NUEVA YORK, Estados Unidos, jun. 22, 2009.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó hoy al Gobierno de Irán a respetar los derechos fundamentales de sus ciudadanos, tras la violenta represión de las protestas opositoras contra los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 12 de junio.
La portavoz de la ONU, Michele Montás, dijo que Ban se siente "consternado" por la violencia postelectoral y en particular por "el uso de la fuerza contra civiles", que ha causado la muerte de al menos una veintena de personas.
El secretario general "insta a las autoridades a respetar los derechos civiles y políticos fundamentales, particularmente los de la libertad de expresión, de asamblea y de información", afirmó en una declaración Montás.
La portavoz señaló que Ban también "insta a que se ponga fin de forma inmediata a los arrestos, las amenazas y el uso de la fuerza", y reitera su deseo de que se respete íntegramente la voluntad democrática del pueblo iraní.
El secretario general considera que la situación en la República Islámica es un asunto que preocupa a la comunidad internacional, y hace un llamamiento al gobierno y a la oposición para que resuelvan "de manera pacífica sus diferencias mediante el diálogo y la legalidad", añadió.
La oposición protagonizó hoy nuevas protestas y rindió homenaje a las víctimas de la represión del gobierno iraní a las manifestaciones en contra de los resultados de los pasados comicios presidenciales.
Los opositores consideran fraudulentos los resultados que proclamaron vencedor de las elecciones al presidente Mahmud Ahmadinejad, por más del doble de votos que su principal rival, el moderado Mir Hosein Musaví.
El Consejo de Guardianes, encargado de validar los resultados de los comicios, admitió hoy que se produjeron irregularidades en el proceso electoral, aunque no ha aclarado su alcance.
El portavoz del Consejo, Abbas Ali Kadkhodaei, reconoció que en al menos 50 ciudades votaron muchos más ciudadanos de los censados, lo que afectaría a unos tres millones de votos, aunque precisó que, en su opinión, esto no supondrá un cambio vital en el resultado.
Por su parte, el gobierno de Teherán intensificó sus críticas a las potencias occidentales, a las que acusa de instigar las protestas, al tiempo que estrechó el cerco sobre los periodistas locales y extranjeros que tratan de cubrir las manifestaciones.
La portavoz de la ONU, Michele Montás, dijo que Ban se siente "consternado" por la violencia postelectoral y en particular por "el uso de la fuerza contra civiles", que ha causado la muerte de al menos una veintena de personas.
El secretario general "insta a las autoridades a respetar los derechos civiles y políticos fundamentales, particularmente los de la libertad de expresión, de asamblea y de información", afirmó en una declaración Montás.
La portavoz señaló que Ban también "insta a que se ponga fin de forma inmediata a los arrestos, las amenazas y el uso de la fuerza", y reitera su deseo de que se respete íntegramente la voluntad democrática del pueblo iraní.
El secretario general considera que la situación en la República Islámica es un asunto que preocupa a la comunidad internacional, y hace un llamamiento al gobierno y a la oposición para que resuelvan "de manera pacífica sus diferencias mediante el diálogo y la legalidad", añadió.
La oposición protagonizó hoy nuevas protestas y rindió homenaje a las víctimas de la represión del gobierno iraní a las manifestaciones en contra de los resultados de los pasados comicios presidenciales.
Los opositores consideran fraudulentos los resultados que proclamaron vencedor de las elecciones al presidente Mahmud Ahmadinejad, por más del doble de votos que su principal rival, el moderado Mir Hosein Musaví.
El Consejo de Guardianes, encargado de validar los resultados de los comicios, admitió hoy que se produjeron irregularidades en el proceso electoral, aunque no ha aclarado su alcance.
El portavoz del Consejo, Abbas Ali Kadkhodaei, reconoció que en al menos 50 ciudades votaron muchos más ciudadanos de los censados, lo que afectaría a unos tres millones de votos, aunque precisó que, en su opinión, esto no supondrá un cambio vital en el resultado.
Por su parte, el gobierno de Teherán intensificó sus críticas a las potencias occidentales, a las que acusa de instigar las protestas, al tiempo que estrechó el cerco sobre los periodistas locales y extranjeros que tratan de cubrir las manifestaciones.
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