TEHERÁN, Irán, jun. 22, 2009.- El régimen iraní endureció este lunes la represión de las protestas con la intervención del cuerpo de elite de la Guardia Revolucionaria para impedir una nueva marcha opositora.
Según testigos, más de dos mil efectivos antidisturbios y milicianos islámicos "Basij" armados con palos y barras de hierro se desplegaron en la céntrica plaza de Haft-e Tir y sus alrededores donde se concentraron cerca de un millar de manifestantes.
Esos mismos testigos explicaron que las Fuerzas de Seguridad emplearon botes de humos y gases lacrimógenos para dispersar a varios centenares de hombres y mujeres vestidas de negro que gritaban "Alahu Akbar" (Dios es el más grande).
Algunos resultaron detenidos tras ser perseguidos en las calles aledañas, agregaron los testigos.Como en ocasiones anteriores, la información no ha podido ser contrastada por la prensa internacional, que tiene vetada la cobertura "in situ" de estas marchas.
La oposición iraní, que denuncia fraude en las elecciones del pasado 12 de junio, había convocado este lunes una nueva jornada de luto y protesta por la muerte, hace una semana, de ocho personas en una multitudinaria marcha en la emblemática plaza de Azadí, en el oeste de Teherán.
Además, pretendía rendir tributo a la joven Neda, asesinada a tiros días atrás cuando al parecer observaba una de las manifestaciones con su padre en el centro de la capital.
Hoy, horas antes de que la manifestación arrancara, el cuerpo de elite de la Guardia Revolucionaria alertó que se "emplearía a fondo" para evitar las protestas de la oposición.
En un comunicado divulgado a través de su página web, el citado cuerpo advirtió a los manifestantes que harían frente a "una dura respuesta de la Guardia Revolucionaria, de los (milicianos islámicos) Basij y de otras fuerzas" si proseguían con su intención de tomar las calles.
La presencia de la Guardia significa un paso adelante en la determinación del régimen de acabar con las protestas, ya que se trata del cuerpo más preparado y mejor armado de las Fuerzas de Seguridad iraníesSu dirección depende directamente del líder supremo de la Revolución, ayatola Ali Jameneí.
De ellos depende, asimismo, los "Basij", que desde hace días están desplegados por toda la ciudad, donde patrullan en grupos de motoristas.Irán es escenario desde hace más de una semana de manifestaciones y violentos enfrentamientos, que estallaron tras conocerse la victoria electoral, por una sorprendente mayoría absoluta, del presidente Mahmud Ahmadinejad.
El domingo, el líder de las protestas, Mir Husein Musaví, volvió a instar a sus seguidores a mantener las movilizaciones pacíficas ya que "protestar contra las mentiras y el fraude es un derecho de los iraníes", dijo.
Sin embargo, la ausencia de los líderes de la oposición en las calles, junto a la masiva presencia policial, empieza a desencantar a muchos de los que durante los días pasados han peregrinado al centro de Teherán pese a las amenazas.
El pasado viernes, en un inusual sermón, Jameneí exigió a la oposición que pusiera fin de forma inmediata a las protestas y advirtió a sus líderes que serían los responsables si se producía un "baño de sangre".
Aún así, miles de personas marcharon a lo largo de la calle "Enguelab" el sábado, manifestación que concluyó con disturbios en los que, según cifras oficiales, murieron trece personas.Irán ha acusado a Estados Unidos y varios países europeos de interferir en los asuntos internos de Irán y de fomentar estos disturbios.
En especial ha atacado al Reino Unido, cuyas relaciones dice estar "reconsiderando" a la luz de los hechos ocurridos antes, durante y después de las elecciones.Además, ha expulsado al corresponsal permanente de la televisión británica BBC, John Leyne, al que ha acusado de azuzar los disturbios con sus informaciones.
Para mañana, varias asociaciones de estudiantes han convocado una manifestación frente a la embajada británica en Teherán para protestar por la supuesta injerencia de Londres en los asuntos internos de Irán.
El Consejo de Guardianes, órgano que debe validar los resultados, dio hoy parte de razón a los que denuncian fraude al admitir que en al menos cincuenta ciudades votaron más personas de las que estaban censadas.Pero enseguida minimizó la importancia de este dato al asegurar que "solo afecta a tres millones" de votos y que incluso es "normal" porque la ley iraní permite a los ciudadanos votar en cualquier ciudad en la que se encuentren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario