sábado, 20 de junio de 2009

Stanford queda detenido hasta próxima audiencia

AP
WASHINGTON, Estados Unidos, jun. 19, 2009.- El multimillonario texano, R. Allen Stanford, fue acusado y puesto tras las rejas el viernes, por los señalamientos de que su emporio bancario internacional no era sino un esquema de pirámide cimentado en mentiras, alardes y sobornos, que defraudó a los clientes, incluidos numerosos latinoamericanos.
El departamento de Justicia anunció los cargos contra Stanford y otras seis personas supuestamente relacionadas con el fraude por 7 mil millones de dólares. Un juez federal aceptó la petición de los fiscales para ordenar que Stanford permanezca bajo custodia pues podría intentar escaparse. Stanford no podrá estar en libertad hasta la próxima audiencia que se realizará en Houston.
Los otros acusados eran directivos de Stanford Financial Group y un ex regulador bancario de Antigua, que según los fiscales, habría detectado el fraude pero que en cambio se dedicó a recibir sobornos para que se prolongara.
Robert Khuzami, el director judicial de la Comisión de Valores y Cambio (SEC en inglés) dijo que los investigadores habían consolidado un "impresionante caso penal a partir de los escombros de este enorme fraude".
Si resulta culpable de los 21 cargos de los que se le acusa, Stanford podría tener una sentencia de hasta 250 años, indicaron autoridades.
Dick DeGuerin, el abogado de Stanford emitió un comunicado en el que dijo que su cliente "confiaba que un jurado justo lo declararía inocente de cualquier acusación penal".
La acusación formal presentada el viernes en Houston señala que Stanford y los directivos en su compañía declararon en falso haber incrementado activos que eran de mil 200 millones de dólares en el 2001 a casi 8 mil 500 millones para finales del 2008. Su operación fraudulenta contaba con casi 30 mil inversionistas, según las autoridades. Stanford desvió más de mil 600 millones de dólares en préstamos que se otorgó a sí mismo, de acuerdo con los investigadores.
Los documentos judiciales acusan a Stanford y a los directivos de maquinar un fraude enorme en el que aconsejaban a sus clientes que compraran certificados de depósito del banco Stanford International Bank, con sede en Antigua.
Aunque Stanford era menos renombrado que el defraudador Bernard Madoff, las autoridades señalan que los negocios de ambos tenían el mismo principio: fingir los rendimientos de las inversiones de sus clientes para atraer a otras personas y así mantener su operación.
"Este caso es típico de los ardides piramidales, robarle a Juan para pagarle a Pedro", dijo Gregory Campbell, del Servicio de Inspección de Correos.
Actualmente las autoridades investigan a otras 100 posibles operaciones fraudulentas, aunque ninguna de ellas es de la magnitud de Stanford o Madoff.
Desde febrero, Stanford, de 59 años, ha intentado negar lo que su abogado calificó como "acusaciones falsas contra él". DeGuerin dijo que no se trata de un fraude, "la insolvencia en las Compañías Stanford la causó la Comisión de Valores y Cambio y sus acciones excesivas que han destruido y aún destruyen gran parte del valor" de las compañías y los inversionistas.
Los otros acusados son Laura Pengergest-Holt, Gilberto López y Mark Kuhrt. Otra acusación en Florida formula cargos contra un cuarto trabajador de Stanford, Bruce Perraud, de destruir registros importantes para la investigación.
La fiscalía también señaló a Leroy King, ex director general de la Comisión Regulatoria de Servicios Financieros de Antigua, de asociación ilícita para obstruir la investigación de la Comisión de Valores y Cambio.
Los fiscales señalan que King aceptó más de 100 mil dólares en sobornos que permitieron que Stanford mantuviera su operación.
En su mejor momento Stanford era una figura prominente en Antigua. Entre sus empresas en la isla contaba con un diario, dos restaurantes, una compañía constructora y campos de cricket.
El banco contaba con oficinas en México, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

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