MANAGUA, Nicaragua, jun. 29, 2009.- El Grupo de Río (G-Río) desconoció hoy a Roberto Micheletti como presidente interino de Honduras y dejó en claro que el único gobierno legítimo de ese país es el encabezado por José Manuel Zelaya Rosales.
Con el presidente Felipe Calderón como secretario pro-tempore, el G-Río instó a las fuerzas armadas hondureñas a que se subordinen a su comandante en jefe y presidente constitucional, Manuel Zelaya.
Asimismo, acordaron crear una comisión de representantes presidenciales para investigar crímenes y violaciones a los derechos humanos por parte de los golpistas y pidieron a la Asamblea General de la OEA adoptar soluciones "drásticas".
A su vez, el depuesto presidente de Honduras, José Manuel Zelaya, acusó que el golpe de Estado responde a la "voracidad" de los grupos que manejan al país y anunció que volverá a cumplir el mandato que la gente le dio en las urnas.
Al término de la cumbre del Sistema de Integración Centroamericana, el presidente de México, Felipe Calderón convocó a una sesión extraordinaria del G-Río para analizar la situación en Honduras tras el golpe de estado perpetrado la madrugada de ayer.
El jefe de Estado mexicano dio la palabra a cada uno de los integrantes del G-Río, mientras su equipo de trabajo y los cancilleres de la región concertaban los términos de la declaración conjunta.
Calderón dijo que los países que integran el Grupo de Río consideraron inadmisible e inaceptable la ruptura del orden Constitucional en Honduras porque "constituye una práctica que las sociedades de América Latina y el Caribe considerábamos superada".
Subrayó, a nombre del G-Río, que es inaceptable la utilización de la fuerza para derrocar a un gobierno legalmente constituido y estimó indispensable garantizar la libertad de expresión y la integridad física de los representantes de los medios de comunicación.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, sostuvo que Manuel Zelaya debe regresar a la presidencia de Honduras de manera inmediata e incondicional, y se pronunció en contra de cualquier negociación en esta "batalla" por la justicia y la dignidad.
En tanto, en su estilo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, criticó a Roberto Micheletti, a quien por el golpe de Estado y por erigirse como presidente de Honduras le llamó "Goriletti", y advirtió que si le ocurre algo al embajador de su país será "causa de guerra".
Sostuvo que "si quieren que tomemos los fusiles, pudiéramos hacerlo, pero escogimos los caminos de la democracia y de la paz", y ante el anuncio de Micheletti de convocar a elecciones en noviembre, adelantó que no reconocerán a ningún gobierno que surja de un proceso electoral "montado" en un golpe de Estado.
Asimismo, llamó a las fuerzas armadas de Honduras a desconocer a ese gobierno "tirano" y "títere" y levantarse a favor de Manuel Zelaya.
A su vez, el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, dijo que la voluntad del pueblo hondureño es irrenunciable, por lo que debe continuar por la senda que se ha trazado; y llamó a que ante el golpe de Estado no haya "perdón ni olvido".
Señaló que su país repudia la actuación de las cúpulas de las fuerzas armadas y los grupos fácticos de poder, a quienes llamó "usurpadores a la fuerza de la ley".
El mandatario de Bolivia, Evo Morales, comentó en su oportunidad que esta reunión fortalece la lucha de los pueblos por la democracia y añadió que los problemas de cualquier pueblo en Latinoamérica no se resuelven tratando de acallar a las personas.
Por su parte, el depuesto presidente hondureño, José Manuel Zelaya, anunció que volverá a su país una vez que cumpla los compromisos contraídos de asistir a encuentros en las organizaciones de Estados Americanos (OEA) y de las Naciones Unidas (ONU).
También aceptó el ofrecimiento del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, para que lo acompañe de regreso a Honduras, aunque no aclaró en que día se podría realizar eso.
Con el presidente Felipe Calderón como secretario pro-tempore, el G-Río instó a las fuerzas armadas hondureñas a que se subordinen a su comandante en jefe y presidente constitucional, Manuel Zelaya.
Asimismo, acordaron crear una comisión de representantes presidenciales para investigar crímenes y violaciones a los derechos humanos por parte de los golpistas y pidieron a la Asamblea General de la OEA adoptar soluciones "drásticas".
A su vez, el depuesto presidente de Honduras, José Manuel Zelaya, acusó que el golpe de Estado responde a la "voracidad" de los grupos que manejan al país y anunció que volverá a cumplir el mandato que la gente le dio en las urnas.
Al término de la cumbre del Sistema de Integración Centroamericana, el presidente de México, Felipe Calderón convocó a una sesión extraordinaria del G-Río para analizar la situación en Honduras tras el golpe de estado perpetrado la madrugada de ayer.
El jefe de Estado mexicano dio la palabra a cada uno de los integrantes del G-Río, mientras su equipo de trabajo y los cancilleres de la región concertaban los términos de la declaración conjunta.
Calderón dijo que los países que integran el Grupo de Río consideraron inadmisible e inaceptable la ruptura del orden Constitucional en Honduras porque "constituye una práctica que las sociedades de América Latina y el Caribe considerábamos superada".
Subrayó, a nombre del G-Río, que es inaceptable la utilización de la fuerza para derrocar a un gobierno legalmente constituido y estimó indispensable garantizar la libertad de expresión y la integridad física de los representantes de los medios de comunicación.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, sostuvo que Manuel Zelaya debe regresar a la presidencia de Honduras de manera inmediata e incondicional, y se pronunció en contra de cualquier negociación en esta "batalla" por la justicia y la dignidad.
En tanto, en su estilo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, criticó a Roberto Micheletti, a quien por el golpe de Estado y por erigirse como presidente de Honduras le llamó "Goriletti", y advirtió que si le ocurre algo al embajador de su país será "causa de guerra".
Sostuvo que "si quieren que tomemos los fusiles, pudiéramos hacerlo, pero escogimos los caminos de la democracia y de la paz", y ante el anuncio de Micheletti de convocar a elecciones en noviembre, adelantó que no reconocerán a ningún gobierno que surja de un proceso electoral "montado" en un golpe de Estado.
Asimismo, llamó a las fuerzas armadas de Honduras a desconocer a ese gobierno "tirano" y "títere" y levantarse a favor de Manuel Zelaya.
A su vez, el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, dijo que la voluntad del pueblo hondureño es irrenunciable, por lo que debe continuar por la senda que se ha trazado; y llamó a que ante el golpe de Estado no haya "perdón ni olvido".
Señaló que su país repudia la actuación de las cúpulas de las fuerzas armadas y los grupos fácticos de poder, a quienes llamó "usurpadores a la fuerza de la ley".
El mandatario de Bolivia, Evo Morales, comentó en su oportunidad que esta reunión fortalece la lucha de los pueblos por la democracia y añadió que los problemas de cualquier pueblo en Latinoamérica no se resuelven tratando de acallar a las personas.
Por su parte, el depuesto presidente hondureño, José Manuel Zelaya, anunció que volverá a su país una vez que cumpla los compromisos contraídos de asistir a encuentros en las organizaciones de Estados Americanos (OEA) y de las Naciones Unidas (ONU).
También aceptó el ofrecimiento del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, para que lo acompañe de regreso a Honduras, aunque no aclaró en que día se podría realizar eso.
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