BOGOTÁ, Colombia, nov. 3, 2009.- El abatido narcotraficante Pablo Escobar Gaviria hizo una hoguera quemando dos millones de dólares en billetes para producir calor y evitar que su hija muriera congelada mientras se escondían en una finca de las montañas que rodean a la ciudad colombiana de Medellín.
Así lo aseguró Juan Pablo Escobar Henao, en una entrevista concedida a la revista colombiana Don Juan que comenzó a circular esta semana y en la que además asegura que su padre, independiente de la situación de peligro en que estuviera, veía los noticieros de televisión del mediodía y de la noche.
Según Escobar Henao, que ahora vive legalmente en Argentina bajo el nombre de Sebastián Marroquín, su padre quemó el dinero porque la gente que lo acompañaba en el escondite comenzó a sentir frío y hambre, pues no tenían provisiones.
La más afectada por el frío era su hermana, Manuela, por lo que su padre hizo una hoguera con el dinero y evitó que ella muriera.
Por otra parte, detalló que una de las costumbres invariables de su padre era ver los telediarios y leer todos los periódicos del país que tuviera a la mano.
"No importaba en la situación de peligro que estuviera. En las mañanas se leía todos los periódicos de Colombia. Al mediodía y en la noche se sentaba a ver los noticieros. Jamás decía una palabra.Observaba, a veces apuntaba cosas y cuando terminaba el noticiero simplemente apagaba el televisor", afirmó.
Relató también que su padre era obsesivo en cuanto a la protección de su esposa, María Victoria Henao, y sus dos hijos.
Juan Pablo explicó que esa situación se presentó porque en un atentado que les hicieron estuvieron a punto de morir: a él le cayó una pesada viga encima, mientras que a su hermana, que estaba en una cuna, le cayó un ventanal y un cristal partió en dos un biberón que tenía, pero no le pasó nada.
Escobar Gaviria tenía diseñado una serie de escondites diseminados por Medellín y, cada vez que la familia llegaba a uno de esos sitios, les decía que lo recorrieran y si alguno era capaz de saber en donde estaban, inmediatamente, lo abandonaban.
Esto, porque el narcotraficante estaba seguro de que si alguno de los integrantes de su familia caía en poder de sus enemigos lo torturarían hasta hacerle decir en dónde se escondían y ese podría ser el primer paso para ubicarlos.
Pablo Escobar, capo del cartel de las drogas de Medellín, fue abatido en diciembre de 1993 en el tejado de una vivienda de Medellín, mientras intentaba escapar de un cerco policial.
Así lo aseguró Juan Pablo Escobar Henao, en una entrevista concedida a la revista colombiana Don Juan que comenzó a circular esta semana y en la que además asegura que su padre, independiente de la situación de peligro en que estuviera, veía los noticieros de televisión del mediodía y de la noche.
Según Escobar Henao, que ahora vive legalmente en Argentina bajo el nombre de Sebastián Marroquín, su padre quemó el dinero porque la gente que lo acompañaba en el escondite comenzó a sentir frío y hambre, pues no tenían provisiones.
La más afectada por el frío era su hermana, Manuela, por lo que su padre hizo una hoguera con el dinero y evitó que ella muriera.
Por otra parte, detalló que una de las costumbres invariables de su padre era ver los telediarios y leer todos los periódicos del país que tuviera a la mano.
"No importaba en la situación de peligro que estuviera. En las mañanas se leía todos los periódicos de Colombia. Al mediodía y en la noche se sentaba a ver los noticieros. Jamás decía una palabra.Observaba, a veces apuntaba cosas y cuando terminaba el noticiero simplemente apagaba el televisor", afirmó.
Relató también que su padre era obsesivo en cuanto a la protección de su esposa, María Victoria Henao, y sus dos hijos.
Juan Pablo explicó que esa situación se presentó porque en un atentado que les hicieron estuvieron a punto de morir: a él le cayó una pesada viga encima, mientras que a su hermana, que estaba en una cuna, le cayó un ventanal y un cristal partió en dos un biberón que tenía, pero no le pasó nada.
Escobar Gaviria tenía diseñado una serie de escondites diseminados por Medellín y, cada vez que la familia llegaba a uno de esos sitios, les decía que lo recorrieran y si alguno era capaz de saber en donde estaban, inmediatamente, lo abandonaban.
Esto, porque el narcotraficante estaba seguro de que si alguno de los integrantes de su familia caía en poder de sus enemigos lo torturarían hasta hacerle decir en dónde se escondían y ese podría ser el primer paso para ubicarlos.
Pablo Escobar, capo del cartel de las drogas de Medellín, fue abatido en diciembre de 1993 en el tejado de una vivienda de Medellín, mientras intentaba escapar de un cerco policial.
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