TEHERÁN, Irán, jun. 15, 2009.- Cientos de miles de iraníes desafiaron este lunes a las autoridades y colapsaron el centro de Teherán en apoyo del candidato opositor, Mir Husein Musaví, quien pidió la repetición de los comicios presidenciales del viernes, en los que venció el presidente Mahmud Ahmadineyad, entre notables sospechas de fraude.
La manifestación concluyó con nuevos enfrentamientos entre grupos de milicianos "Basij" y seguidores de Musaví que causaron un muerto por arma de fuego, decenas de heridos y numerosos detenidos.
Testigos indicaron que los milicianos abrieron fuego contra un grupo de seguidores de Musaví en la plaza de Azadí, en el oeste de Teherán, hacia donde hoy se dirigió casi un millón de manifestantes.
En silencio, con el brazo derecho alzado y haciendo el signo de la victoria con los dedos, cientos de miles de personas desfilaron por la emblemática avenida Enguelab, escenario de las manifestaciones que hace treinta años acabaron con la autocracia del último Sha de Persia, Mohamad Reza Pahleví.
Al frente de la marcha dos hombres que hace tres décadas también lideraron el movimiento opositor al régimen dictatorial, el ex primer ministro Mir Husein Musaví y el ex presidente del Parlamento Mehdi Karrubí.Sereno, con rostro cansado por los últimos días de tensión, Musaví reapareció en público pese a la advertencia del ministerio de Interior de que sería el responsable de lo que sucediera en una manifestación que había sido vetada.
"Estamos preparados para participar en unas nuevas elecciones presidenciales. El voto del pueblo es mucho más importante que la persona de Musaví o cualquier otro", afirmó.Sus palabras apenas llegaron a unos miles de personas cercanas al altavoz que portaba en sus manos.Kilómetros más atrás, otros miles caminaban con decisión y con el simple interés de testimoniar lo que consideran casi como un "golpe de estado".
"Hoy vamos a reunir aquí más de un millón de personas, aunque han tratado por todos los medios que no podamos convocarlas", explicó uno de los miembros de la campaña de Musaví, quien agregó que "ésta es la verdadera voz del pueblo y deben escucharla".La movilización supone un importante desafío al gobierno de Ahmadineyad y arroja dudas sobre la legitimidad de su sorprendente triunfo por mayoría en las urnas.
El presidente, con los medios de prensa y los aparatos del Estado a su favor, apenas logró reunir el domingo a varios miles de personas en la céntrica plaza de Valiy-e Asr, pese a que los convocó en un discurso a través de la televisión nacional.Hoy, pese a que la señal de los teléfonos móviles estaba barrida en los aledaños de la calle Enguelab y el servicio de mensajería SMS cortado desde hace dos días, la oposición reformista logró reunir a cientos de miles de personas.
Con los medios de prensa extranjeros retenidos en Teherán y la televisión estatal eludiendo las movilizaciones, poco se conoce de la situación en otras ciudades.
Sin embargo, fuentes contactadas vía telefónica han asegurado que movimientos de oposición similares se han registrado en otros puntos del país como las ciudades de Isfahan o Shiraz.En Tabriz, en el noroeste del país, la noche se llenó ayer, domingo, como en Teherán, de miles de voces que desde la calle o la ventana gritaban "Alahu Akbar" (Dios es el más grande), como en los días previos a la caída del Sha.Este lunes, cerca de las diez de la noche, la misma llamada resonó en todos los rincones de la capital.
El cariz que han tomado las protestas, y la determinación de los manifestantes, parecen haber obligado al líder supremo de la Revolución, Ali Jameneí, a emprender un nuevo camino.La máxima autoridad de Irán respaldó este fin de semana la victoria del presidente y pidió al resto de candidatos que aceptaran el resultado.
Sin embargo, el domingo garantizó a Musaví que su queja sería atendida por el cauce legal, a través del Consejo de Guardianes, organismo que tiene que validar los comicios.El portavoz del citado consejo, Ali Kadjodai, confirmó hoy que la queja formal de Musaví había sido recibida y que sería "examinada con detenimiento" a partir de mañana, martes, en un proceso que se podría alargar entre siete y diez días.
La incógnita es ahora saber si la oposición seguirá de forma pacífica las protestas, como les han pedido sus líderes, o si los enfrentamientos se reproducirán en una Teherán tomada por la Policía y los milicianos "Basij".Estudiantes universitarios indicaron que anoche, policías y antidisturbios irrumpieron en la residencia de estudiantes, donde detuvieron a decenas de personas e incendiaron varias habitaciones y locales.
"Al menos cuatro personas murieron", aseguraba hoy una de las estudiantes a la puerta de la universidad, donde mostraba una foto de una habitación quemada.La noticia no ha podido ser confirmada ni desmentida por otras fuentes.
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