese consciente al momento del impacto, aunque posteriormente salieron a la luz pública evidencias de que al menos cuatro de los miembros de la tripulación pudieron activar sus sistemas auxiliares de suministro de oxígeno y que intentaron socorrerse mutuamente.
La cabina fue la única sección de la nave que logró sobrevivir a la terrible destrucción de la explosión, pero no pudo soportar el impacto final contra el océano desintegrándose junto con sus ocupantes.
Los astronautas no disponían de paracaídas o equipo de eyección, tampoco tenían un entrenamiento específico para un caso como ese, circunstancias que originaron fuertes críticas a la agencia espacial estadounidense.
La NASA tiene previstas otras nueve misiones con estas ya míticas naves, ocho de ellas serán a la Estación Espacial Internacional y una más tendrá por objetivo la reparación del telescopio Hubble
Los transbordadores serán retirados del servicio activo en el año 2010. Serán sustituidos en el año 2015 por naves más grandes y de mayor capacidad, ya contempladas dentro del proyecto Constellation.
OBAMA DA UN ESPALDARAZO A LA NASA
A pesar de todas estas circunstancias el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció recientemente su proyecto del presupuesto para el año fiscal 2009-2010 que comienza el 1 de octubre, el cual otorga más fondos a la Administración Nacional Aeronáutica y Espacial (NASA) para la exploración del espacio y la investigación sobre el cambio climático.
El presupuesto concede a la agencia espacial estadounidense 18 mil 700 millones de dólares, un aumento de 2 mil 400 millones comparado con el de 2008 en el que se incluyen mil millones de dólares del paquete de estímulos económicos. También financiará el programa de la NASA de exploración espacial con participación de humanos y robots.

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